Republica del Zulia

Julio Portillo: Necesitamos entonces promover el regionalismo como protesta al excesivo centralismo en todos los órdenes. Tenemos que despertar la conciencia política de la provincia.

miércoles, 25 de junio de 2025

204 AÑOS DE LA BATALLA DE CARABOBO Por Douglas Zabala



PARTE DE GUERRA

El 24 de junio de 1821, la sabana de Carabobo fue escenario del enfrentamiento decisivo entre el ejército patriota de Simón Bolívar y las fuerzas realistas del Mariscal Miguel de la Torre.

Bolívar, dividió su ejército en tres cuerpos: la Primera División bajo José Antonio Páez, con los Bravos de Apure, los Cazadores Británicos y siete regimientos de caballería; una segunda al mando de Manuel Cedeño, con los batallones Tiradores y Vargas; y una tercera liderada por Ambrosio Plaza, con cuatro batallones de infantería.

Los realistas contaban con 4.000 hombres, mientras que los patriotas reunían unos 10.000. Aquel amanecer Bolívar arengó a sus tropas con plena conciencia de que ese día se decidiría la suerte de la patria.

GENERAL EN JEFE

En medio de la acción bélica dada en la sabana de Carabobo, cerca de la ciudad de Valencia, el 24 de junio de 1821 entre el ejército realista del Mariscal de Campo Miguel de la Torre y las tropas patriotas comandadas por Bolívar, al centauro de los llanos José Antonio Páez se le pegó una calambrina que casi le cuesta la vida. 

Páez en medio de la batalla de Carabobo, justo cuando comandaba los Batallones Bravos de Apure, le ha entrado uno de sus ya conocidos ataques de Epilepsia, que lo ha dejado tendido en el suelo convulsionando por los efectos de su terrible enfermedad.

Dejemos que sea Páez quien nos eche el cuento: “En esta ocasión estuve yo a pique de no sobrevivir a la victoria, pues habiendo sido acometido repentinamente de aquel terrible ataque que me privaba del sentido, me quedé en el ardor de la carga entre un tropel de enemigos, y tal vez hubiera sido muerto, sí el comandante Antonio Martínez, de la caballería de Morales, no me hubiera sacado de aquel lugar.

Tomó él las riendas de mi caballo, y montando en las ancas de este a un teniente de los patriotas llamado Alejandro Salazar alía Guadalupe, para sostenerme sobre la silla, ambos me pusieron en salvo entre los míos.  A tiempo que yo recobraba el sentido se me acercó Bolívar, y en medio de vítores me ofreció en nombre del Congreso el grado de General en Jefe”.

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