En el reporte de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), publicado el pasado 24 de abril, se detalla que hasta el 13 del cuarto mes de 2025 se han registrado 189 casos de fiebre amarilla en la región amazónica que incluye Bolivia, Brasil, Colombia y Perú.
Ante el reciente anuncio de 79 casos de fiebre amarilla detectados en Colombia se plantea la interrogante sobre las capacidades del sistema de salud venezolano para afrontar un brote de esta enfermedad en el país.
En el estado plurinacional de Bolivia se registraron dos infectados incluyendo un caso fatal; Brasil con 102 casos, incluyendo 41 muertes; Colombia con 53 casos, incluyendo 21 fallecidos; y Perú con 32 contagiados, incluyendo 11 casos fatales, según da cuenta el informe de la OPS.
En el caso de Colombia, la OPS registra que se han detectado 53 casos y 21 defunciones, mientras en Perú manifiestan 32 casos de la enfermedad y 11 ciudadanos que han perdido la vida. Todos estos números darían en total 189 afectados y 74 víctimas fatales. Cifras que duplican las reportadas el año 2024.
La inquietud de los profesionales de la salud en Venezuela, por un posible brote de fiebre amarilla, -una enfermedad aparentemente erradicada- ha crecido en los últimos días tras un anuncio de la Sociedad Venezolana de Infectología titulado Alerta de fiebre amarilla.
El documento emitido el pasado 21 de abril, la SVI se une al llamado de la OPS hacia los países miembros, para tomar medidas con respecto al alarmante crecimiento de casos que se han dado en el primer trimestre del año 2025.
Según lo expuesto por la SVI, en el año 2024 se reportaron 61 infectados con 30 fallecidos. Los casos se concentraron en la región amazónica de países como Bolivia, Brasil, Colombia, Guyana y Perú. En contraposición, durante 2025 se han expandido los focos de infección, reportándose casos en regiones no amazónicas, estado de São Paulo en Brasil y el departamento de Tolima en Colombia.
En Venezuela, los últimos casos documentados datan de 2021 en municipios de Maturín, con 11 casos, teniendo epizootias en los estados Anzoátegui y Monagas; aun con dicha información, el personal sanitario venezolano está en alerta máxima por el creciente riesgo de una ola de contagios en Venezuela.
Sobre la posibilidad de un brote de fiebre amarilla en el estado Bolívar, el presidente del Colegio de Médicos, Hugo Lezama, considera que hay probabilidades de que se registren casos, señalando algunas condiciones. Claro que es probable que tengamos un brote de fiebre amarilla; tenemos una población minera que va hacia la zona selvática y un sistema de salud que funciona a medias, precisó.
Por su parte, la doctora Gabriela Pérez, tutora de la asignatura epidemiología en la Universidad de Oriente en Ciudad Bolívar (UDO) afirma que el sistema de salud nacional está preparado para una epidemia de fiebre amarilla, a pesar de esto, el estado Bolívar no tiene preparación para los adultos no vacunados en contra de la enfermedad, únicamente prevención para menores de edad.
No obstante, el especialista manifiesta que el sistema de salud no está preparado; hay escasez de insumos médicos y medicamentos; además, lo que está a la vista no necesita anteojos. Nosotros los médicos resolvemos nuestros casos en condiciones de trabajo infrahumanas y con demasiadas carencias
¿Qué es la fiebre amarilla?
La enfermedad es transmitida principalmente por mosquitos de los géneros Haemagogus spp, Sabethes spp y Aedes; específicamente, a este último pertenece el Aedes aegypti. El proceso es el siguiente: el ejemplar infectado pica a un humano o primate; luego de un período de incubación de 3 a 6 días, el individuo ya se encuentra infectado. A partir de este momento pueden comenzar a aparecer los síntomas. Es común que algunas personas no experimentan síntomas, pero cuando estos ocurren, los más comunes son fiebre, dolor muscular con prominente dolor de espalda, dolor de cabeza, pérdida de apetito y náuseas o vómitos.
Llegada la situación donde una persona contrae la enfermedad, es importante conocer las medidas a tomar para evitar su expansión. La persona contagiada debe hacer uso del mosquitero y repelente para evitar ser picada por el vector y así este no transmita la enfermedad. Además se debe hacer un cerco epidemiológico por parte del personal de salud, es decir, vacunar a toda la población cercana al caso positivo, tener vigilancia del paciente, medidas de control del vector como son fumigación, desmalezamiento y destrucción del alojamiento del insecto, precisó la doctora Gabriela Pérez.
La SVI describe 3 focos de contagio enzoóticos o naturales en Venezuela; estos son el lago de Maracaibo, el lago de San Camilo y los cuerpos de agua dulce ubicados en Guayana. Estos se extienden desde las fronteras con Brasil y Colombia, atravesando multitud de espacios naturales que son corredores para uno de los posibles portadores de la enfermedad, los monos Alouatta spp -conocidos en Venezuela como araguatos o aulladores. Por lo tanto, se recomienda especial precaución al visitar esas zonas, sea por recreación o trabajo.
Medidas para prevenir la fiebre amarilla, según la OMS
Una duda bastante común es: ¿Qué puedo hacer para evitar el contagio? A dicha duda, la Organización Mundial de la Salud recomienda la vacunación como medida principal y más efectiva, gracias a que una sola dosis tiene capacidad de protegerte de por vida. Sumado a eso, dictan que el uso de ropa holgada y de colores claros otorga una protección extra frente al vector de la enfermedad.
Además recomiendan la eliminación de criaderos de mosquitos -aguas estancadas, cauchos abandonados, entre otros…- para evitar futuros contagios; advierten que es importante el uso de repelente de insectos y, como dato extra, que debe ser aplicado después del protector solar.
La SVI especifica que lo ideal en el país es una cobertura vacunal superior al 95% en las áreas de riesgo. En contraposición, los datos de la OPS del año 2022 revelan que la estimación de vacunación para el 2021 era de tan solo 76%.
Ante este panorama, los especialistas recomiendan a las personas que al presentar cualquier sintomatología asociada con la enfermedad, acudan a un médico para ser evaluado y no automedicarse para evitar complicaciones.
Alexander Carpenito – Correo del Caroní
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