Republica del Zulia

Julio Portillo: Necesitamos entonces promover el regionalismo como protesta al excesivo centralismo en todos los órdenes. Tenemos que despertar la conciencia política de la provincia.

miércoles, 19 de marzo de 2025

Análisis de entorno: por qué esta vez sí es diferente y sí se van a ir


política

Los resultados a esta fecha de la gestión de 26 años de chavismo, muestran la destrucción la economía, habiendo bajado el PBI desde 500.000 millones de dólares a alrededor de 70.000 millones de dólares (es todo tan opaco que no hay manera de conocer ninguna cifra oficial) en menos de 10 años, y de llevar la producción petrolera a menos de 500.000 bpd a partir del próximo 3 de abril con la salida de Chevron.

También el chavismo es responsable de colocar al país en un nivel de pobreza donde, según Encovi “82,8% de los hogares quedó en la categoría de pobres por ingreso (no contaron con el dinero suficiente para adquirir la canasta básica) y 51,9% se ubicó en pobreza multidimensional” que tiene características de estructural… o sea que, aunque les aumentaran los ingresos, ese casi 52%, seguiría siendo pobre.

Sin contar que 8 millones de venezolanos huyeron del país debido a las condiciones de vida que el chavismo fue creando… y que si, en el supuesto negado, que se quedaran en el poder, ese número podría incrementarse significativamente.

La anterior es una fotografía que es parte de una película que augura un futuro más oscuro, con peores números y con un deterioro progresivo que se refleja en una recesión que va profundizándose, con una inflación creciente y, por supuesto, con una escasez de dólares que está disparando todos los días el tipo de cambio, y que se disparará aún más. Porque el futuro a corto plazo, y hasta que se produzca el cambio político, se ve espantoso.

En lo político, el chavismo perdió su base de sustentación popular, quedando relegado a menos de 20% de las preferencias de la gente… en realidad, hasta gran parte de ese 20% también quisiera que se vayan.

Porque si partimos del 70-30 con el que ganó la oposición, y se decanta ese 30% del chavismo, se infiere que al menos una tercera parte fue coaxionada para votar por el chavismo en contra de su voluntad y algunos votos más que posteriormente se perdieron por la desilusión con el liderazgo de Diosdado Cabello y Nicolás Maduro, por la brutalidad de los métodos que usaron para retener el poder; mientras los opositores, sin violencia, pudieron demostrar a los venezolanos y al mundo, que Edmundo González había ganado las elecciones. Y que el chavismo se convirtió en un gobierno de facto, sin legalidad, sin legitimidad y en minoría.

Porque la manera en que se comportaron e inmolaron las instituciones (CNE, TSJ, FNR, AN y FANB) para fraguar la retención del poder, les quita todo viso de credibilidad, y, seguramente, todas las medidas que fueron tomadas en este tiempo, serán viciadas de nulidad y no tendrán efectos exigibles. Es una cuestión de tiempo… de no mucho tiempo, para que ocurra.

Entonces los llamados a elecciones regionales sin antes haber resuelto el tema del 28 de julio, deben ser puestos en la perspectiva de ilegitimidad de las instituciones. No crear el falso dilema de votar o abstenerse, porque no se trata de eso… se trata de que si al llamado lo hiciera Súmate, entonces la gente podría responder con confianza… pero si no, entonces, la convocatoria no debería siquiera ser considerada.

El chavismo no tiene la legitimidad para administrar el país, imagínense si puede tenerla para administrar otra elección… y ni que hablar de la reforma constitucional… por favor… eso no tiene sentido.

Bueno, en realidad sí tiene sentido porque los políticos salen a darle validez y entran en una discusión sin contar con las bases que los eligen. Primero porque ninguno de los que hablan y declaran mueven el amperímetro de la popularidad que se convierte en votos, porque hoy, los votos solo los tiene María Corina Machado, pero ellos actúan y se expresan como si representaran a alguien.

Y segundo, porque cualquier resultado que se oficialice, que nunca será el reflejo de la voluntad popular, será el resultado que el chavismo ya tenía en mente, y que otorgará los cargos en forma graciosa a quien ellos ya tenían planificados.

