Republica del Zulia

Julio Portillo: Necesitamos entonces promover el regionalismo como protesta al excesivo centralismo en todos los órdenes. Tenemos que despertar la conciencia política de la provincia.

jueves, 3 de julio de 2025

BARALT: VERBO Y PASIÓN POR EL ZULIA Por Douglas Zabala



EN EL ANIVERSARIO DE SU NACIMIENTO

 

Tierra del Sol amada,

Donde inundado de su luz fecunda,

En hora malhadada

Y con la faz airada

Me vio el lago nacer que te circunda.

 

Rafael María Baralt Pérez nació en Maracaibo el 3 de julio de 1810, al inicio del proceso de independencia de Venezuela. Su vida y obra marcaron una huella profunda en la literatura, la historia y el pensamiento hispanoamericano.

 

A los 16 años se trasladó a Colombia, gracias al apoyo de su tío Luis Andrés Baralt, senador del Congreso. Allí comenzó a destacarse por su amor al arte, la historia y la poesía. Su amigo Juan Francisco Ortiz lo recuerda leyendo con fervor La Ilíada, hablando de héroes y suspirando por el Lago de Maracaibo, al que no veía el día de regresar para pasearse por su ribera.

 

A este Zuliano en una ocasión se le pidió su opinión acerca de cómo podía ser un periódico, a lo que Rafael María aprovechó para expresar lo que para él ya había plasmado en su ensayo titulado: “Lo que es un Periódico”. Allí expuso sus criterios que, muy bien en este siglo XXI pudiesen servir de referencia en los mismísimos medios digitales del momento.

 

“Si quisieras saber lo que positivamente es un periódico, sépase que es un taller de sastre remendón; un soplón que vive de lo que otros hablan; un vientre glotón que digiere o se indigesta de cuanto encuentra; un tántalo siempre sediento y nunca saciado, una campana en desierto”.

 

Baralt no fue un Poeta, Escritor, Historiador y letrado incoloro y neutro. Ante la realidad que lo circunda en cada etapa de su vida, tomó partido y supo defender sus convicciones políticas y filosóficas frente a sus contradictores, aliados y seguidores.

 

Rafael María Baralt fue un verbo hecho marullo encrespado en el Lago de Maracaibo, y su pluma, un puente eterno entre la historia, la poesía y el alma zuliana.

 

Mares de luz, ¡oh sol!, en la alta esfera

derrama triunfador tu carro de oro

y la vencida luna con desdoro

su antorcha apaga ante su inmensa hoguera.

 

Y el águila de rayos altanera

hasta el cielo a buscar va su tesoro;

y esparce al viento su cantar sonoro

del umbroso pensil ave parlera

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