
El 18 de julio de 2025 será recordado como una nueva fecha de canje. Pero con la diferencia de que en la ecuación en vez de negociar la oposición venezolan con el chavismo se hizo a tres bandas, en la que no participó la coalición opositora, sino Estados Unidos y El Salvador con la administración de Nicolás Maduro.
Esto permitió el regreso de 252 venezolanos que estaban presos en El Salvador, país al que los envió EEUU entre marzo y abril. Fue posible por 10 estadounidenses que estaban encarcelados en el país desde al menos 2024, a quienes intercambiaron por esos migrantes y en la conversación, a pesar de que el número dos de chavismo lo niegue, se incluyó a un grupo de presos políticos venezolanos, en su mayoría detenidos desde la represión poselectoral del año pasado.
Para analizar qué hubo detrás de ese proceso, los analistas María Puerta Riera, profesora adjunta de Ciencia Política en Valencia College (Orlando, Florida) y doctora en Ciencias Sociales, así como el político Sergio Sánchez, conversaron con la directora general de Efecto Cocuyo, Luz Mely Reyes, para explicar qué se movió para que hubiese este canje en una emisión especial del programa #ConLaLuz.
Una relación «ganar ganar» para Caracas-Washington-San Salvador
Sánchez dijo que hubo una relación de ganar-ganar en el intercambio. Por un lado, EEUU se quitó de encima el problema de los migrantes venezolanos a los que envió a El Salvador acusados de ser miembros del Tren de Aragua, una tesis que con el tiempo no se sostenía porque no era cierta; por el otro Nayib Bukele, al recibirlos, comenzó a ser foco internacional por la violación que eso representaba, tanto legal como en derechos humanos, mientras que en Venezuela el chavismo «canta victoria» al decir que los «rescató del imperialismo».
«Esto para nada fue una negociación estratégica, no se está planteando la salida del gobierno (de Maduro) o una elección que ponga en riesgo su poder. Son unas negociaciones para bajar tensiones porque a todas las partes involucradas les interesaba», destacó este sábado 19 de julio.
El añadido es que Trump, al recibir a 10 estadounidenses, gana al liberar a sus ciudadanos, que el chavismo usó como ficha de canje, al igual que lo hace con presos políticos venezolanos.
Puerta Riera agregó que aunque ya los 252 migrantes retornaron al país, aún en EEUU hay procesos judiciales y demandas abiertas, porque la gran mayoría de ellos tenían procesos de asilo abiertos y el encarcelarlos y enviarlos a El Salvador no detiene los trámites en los juzgados.
Justicia en EEUU no se detiene
Hizo mención especial al caso de Andry Hernández, por quien se han unido juristas y republicanos moderados, que no comparten la dura política migratoria de Donald Trump.
«En Estados Unidos hay una conmoción real en sectores que quizá no seamos muy representativos desde el punto de vista electoral, pero sí hay preocupación de lo que se ha hecho con venezolanos», destacó. Además, está el caso de los cubanos y la repersecución que tiene en el sur de Florida las deportaciones masivas, lo que hace que estas liberaciones sea un válvula para bajar la tensión que representa desde el punto de vista electoral ante las elecciones de medio término estadounidense el próximo año.
«No es un problema generalizable, pero es algo que está allí y no va a desaparecer. Rubio y Grenell vieron que era necesario deshacerse del problema, o ellos piensan que se van a deshacer, porque esto estaba generando cada vez más ruido y sobre todo que puede tener consecuencias», explicó sobre la coyuntura estadounidense.
Instrumentalización política de los venezolanos
Sobre la política en Venezuela, Sánchez sostuvo que dentro del chavismo se está pasando de un modelo autoritario a uno totalitario donde tratan al país como «una hacienda» en la que la población son sus «siervos» o peones, de allí que aplaquen la disidencia con tanta fuerza como la de juzgar a 10 años de cárcel a dos mujeres por estampar unas franelas que mostraban la caída de una estatua de Hugo Chávez durante las manifestaciones poselectorales de 2024.
«Banalizaron cualquier daño que le están causando a la gente, no hay manera que un gobierno que haga eso pueda hablar ante el mundo y decir que tenga legitimidad. La única manera que haya un cambio en Venezuela es una presión interna que haga inviable al gobierno», pero advierte que ante una oposición débil, desarticulada y que satanizó las negociaciones, lo más probable que ocurra es una transición interna dentro de la coalición que -según su apreciación- busca salir de Maduro por la derrota electoral de 2024.
En eso coincide Puerta Riera, quien dijo que mientras más débil estén los adversarios políticos del chavismo, más van a forzar al sistema para aferrarse en el poder al no tener contrapesos reales.
Sánchez lamentó la instrumentalización de los venezolano, tanto en EEUU donde los criminalizan, como en Venezuela donde los apresan como fichas de canje.
«Somos objeto de cambio, además expresa que Venezuela ya no es para ellos (el chavismo) es un país, sino una hacienda donde sus siervos tienen que cumplir sus normas. Hasta puedes ir preso por acciones privadas», subrayó.
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