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sábado, 26 de abril de 2025

Alianza geopolítica de China con Venezuela es prioridad por encima de los negocios


Tomada de Agencia Venezolana de Noticias

La alianza geopolítica ahora cobra mayor importancia cuando la preocupación de Donald Trump y su equipo MAGA es contrarrestar el ascenso económico y militar de China que se ha convertido en el principal inversor en Latinoamérica

Francisco Olivares 25.04.25

Todos se preocupan por lo que llaman una “guerra comercial” desatada por Donald Trump contra adversarios e incluso contra países aliados fundamentales de Estados Unidos. Estas acciones y las respuestas de sus rivales tienen detrás un interés superior más allá de lo comercial y económico.

Los efectos negativos que generaron las abruptas medidas de Trump de aplicar altos aranceles sembraron malestar, incluso en EE.UU., por lo que se suspendió la medida por 90 días. Pero llamó la atención que el único país que no se incluyó en la tregua fue China; no solo fue excluido de la prórroga sino que se le aumentó la tasa a 145%. Beijing respondió automáticamente con un  incremento de 125%.

Desde cada polo de poder se cuestiona lo que hace el otro, pero ninguno de los dos líderes ha encontrado un camino para la negociación, más allá de los encuentros y desencuentros que han protagonizado. Esta disputa que enfrenta a las dos mayores economías del planeta se agudizó aún más cuando Washington volvió a incrementar los aranceles a las importaciones chinas a 145% y en el comunicado advirtió que podría elevarlas de nuevo.

Cada uno de ellos, Donald Trump y Xi Jinping, han entrado en una carrera por el dominio geopolítico que en cada caso tiene orígenes distintos pero con acciones pragmáticas, en un complejo mundo de intereses disímiles, donde líderes políticos y autócratas religiosos, económicos y militares disputan sus primacías.

Para Donald Trump el principal adversario o “enemigo”, según vaya desarrollándose esa dinámica competitiva,  no es Rusia o Irán, tampoco lo que ocurre en Venezuela o la crisis de las democracias occidentales. La principal preocupación de Trump y su equipo MAGA (Make America Great Again) es el ascenso económico, tecnológico y militar de China y su expansión en los países occidentales, tanto en Europa como en Latinoamérica. 

China es en este  momento es el principal inversor en América Latina por encima de EE.UU. y es ahora la segunda economía del mundo y la tercera fuerza militar, aunque todavía se encuentra muy distante de EE.UU. Pero uno de los puntos más preocupantes para Trump es que China tiene el control del 60% de la extracción de las llamadas tierras raras y el 90% del procesamiento de los principales minerales que se utilizan en la producción de las nuevas tecnologías. Estos minerales han comenzado a ser el nuevo petróleo para el mundo tecnológico.

Disputa por el canal de Panamá

El conflicto que se produjo entre Trump y el presidente José Rafael Mulino de Panamá por la presencia china en áreas estratégicas del Canal de Panamá y la amenaza del magnate de recuperar la estructura fluvial, tiene que ver con los proyectos expansivos de China en el comercio internacional y el control de las rutas marítimas del comercio entre el Atlántico y el Pacífico.

Mientras EE.UU. descuidaba lo que llamaban “su patio trasero”, es decir Suramérica y el Caribe, China entró con gran fuerza en casi todos los países de la región sin detenerse en ideologías o alianzas políticas.

Xi Jimping ha sido un líder pragmático que tiene como prioridad la expansión. A lo interno ha exaltado el rol histórico y monárquico de China y ha vuelto a imponer el culto a la personalidad.

En la búsqueda del control de las rutas hacia el Pacífico, una de las más importantes inversiones ha sido el puerto de Chancay en Perú, un proyecto liderado por Cosco Shipping Company, empresa estatal china especializada en el transporte marítimo. En la primera fase ya concluida, China invirtió 3.400 millones de dólares. El puerto permitirá al país asiático un gran dominio del tráfico marino del continente por el Pacífico desde al Atlántico.

Otro de los proyectos chinos es el desarrollo de un  canal en Nicaragua que competiría con el de Panamá y sería una carta a favor en la supremacía del comercio marítimo. Aunque China ha confrontado problemas con el proyecto, no se ha detenido y el acuerdo con el mandatario Daniel Ortega sigue adelante.

Venezuela no le sirve para negocios

Es más lo que ha perdido China invirtiendo en proyectos económicos en Venezuela que lo que ha recibido. Si hay algo que nunca resultó para los chinos fue hacer  negocios con Venezuela. La corrupción y burocracia hizo fracasar casi todos los proyectos establecidos desde el Fondo Chino-Venezolano.

El más reciente informe de la ONG Transparencia Venezuela (China-Venezuela) ofrece interesantes datos que explican por qué China, a pesar de este mal socio, mantiene su alianza con Nicolás Maduro.

Los viajes de Maduro a China, anuncios de nuevos acuerdos “estratégicos” y la propaganda de elogios hacia su aliado, no se han concretado en beneficios tangibles. A Venezuela desde el año 2020 no ha ingresado un solo dólar o yuan de inversión proveniente de China, indica Transparencia Venezuela. El intercambio comercial se redujo a la mitad en los últimos 4 años (6 mil 400 millones de dólares). En paralelo las inversiones de China en otros países del continente en ese mismo período (2020-2024)  remontaron a 48 mil millones de dólares.