Porque ya nunca más va a volver a ocurrir lo del 28 de julio, donde el grupo que yo llamo los “institucionales”, no hicieron trampas al sistema, porque tenían la decisión de entregar el poder… porque ya sabían -según las encuestas- que iban a perder y querían entregar, para salir por “la puerta grande” y volver a ser una opción en el futuro.

Pero los “radicales”, que tomaron conciencia de eso cuando ya no podían modificar los resultados en el sistema, decidieron patear el tablero y hacer lo que ya todos vimos que hicieron en una forma salvaje y sin límites. Asegurándose con esa acción que, una vez que se vayan -porque seguro que se irán- ya sea muy difícil que regresen… porque se están yendo por “la puerta de atrás” en una forma vergonzante.

Ahora, cuando vemos el panorama internacional, el nivel de aislamiento en el que quedó el gobierno chavista, deja cada vez más claro que el aislamiento no es para Venezuela, sino para ellos, porque el accionar internacional de María Corina Machado y de Edmundo González, va reposicionando a Venezuela, con la idea de una Venezuela liberal, asociada al resto del mundo, y aplicando las lecciones aprendidas, de “nunca más el Estado empresario”.

Y que, por primera vez en decenas de años, el nuevo gobierno se dedique a gobernar y no a cuidarse de la corrupción en la que caen inexorablemente los políticos con las empresas del Estado, y toda la filosofía corrupta que, en Latinoamérica, significa el Estado empresario… Nunca más.

Entre los puntos más resaltantes de las propuestas que hicieron María Corina Machado y Edmundo González en el CERAWeek, en Houston, se encuentra una desestatización ordenada y la apertura total a la inversión privada, incluyendo el petróleo y el gas; donde la participación del estado será subastada en forma transparente y basada en reglas claras, y el gobierno será el regulador transparente que ponga los límites que protejan al medio ambiente y a la sociedad.

También se hará énfasis en la seguridad jurídica para ganar confianza internacional; garantizando mecanismos de arbitraje internacional y se trabajará con el FMI y el Banco Mundial para renegociar la gigantesca deuda externa que nos deja el chavismo, porque antes de ellos, nosotros no solo no pedíamos dinero, sino que éramos quienes aportaban y lo prestaban.

El desastre no deja espacio sin cubrir… en cualquier área que se les ocurra nos hicieron un daño que costará reparar… pero lo haremos… reconstruiremos a Venezuela… y lo haremos pronto, y lo haremos bien.

Se trabajará en los temas impositivos y laborales para acelerar la inversión y el crecimiento de la economía, con énfasis en el sector energético. Y como muy importante, extraer las reservas en el subsuelo, porque ahí, bajo tierra, no le sirven a nadie. Hay que extraerlas y convertirlas rápidamente en riqueza para todos los venezolanos.

Venezuela tiene el potencial de producir varios millones de barriles por día. No se trata de aumentos marginales, sino de una revolución en la industria energética.

Porque contando con las mayores reservas de hidrocarburos del mundo, costos de producción bajos y una ubicación estratégica en el hemisferio occidental, Venezuela puede volver a convertirse en un actor clave en el mercado global. Y por supuesto, para lograr lo anterior hará falta una inversión masiva en infraestructura y educación.

Con Edmundo González presidente, y con María Corina Machado vicepresidente, lo que se busca es una transformación radical y no solo un ajuste incremental. Ambos presentaron una hoja de ruta clara, una que representa un beneficio tanto para los venezolanos como para los inversionistas. Y dejaron en claro lo esencial: nada de esto será posible sin libertad.

“La única solución para Venezuela es el fin del chavismo, el retorno de la democracia y, con ello, la reconstrucción del país con base en nuestros recursos naturales”.

En declaraciones recientes de Trump, pone el peso del desarrollo de la región latinoamericana en manos de tres dirigentes: Milei, Machado y Bukele. Por eso es tan importante el casi seguro Plan Marshall que nos permita renacer de las cenizas… y, pese al chiché y al lugar común, sin ninguna vergüenza lo bautizaría Plan Fénix.

