Poca expectativa de cambio político en Venezuela se impone para que países restablezcan relaciones consulares, señalan expertos
Panamá y Uruguay anunciaron reactivación de relaciones consulares con Venezuela

A casi un año de que las misiones diplomáticas de Panamá y Uruguay fueran expulsadas de Venezuela, al no reconocer los resultados de las elecciones presidenciales anunciados por el Poder Electoral a favor de Nicolás Maduro, los gobiernos de los dos países acordaron con Miraflores el restablecimiento de las relaciones consulares. 

Tanto la administración del izquierdista uruguayo, Yamandú Orsi, como la del panameño José Raúl Mulino siguen sin reconocer que Maduro haya sido reelecto el 28 de julio de 2024; sin embargo, admitieron que la “necesidad” de atender a sus nacionales en territorio venezolano se impone. 

Expertos consultados por Efecto Cocuyo atribuyen las decisiones a la baja expectativa de cambio político en Venezuela, pese a que la oposición bajo el liderazgo de María Corina Machado sigue defendiendo el triunfo de Edmundo González Urrutia, de acuerdo con 85% de las actas recabadas por sus testigos de mesa. Explicaron que las relaciones diplomáticas y las consulares son distintas y que Maduro aún está lejos de lograr la “legitimidad” internacional a la que aspira. 

Escenario similar a 2019 

“Cada país lo hace por razones distintas. Por un lado, el gobierno de Panamá estaba siendo presionado por su sector privado, tanto la aerolínea Copa como por el sector comercial. Uruguay, en tanto, porque no veía viable seguir dejando desatendiendo a sus nacionales que viven en Venezuela, había una necesidad de poder prestarles servicios consulares. Ambos gobiernos mantienen su posición de no reconocer los resultados electorales anunciados en julio de 2024, pero la modifican un poco porque al final tienen que velar por los intereses de sus nacionales y saben que es improbable un cambio político en Venezuela en el corto y mediano plazo”, señala el experto en Derecho Internacional y Diplomacia, Mariano de Alba. 

Para el abogado, se trata de una situación parecida a 2019 con el gobierno interino de Juan Guaidó, designado por la Asamblea Nacional, cuando diversos países rompieron relaciones diplomáticas y consulares con Maduro, pero al no lograrse el cambio político con el tiempo hubo igualmente la necesidad de tener una presencia mínima en Venezuela, para atender a la comunidad de nacionales. 

El pasado mes de mayo Panamá y Venezuela reanudaron vuelos comerciales que también estaban interrumpidos desde julio de 2024. Posteriormente, el 19 de junio, la Cancillería de ese país anunció la reactivación de los servicios consulares, aunque sin avances en el restablecimiento de las relaciones diplomáticas.  

Uruguay anunció unos días antes el restablecimiento de las relaciones consulares, pero la Cancillería recalcó que aunque no reconocen a Maduro como presidente de Venezuela, los 50.000 uruguayos residentes en el país, “son prioridad”. El canciller de Maduro, Yván Gil, también confirmó la decisión de «reactivar en los próximos días los servicios consulares de Uruguay en Caracas y de Venezuela en Montevideo».

«Nosotros lo único que hicimos, lo que estábamos pidiendo, buscando y anunciando hace ya unos cuantos días, era que teníamos que activar el mecanismo consular, que para ser bien preciso, no significa el reconocimiento del resultado electoral de las elecciones presidenciales en Venezuela, donde mantenemos la misma posición de siempre», indicó el canciller uruguayo, Mario Lubetkin, a la agencia EFE.

Los “ojos” de los países en Venezuela 

El internacionalista y embajador de carrera, Gerson Revanales, recordó que las relaciones diplomáticas entre los países tiene que ver con aspectos políticos, económicos, culturales, entre otros, entre los países, lo cual es distinto a las relaciones consulares que atienden requerimientos de los nacionales como documentación (pasaportes, por ejemplo) y trámites comerciales (sellos para exportación, por ejemplo). 

“Las relaciones consulares nunca deberían sacrificarse porque están abocadas a la protección de los ciudadanos de los diferentes países, no se pueden dejar a la deriva como ocurre con muchos venezolanos en Estados Unidos. Las relaciones diplomáticas también son importantes porque las embajadas informan a sus países sobre la situación interna de una nación, son los ojos en cada territorio y sin ellos el mundo desconoce de manera directa que ocurre con determinados hechos y los países se quedan ciegos para tomar decisiones”, sostuvo. 

Revanales coincide en que las decisiones se toman porque no se avizora un cambio de gobierno en Venezuela, sostenido según organizaciones defensoras de derechos humanos en la represión armada y judicial, pero en el caso de Uruguay no descarta por completo un componente ideológico por la tendencia política de Orsi.

“Pero más allá de elementos políticos e ideológicos, todo gobierno debe velar por sus ciudadanos dentro y fuera del país”, subrayó Revanales. 

¿Qué pasa con otros países?  

En cuanto a otros países que rompieron relaciones con Venezuela –ArgentinaPerúChileRepública Dominicana y Costa Rica– tras la expulsión de sus misiones diplomáticas en julio de 2024, los expertos indicaron que la decisión de restablecer contactos a plenitud o parcialmente con Venezuela, depende de cada gobierno. En el caso de Argentina, dirigida por Javier Milei, admitieron, luce tan lejano como con Estados Unidos. 

“Hay que tomar en cuenta que la decisión de cada país tiene que contar también con la aceptación del régimen liderado por Maduro y entran consideraciones de diversa índole, incluyendo ideológicas. En el caso de Argentina no veo claro que suceda, al menos en el corto o mediano plazo, dado que quien gobierna en Buenos Aires es Javier Milei y sigue muy reciente el grave incidente diplomático que sucedió con los asilados en la Embajada de Argentina en Caracas”, advirtió de Alba.

El pasado mes de mayo, cinco miembros del equipo de María Corina Machado salieron de la Embajada de Argentina en Caracas, sitiada por los organismos de seguridad venezolanos desde marzo de 2024, cuando el gobierno de Milei les otorgó asilo político. A la fecha, Maduro sigue sin pronunciarse sobre el hecho y no se tienen detalles sobre qué países “colaboraron” con la extracción, como lo define la oposición que tampoco da detalles de cómo ocurrió su salida del lugar. 

A mediados de junio, el Instituto Nacional de Aeronáutica Civil de Venezuela (INAC) anunció la reactivación de vuelos con República Dominicana, pero el gobierno de ese país aclaró que la posibilidad aún se está evaluando. El país caribeño cerró su embajada y consulado en Venezuela el 30 de julio de 2024. Entonces se informó que España representaria los intereses de República Dominicana en Venezuela. 

“La política exterior de Maduro tiene sus manejos exitosos, de allí que el informe sobre derechos humanos contra su gobierno fue bloqueado en la OEA por países caribeños, pero en la ONU, donde incluso están Irán y Cuba, el informe fue aprobado, lo que indica que está lejos de poder mejorar su situación en lo internacional”, acotó Revanales.

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