
Desde la llegada al poder de Hugo Chávez en 1999 y continuando con Nicolás Maduro, el chavismo ha denunciado múltiples supuestos complots y planes conspirativos cada vez que se hacen elecciones en Venezuela, con lo que utilizan estas acusaciones como herramienta política para deslegitimar a la oposición, justificar medidas represivas o movilizar a sus bases.
Algunos analistas consideran que la recurrencia de esos señalamientos no es otra cosa más que «cortinas de humo» para tratar de encubrir otras situaciones ocurridas o por venir.
Sin embargo, desde 1999 hasta mayo de 2025, se pueden identificar al menos 10-15 casos documentados de acusaciones de complots antes de elecciones, con un aumento en los últimos años bajo Maduro.
Las acusaciones siempre suelen involucrar a la oposición, potencias extranjeras (especialmente EE. UU.) y, en ocasiones, países vecinos como Colombia.
Entre 2024 y 2025 se ha visto un incremento en las denuncias de complots, acompañadas de acciones como la inhabilitación de candidatos opositores, detenciones masivas (más de 1.800 presos políticos desde julio de 2024, según Foro Penal) y restricciones.
Los más sonados
A continuación, recopilamos los casos más destacados mencionados en reportes periodísticos y análisis:
2005 (antes de las elecciones parlamentarias de diciembre): Hugo Chávez denunció un supuesto plan para asesinarlo con una bazuca que, según él, pretendía derribar el avión presidencial. No se presentaron pruebas concretas, y los supuestos conspiradores incluían a opositores y figuras internacionales como la CIA y el expresidente estadounidense George W. Bush.
2006 (antes de las elecciones presidenciales de diciembre): Chávez afirmó que existía un plan para dispararle durante un desfile militar, señalando a opositores como el excandidato presidencial Manuel Rosales y al expresidente Carlos Andrés Pérez como parte de la conspiración. Las acusaciones carecieron de evidencia sólida.
2009 (antes de las elecciones regionales y referendos): Mario Silva presentó un audio en el que dos militares supuestamente discutían un plan para asesinar a Chávez. La autenticidad del audio fue cuestionada, y las acusaciones se dirigieron contra opositores sin pruebas concluyentes.
2013 (antes de las elecciones presidenciales de abril): Nicolás Maduro, como candidato tras la muerte de Chávez, acusó a la CIA, el Pentágono y a los exembajadores estadounidenses Roger Noriega y Otto Reich de orquestar un plan para envenenar al candidato opositor Henrique Capriles y culparlo a él, con el objetivo de generar un golpe de Estado. El Departamento de Estado de EE.UU. desmintió categóricamente estas acusaciones.
2017 (antes de las elecciones para la Asamblea Nacional Constituyente de julio): El chavismo denunció planes de sabotaje electoral por parte de la oposición, que calificó como intentos de desestabilización orquestados desde el exterior. Estas acusaciones acompañaron un proceso electoral ampliamente cuestionado, donde Smartmatic, la empresa encargada del sistema de votación, denunció manipulación de resultados.
2018 (antes de las elecciones presidenciales de mayo): Maduro y el chavismo acusaron a la oposición y a potencias extranjeras, especialmente EE. UU., de planificar acciones para deslegitimar los comicios. Las negociaciones previas con la oposición en República Dominicana fracasaron, y el chavismo señaló intentos de boicot electoral, sin presentar pruebas específicas.
2021 (antes de las elecciones regionales de noviembre): Aunque no se detallan complots específicos en las fuentes, el chavismo intensificó la narrativa de sabotaje externo e interno para consolidar su control, en un contexto donde la oposición estaba fragmentada y el oficialismo dominó los comicios.
2024 (antes de las elecciones presidenciales de julio): Maduro denunció al menos cinco supuestas conspiraciones contra su gobierno en el último año, incluyendo planes de sabotaje electoral. Estas acusaciones se intensificaron tras la inhabilitación de María Corina Machado, señalada como líder de acciones desestabilizadoras. El chavismo también acusó a la oposición de preparar un fraude electoral, a pesar de que ellos mismos fueron denunciados por manipulación masiva en los comicios.
2025 (antes de las elecciones legislativas y regionales del 25 de mayo): Diosdado Cabello, ministro de Interior y Justicia, denunció un supuesto plan para sabotear las elecciones, acusando a María Corina Machado de liderar acciones violentas, incluyendo atentados con explosivos contra embajadas, hospitales y figuras políticas. Se reportaron 38 detenciones, incluyendo 17 extranjeros, y se prohibieron los vuelos desde Colombia por una semana, alegando la infiltración de agentes extranjeros. Maduro también señaló a una “mafia albanesa-colombiana” y al contratista estadounidense Erik Prince, sin presentar pruebas verificables. Estas denuncias se produjeron en un contexto de baja participación electoral y creciente desconfianza.
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