Con la misma eficacia, excentricidad, crueldad, sobre todo, Jimmy (a) “El Gusano”, fue un asaltante serial de pequeñas agencias bancarias de los estados centrales del sur, de EE. UU durante la década del 70 y bien entrada la del 80.
En cierta acción de “El Gusano” —creo que fue uno de sus últimos atracos— se generó una situación de rehenes en la que la policía municipal solicitó el auxilio de un experto negociador del FBI, para concertar la liberación de los secuestrados a cambio de ofrecerle a los asaltantes los medios para su fuga, botín incluido.
“El Gusano”, al comenzar el “diálogo” con el experimentado agente federal en lugar de ir al grano, insistió, como estratagema para ganar tiempo, en presentarse como el gerente de aquella subagencia al extremo de ofrecerle a su interlocutor, la apertura de una cuenta corriente, una caja de seguridad y los correspondientes talonarios de cheques personalizados.
El martes de esta misma semana, el llamado “Primero de a Bordo” de la pretendida Revolución Bolivariana les remitió, nada más y nada menos, que a todos los jefes de Estado del Mundo una carta, en la que además de posar como experto en conflictos en el Medio Oriente, los exhortó a instalar una pretendida “Cumbre por la Paz y Contra la Guerra” en los términos y con los integrantes que le vinieron en gana.
El remitente, de la misiva en cuestión, acumula kilometraje en lo que se refiere a la promoción de cumbres o diálogos, con el único objetivo, cierto, de ganar tiempo para seguir delinquiendo: La Conferencia Nacional por la Paz de Caracas, las Conversaciones en República Dominicana, Montevideo, México, de Barbados, además de los conciliábulos en el Palacio de Miraflores, con cuanto bicho de uña se ha prestado como oficiante de la paz, no siempre de buena fe.
En cuanto a la carta objeto de la presente crónica hasta ahora, ni un solo jefe de Estado, por decente o indecente que sea, la ha respondido y si se llegara a celebrar, alguna cumbre de la paz o la guerra, en el Medio Oriente, el remitente de la misiva en cuestión volverá a recibir el portazo en sus bigotes –como el de la asamblea de los países del BRIC—si sigue insistiendo en autopostularse y postular a sus compinches como pretendidos dialogantes. Un torturador, perpetrador de desapariciones forzadas, asesino de disidentes, depredador del Patrimonio Público ¿Paloma de la paz? ¡Será zamuro de la guerra! porque la única paz que ha proveído durante su trayectoria política, ha sido la paz de los sepulcros para sus adversarios!
Termino de escribir la presente crónica y ya comienzan a percibirse los efectos del alto al fuego, anunciado por el señor presidente de EE. UU.. Quiera la Providencia que no sea necesaria la constitución de ninguna comisión contra otra guerra en la referida región. No obstante, si llegase a resurgir tal necesidad, lo que sí resulta inadmisible es la intromisión de tan nefando personaje.
—¿Te atreves a presentarte como gerente de “tu” banco? —-le increpó el legendario agente del FBI a “El Gusano”— ¡Si tú, no eres más que un asaltante usurpador de la silla de algún decente funcionario bancario! ¡Así que preso carrizo!
Han pasado décadas desde entonces y en el preciso instante en que usted lee la presente crónica, “El Gusano”, ancianito ya, también la lee, en su calabozo de máxima seguridad, donde cumple cadena perpetua por sus usurpaciones y demás delitos atroces. Es lo único que le espera a tal calaña de criminales.
@omarestacio
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