Republica del Zulia

Julio Portillo: Necesitamos entonces promover el regionalismo como protesta al excesivo centralismo en todos los órdenes. Tenemos que despertar la conciencia política de la provincia.

miércoles, 4 de junio de 2025

RECORDANDO A CHINCO RODRÍGUEZ Por Douglas Zabala

 


José Chiquinquirá Rodríguez, nació en aquel Bobure del 03 de junio de 1915. El Camello como le decían sus amigos de Farra y Gaita vino de esas orillas de lago y palmera a dejarle al Zulia un legado musical que hoy en su cumpleaños dejemos que sea él mismo quien con su musa gaitera nos hable de sus andanzas por estas tierras de Dios.

De su querido Bobure este bardo gaitero nos contó que “Bobures es tierra del santo bendito donde todos sus negritos son humildes y sinceros. Porque tienen negro el cuero lo mismo que san Benito”. Y al resaltar la fe que en el santo negro tenía su pueblo, nos recordó para la eternidad que devotos de san Benito son todos los bobureños porque allá hasta el más pequeño veneran a ese negrito”.

Chinco quiso tanto a Cabimas y a sus amigos del Barrio Obrero, que un buen día se les apareció y les tarareó “Virgen del rosario, Cabimas se desespera, hay hambre por donde quiera y otros problemas precarios. Rogad desde tu santuario por la zona petrolera. Hablan como treinta loros cuando algo le van a hacer, Cabimas debe tener las calles hechas de oro”.

Si quisiéramos saber acerca de lo que es para el zuliano su Gaita, sólo Chinco no los podía decir porque según él “Una Gaita bien tocada, con ritmo y con armonía, da comienzo al mediodía y termina en madrugada. Una Gaita hecha en Ziruma es muy típica y sabrosa, como el dulce de lechosa y el majarete en Totuma. La Gaita pierde armonía cuando se le cambia el ritmo, porque entonces no es lo mismo que la de Santa Lucía”.

Al gran Chinco nadie le conoció como dibujante, pero como él ha dibujado a Maracaibo, difícilmente otro zuliano lo podrá hacer, al escribir:

“Cuando llegues a un puerto de madrugada, donde el marullo lleve hacia lontananza. El ritmo cadencioso de alguna danza. Que despide el boguero en la ensenada. Así es Maracaibo cuando amanece, un puerto que ofrece toda la gracia que hay en su rada. Y si sientes deseos por las afueras, al escuchar un Furro en el Saladillo”.

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