Tuvimos en el pasado situaciones límite que hacían pensar a los mismos chavistas que hasta ahí llegaban, y que se tendrían que ir. Pero, cuando los que nos dedicamos al análisis del entorno revisábamos los factores habilitantes e inhibientes de la situación, éramos de los pocos que decían que “esta vez no se van… se quedan”. Porque, como en efecto ocurrió, en la medición de fuerzas no había condiciones para que se fueran.

Contaban con apoyo popular, las FANB estaban con ellos desde arriba hasta las bases, y el dinero petrolero seguía fluyendo. Pero la soberbia los ganó y comenzaron a alejarse de las expectativas de la gente, hasta un punto en que decidieron que eso no era importante… que lo que decían y declaraban desde el gobierno era más importante que lo que la gente percibía… hasta que les agotaron la paciencia, la gente se cansó, y ya no los quiere más.

De hecho, no he encontrado a ningún venezolano que hable bien del gobierno porque hasta los enchufados, bolichicos, alacranes y otras especies de esa fauna, en privado, están convencidos que esto no da para más… que la revolución se agotó.

Por eso es que esta vez es diferente; nadie quiere dar vuelta la página, sino que el pueblo resistirá en forma pacífica y pasiva, hasta que María Corina Machado dé una señal de que ha llegado el momento de salir -siempre en forma pacífica- a la calle a presionar hasta que se vayan. Y para eso debe recuperarse el momentum que hubo en agosto y en enero, porque hacerlo fuera de tiempo puede resultar en una masacre de los marchantes a manos de las fuerzas de represión… de los encapuchados y de los de cara abierta, pero con anteojos negros.

Porque en cualquier situación en el pasado, siempre el chavismo mantenía visos de viabilidad, al menos por unos años más. Bueno… esa situación hoy no existe… el chavismo tal como está planteado ya no es más lo que supo ser, y está jugando a filas cerradas y en forma totalmente defensiva.

Perdió la iniciativa mediática, así como la iniciativa política. Por eso es que convoca elecciones y pretende modificar la Constitución; por eso es que acepta con la boca cerrada que le quiten las empresas petroleras, pero sigan repatriando delincuentes expulsados de EE UU. Por eso también es que viaja a un costo altísimo hasta aguas internacionales para molestar a los de Exxon y al gobierno de Guyana. Y es por eso que no anda insultando ni a Trump, ni a Lula, ni a Petro… porque ya ni siquiera pueden insultar abiertamente como, con arrogancia, lo hacían en el pasado.

Y el síntoma más claro que se repite en todos los casos de gobiernos de este tipo antes de salir, es que ya se habla “libremente” de la salida, como si fuera cuestión de tiempo. Por eso es que esta vez es diferente a las anteriores, y sí se van a ir.

Recomendación

  • Al gobierno: que adopte la estrategia de desregulación total para que la economía alcance, a través de los actores privados -empresas y personas- los equilibrios posibles, por la nueva manera que deberían encontrar los actores para relacionarse entre ellos… con la mínima participación del estado. Por supuesto habría que reducir el estado y el gasto público asociado para llevar los impuestos y otras exacciones al mínimo posible. De otra forma, es difícil que los eventos críticos que se vienen, no hagan más daño que el que deberían.
  • A la dirigencia opositora: que explique en términos llanos, para toda la gente, las propuestas que se hicieron en el CERAWeek, en Houston, el evento energético más importante del mundo, sobre cómo será la Venezuela del futuro, y cómo todas esas propuestas se convertirán en un nivel de vida superior, equiparable a cualquiera de las sociedades del primer mundo. Y es algo que puede lograse en tiempos relativamente cortos para que la gente ya pueda ver mejoras… y siempre sabiendo que, en el futuro, siempre estarán mejor (y no peor, como es ahora).
  • A la dirigencia empresarial: que asuma un verdadero liderazgo frente a la sociedad anticipando el tsunami que se nos viene, y proponiendo medidas concretas para que los empresarios y las personas protejan su patrimonio y que adviertan que la única manera de salir de esta situación caótica es con una transición política. Es una obligación del liderazgo plantear las cosas con claridad… ya no queda espacio para mirar para otro lado como lo vienen haciendo.

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