El informe de Transparencia Venezuela señala que los 69 mil millones de dólares (que puso China para proyectos industriales y comerciales) debían ser pagados con petróleo y en inversiones. Esa inversión representaba 46% de todo el dinero que los chinos enviaron a Latinoamérica esos años. Pero, Venezuela incumplió con los envíos de petróleo, los recursos fueron mal administrados y la mayoría de las obras no se concluyeron, manteniendo una deuda con China de cerca de 15 mil millones de dólares al cierre de 2024. “Desde 2018 cesaron los préstamos, se acabaron los megaproyectos y se redujo el comercio binacional con China”, precisa el informe.

Venezuela como territorio estratégico

¿Por qué China sigue aliada a Venezuela? Un punto clave en el interés de China que destaca la ONG es que los chinos tienen mayor interés en promover “su poder agudo y sutil a través de la colaboración diplomática, la cooperación mediática y el apoyo frente a crisis políticas que tienen impacto internacional”. De allí su rápido reconocimiento a Nicolás Maduro tras la elección del 28 de julio de 2024.

A cambio, señala el informe de Transparencia Venezuela, la nación venezolana “sirve de campo de prueba para las tecnologías de control y vigilancia ciudadana de China, contribuyendo a expandir en medios oficiales su perspectiva geopolítica, lo que se traduce en una relación de poder desbalanceada”.

En el sector tecnológico, la empresa Corporación China de Importaciones y Exportaciones Electrónicas (CEIEC) es el proveedor de software y hardware para el bloqueo de sitios web, censurar contenidos y filtrar información que no favorece al régimen venezolano. El informe de Transparencia Venezuela indica que es una versión similar al “Gran Muro” digital que mantiene Beijing en su país. También refiere que la empresa china ZTE, multada en EE.UU., construyó la base de datos del Sistema Patria, considerado un instrumento de vigilancia y coacción social en Venezuela, tarea por la que cobró aproximadamente 70 millones de dólares.

El apoyo chino también se concreta en seguridad y defensa. La ONG advierte que las cifras en 2024 no están disponibles, pero señala que China fue el proveedor más importante para Venezuela en el área de defensa entre 2014 y 2023.

Bases de inteligencia en Cuba

Las operaciones de inteligencia de China desde América Latina han ido de la mano de sus inversiones y operaciones industriales y comerciales. Uno de los países desde donde China ha desarrollado con mayor eficacia sus tecnologías para la intervención en procesos políticos y comerciales, ha sido Cuba.

Una investigación desarrollada por varios especialistas del Center for Strategic and International Studies (CSIS), detalla la ubicación de los principales centros de operaciones en Cuba. La investigación reveló cuatro sitios en la isla que  apoyan los esfuerzos de China para recopilar inteligencia sobre EE.UU. y sus vecinos. “Las imágenes satelitales y el análisis de fuentes abiertas ofrecen una visión sin precedentes de estas instalaciones y proporcionan pistas sobre cómo podrían usarse para espiar comunicaciones y actividades sensibles en la región”, indica el informe. Estas instalaciones han experimentado mejoras observables en los últimos años, a pesar de las perspectivas económicas cada vez más nefastas que padece Cuba.

El CSIS es un centro de estudios sin fines de lucro con sede en Washington, D.C., que se centra en las relaciones internacionales, comercio, tecnología, finanzas, energía y geoestrategia.

El CSIS indica que la proximidad de Cuba al sur de EE.UU. y el Caribe la convierte en un lugar privilegiado para la recopilación de inteligencia de señales (SIGINT) en la región. Ubicada a menos de 100 millas al sur de Florida, está bien posicionada para vigilar las comunicaciones y actividades sensibles, incluidas las del ejército estadounidense. La costa sureste de EE.UU. rebosa de bases militares, cuarteles generales, centros de lanzamiento espacial y sitios de pruebas militares.

CSIS explica que el apoyo financiero de China a Cuba ha experimentado crecimiento continuo. China ha proporcionado aproximadamente 7 mil 800 millones de dólares en financiamiento para el desarrollo desde el año 2000, según AidData. Esto incluye proyectos importantes como la modernización del Puerto de Santiago de Cuba.

Las empresas chinas están profundamente arraigadas en el sector tecnológico de Cuba. Los gigantes tecnológicos chinos Huawei y ZTE, ambos incluidos en la lista negra del gobierno de EE.UU. por riesgos de espionaje, forman la columna vertebral de la infraestructura de telecomunicaciones de la isla.

Las ambiciones de China de expandir su presencia militar en el extranjero están bien documentadas y Cuba proporciona un punto de apoyo atractivo en el Caribe. Una evaluación desclasificada de la Oficina del Director de Inteligencia Nacional de Estados Unidos (ODNI), publicada en 2024, enumera a Cuba como uno de los países donde China está buscando establecer instalaciones militares.

Donald Trump y los anteriores presidentes del partido Demócrata, Joe Biden y Barack Obama, calificaron a Venezuela como “amenaza” para la seguridad de EE.UU. Esa clasificación que apuntaba al rol que ha cumplido Nicolás Maduro y el chavismo en el escenario internacional, estaba puesta no solo en sus alianzas con Irán y Rusia,  sino especialmente con China y su proyecto geopolítico, ahora el principal rival de Trump. De allí que la profundización de las sanciones aplicadas por EE.UU. contra el gobierno de Maduro y sus aliados políticos y económicos, están en sintonía con todo el conflicto internacional que protagonizan las grandes potencias que involucra a las autocracias y las democracias occidentales que también padecen conflictos internos y diferencias entre ellas.   

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