Mira, el temor del Señor es la sabiduría, huir del mal. la inteligencia. Job.
La política no se hace respondiendo a caprichos seniles, pero tampoco es un juego de niños. Lo que el pueblo exige no es un cambio generacional sino un cambio de las viejas prácticas políticas. Lo que estamos demandando los ciudadanos es darle contenido ético a la política, credibilidad en la conducta del ejercicio político, y un sistema educativo que nos conduzca a la libertad plena como individuos.
Tan importante es la organización de la militancia política como el despertar de la conciencia del resto de la sociedad civil que fructifique en unos resultados que rebasen todas las expectativas. No es totalmente que falla la “maquinaria” como despectivamente se quiere referir a los partidos políticos. La gran mayoría de las organizaciones políticas han demostrado civismo, como el demostrado el 28 de julio pasado y sus espectaculares resultados, lo cual sumado a la madurez política, el coraje y el compromiso con el futuro, de nuevas y viejas generaciones, rebasó el cálculo que se tenía.
Los aspirantes de la oposición se erigieron en verdaderos líderes y dejaron de ser meros dirigentes. Mostraron sus mensajes y generaron credibilidad, lo que a su vez produjo confianza en el electorado.Del triunfo ese día hay que extraer las señales positivas; ese día, se erige como un gran hito democrático y civilista para la nación, a la vez que sepulta las pretensiones autocráticas de las que se quiere hacer gala desde el régimen que nos conduce.
En todo caso, no es tiempo para la arrogancia ni para la intemperancia. Sigue siendo un imperativo histórico la exigencia de una férrea unidad entre todos los venezolanos de bien que somos muchos más de los que piensa. Se abren nuevos caminos, es cierto, pero cargados de muchos obstáculos, dificultades y peligros.
No es tiempo para cálculos egoístas ni discriminación de cédulas, aquí nos necesitamos todos los que creemos en la democracia no sólo como forma de gobierno, sino como sistema de vida. Es la típica batalla entre las bayonetas y el espíritu, y éste siempre ha triunfado sobre aquellas, decía Napoleón. Es el espíritu de Patria el que nos convoca en este ya corto y agitado trayecto hasta la victoria final.
El escenario mundial está dominado por lo que se ha denominado la sociedad del conocimiento. La educación como factor fundamental para el proceso de desarrollo de los pueblos se ha convertido en uno de los factores más importantes que inciden en el perfil productivo de las naciones. Ya la riqueza contabilizada en términos de recursos naturales no garantiza por sí solo el progreso de una economía.
La conformación de grandes bloques económicos, altamente competitivos obliga a nuestros países a reflexionar sobre el papel de todas las instituciones, pero, sobre todo, de aquellas que forman el recurso humano social y productivo. Por eso las inversiones destinadas al sector educativo deben considerarse vitales para el desarrollo de los pueblos y no puede seguirse considerando como gasto social o económico improductivo. Mucho más ahora cuando la información viaja a velocidades jamás imaginadas, en calidad y en cantidad que se hace inmanejable si no se prepara a los niños y a los jóvenes para que asimilen convenientemente esa realidad.
La tecnología es una aliada de la educación ya que permite captar el conocimiento, adaptarlo, transformarlo, de ser posible, crear uno nuevo, y distribuirlo; requiere de inversiones adecuadas y suficientes, tanto para la adquisición de equipos y su actualización a las nuevas tendencias, como para la creación de infraestructuras de apoyo confortables, para la formación y preparación del recurso humano necesario. Más aún, si aceptamos como válida la afirmación de Toffler de que nos encontramos en una tercera ola impulsora de un tercer sistema de riqueza, más reciente y más vertiginoso, que desafía todos los principios de la industrialización, puesto que sustituye los factores tradicionales de la producción industrial, por el conocimiento más refinado.
nevillarin@gmail.com
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