martes, 1 de julio de 2025

Ángel Lombardi: La falsa "verdad"


En tiempos bélicos y en guerras en desarrollo, se imponen, de parte y parte, el secreto militar y la censura más feroz. La propaganda y la manipulación de la información mandan. Cada bando elabora su propia narrativa. Aquellos no involucrados directamente en el conflicto, fijamos posición y opinamos sobre información básicamente manipulada y potencialmente falsa. Nuestra opinión se nutre más de nuestras ideas, creencias, ideologías y prejuicios, que de conocimiento y razón, con el agregado de nuestras ignorancias formativas en temas militares, geopolíticos, históricos, etc.

En este momento, las dos guerras más visibles son la invasión de Rusia a Ucrania y el conflicto entre Israel e Irán. Ambas guerras son guerras preventivas, según rusos e israelíes. Los primeros quieren una Ucrania neutral, que no ingrese a la OTAN y que no permita, en su territorio, posicionamiento nuclear. Algo parecido quiere Israel, que Irán no tenga armas nucleares y un gobierno menos hostil, con respecto al derecho de Israel a existir como Estado-Nacional. A pesar de que esto es así y debería ser condenado por igual, la agresión rusa e israelí, muchos apoyan a uno y rechazan al otro.

Más grave aún es la conducta irresponsable de Estados Unidos, que bombardea directamente a un país con el cual oficialmente no hay una declaración de guerra. Hasta Hitler, antes de invadir un país, declaraba la guerra. El derecho internacional ha sido negado de raíz, se ha regresado al derecho de la fuerza y los hechos cumplidos. La opinión pública internacional sigue estos hechos, con indiferencia o tomando partido, como si se tratara de un juego entre dos equipos rivales. La tragedia es que mueren millones, la mayoría civiles. Además de la destrucción del territorio, el sufrimiento correspondiente de los que tienen que huir y la negación absoluta a millones de vivir una vida normal.

En la HISTORIA algo sabemos sobre la «falsa verdad». Toda la historiografía, la historia escrita, y en particular el relato político e ideológico o «historia oficial», es una gran mentira construida a posteriori por los historiadores, aunque hablen de método y objetividad. Se puede llenar una biblioteca con ejemplos. Estudiamos la Guerra de las Galias, en la versión de Julio César, el conquistador de las Galias, el genocida-conquistador, de 8 años de exterminio y destrucción. Si vamos a las llamadas HISTORIAS NACIONALES, el cuento se vuelve epopeya y leyenda, y a los victimarios los llamamos héroes.

El mundo está en un re-acomodo de poderes geopolíticos y ello conlleva caos y violencia, y ninguno de los países en pugna es inocente defendiendo sus intereses. Mientras, la «falsa verdad» se impone y cada bando crea su narrativa.

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