La vida, la libertad y la propiedad no existen por razón de leyes hechas por el hombre. Por el contrario, el hecho es que la vida, la libertad y la propiedad existen con anterioridad a aquello que hizo a los hombres hacer leyes por primera vez. Frederick Bastiat.
En la Asamblea Nacional de Fedecámaras celebrada en la ciudad de Mérida del 21 al 24 de Julio del año 2006, hace casi 19 años, el lema central fué: “La Propiedad Privada: un derecho irrenunciable”. La defensa de la misma debe ser el propósito, objetivo y razón de ser no sólo de Fedecámaras como organismo gremial, sino de todo el empresariado en general y de todos y cada uno de nosotros en particular. Debe ser una toma de conciencia y una postura política importante y siempre oportuna por lo trascendente del tema. Debe ser un factor que aglutine y unifique a todos los venezolanos para dar la batalla por la libertad y la democracia en el país.
Está demostrado, como lo hizo en ese entonces en su brillante exposición el Dr. Ignacio De León, cito “Que los países que han logrado un mayor grado de desarrollo son aquellos que han permitido, estimulado y promovido la libre iniciativa privada que no es otra cosa que el respeto al derecho de propiedad como un derecho humano, consustancial al desenvolvimiento democrático de los pueblos. Actuar en sentido contrario, hacia una sociedad de propiedad colectiva, es no sólo una agresión a un derecho humano, sino además a la condición genética de los seres humanos.
En un informe de CEDICE se corrobora que Venezuela ocupó el puesto número 126 entre 130 países en el índice de libertad económica. Se concluye que el peor desempeño del país se evidencia en el área jurídica, en la seguridad de los derechos de propiedad y en la política monetaria, como consecuencia de la incertidumbre generada por la fácil y continua modificación de las leyes y la poca claridad de las políticas públicas.
En el documento de la Unidad de Análisis Económico de Fedecámaras se expresa muy bien: “La propiedad como derecho humano implica uso, goce y disponibilidad. Un sistema de propiedad privada da a los individuos el derecho exclusivo de usar sus recursos como lo considere conveniente y transferirlos a su voluntad.” Esa es la esencia de un capitalismo con justicia social, que es distinto al “capitalismo salvaje” que practican algunas naciones y al “salvajismo estatal” que se pretende instalar entre nosotros.
La historia y los hechos han demostrado que existe conexión entre el sistema político y la libertad individual lo cual genera una alta correlación entre progreso y respeto a la propiedad privada, y esa debe ser una bandera permanente de lucha del empresariado y de todos los que creemos en la propiedad privada como motor del desarrollo.
A estas consideraciones habría que agregar las que hizo el Dr, Rubén Jaén Centeno en un artículo en el diario El Nacional el día 09-09-2006 titulado “Genética y propiedad privada” , en el cual, haciendo un juicioso análisis nos dice que desde hace muchos años se sospechaba que el proceder de las personas tenía una base genética, pero no había pruebas fehacientes hasta la identificación de la composición del doble hélix que forma el ADN y las investigaciones que condujeron al estudio del genoma humano, lo cual explica que las reacciones sean muy semejantes.
Si reconocemos con humildad, dice el Dr. Jaén, que somos simplemente primates superiores con capacidad de pensar y razonar, debemos aceptar que hay instintos que la mayoría no puede dominar porque forman parte de nuestra composición genética y el deseo de tener algo propio, y su defensa está entre ellos. Sus reflexiones lo llevan a asegurar que las doctrinas que pretenden eliminar la propiedad privada están destinadas al fracaso, tal como sucedió con la aplicación masiva del sistema comunista en el siglo XIX y que jamás se podrá despojar al ser humano de ese sentido de propiedad que está en sus genes.
La propiedad privada tiene que ser un derecho irrenunciable de todos los venezolanos, que permita enfrentar la engañosa entrega de títulos de simple posesión que otorga el régimen. El progreso y el desarrollo del país está en lograr la conversión de proletarios dependientes de las dádivas del Estado, a propietarios que con su esfuerzo y voluntad personal labren su propio destino. Desde hace mucho tiempo lo decía Bastiat: “El Estado es la gran ficción a través de la cual todo el mundo trata de vivir a costa de todos los demás.” Ese anhelo por tener algo mío y más si es fruto de mi trabajo constituye una constante de la especie humana.
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