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domingo, 2 de marzo de 2025

Semana: relatos de los colombianos que estuvieron secuestrados por el régimen de Maduro


Un grupo de siete indígenas colombianos estuvo detenido en Venezuela durante tres semanas. Los policías les dijeron que si contaban lo que vivieron en la cárcel regresarían por ellos. | Foto: SEMANA

“Buenos días, amor”. Ese era el grito que se escuchaba cada mañana en la cárcel de Puerto Ordaz, en Venezuela, desde una de las dos celdas en las que un grupo de siete colombianos estuvo detenido durante tres semanas, señalados por cargos de delincuencia organizada y financiación al terrorismo. “Buenos días, reina”, le respondían desde otro calabozo ubicado a metros, una distancia que los protagonistas de esta historia jamás pudieron constatar porque cada vez que los sacaban de su reclusorio, tenían la cabeza tapada con un saco negro que les ponía el Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebín) y les impedía ver el panorama.

Por Semana

Después del saludo, llegaba un llamado a lista desde una celda en la que estaban detenidas tres mujeres y otra en la que fueron privados de su libertad siete hombres, de los que cuatro eran colombianos y todos pertenecientes a comunidades indígenas. Nombre por nombre y con la voz en alto para que pudiera escucharse a través de los muros, ellos saludaban y decían si estaban bien o, tal vez, no tan bien: tenían hambre, dolores en el cuerpo y desasosiego por el paso de los días detenidos sin poder hablar con sus familias en Colombia.

Un alarido de acento venezolano, de un corpulento agente del Sebín que los trató de “subversivos”, rompió el llamado a lista exigiendo silencio. “No podíamos vernos, solo escucharnos. Nos decían que nos quedáramos callados, que eso no era una cárcel, sino un centro de investigación. Aseguraban que no estábamos presos, sino de paso”. Entonces, el miedo de estar recluidos en un país ajeno, sin contacto con abogados y mucho menos con las familias, convertía el pasillo del centro de detención en un camino de silencio que solo se rompía cuando se abría la puerta de una celda para comenzar el interrogatorio.

Un grupo de siete indígenas colombianos estuvo detenido en Venezuela durante tres semanas. Los policías les dijeron que si contaban lo que vivieron en la cárcel regresarían por ellos. | Foto: getty images

A los siete colombianos los llamaban uno a uno para interpelarlos sobre sus antecedentes y preguntarles si conocían a la guerrilla. Ellos relatan que no sabían qué responderles a los agentes y, al cabo de un cuestionario fallido, los regresaban a sus celdas. “Nos ponían capuchas negras. Siempre agachados. A veces nos hacían arrodillar con los brazos amarrados hacia atrás. Al que levantaba la mirada, le pegaban en el cuello para que bajara la cabeza. Nos dijeron que, así como estábamos, atados, nos iban a mandar al río”. El río, el Orinoco, donde los detuvieron en la madrugada del último jueves de enero. La amenaza era que podían morir ahogados.

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