“Caminante no hay camino, se hace camino al andar, al andar se hace camino y al volver la vista atrás se ve la senda que nunca se ha de volver a pisar”… Antonio Machado. (España 26 de julio de 1875 – Francia 22 de febrero de 1939).
Ojalá que alcancemos pronto a eliminar las causas que más que justificar se erigen en un deber de defensa de los derechos humanos universales de cientos de miles de familias venezolanas desplazadas. En Caracas se produjo una entrevista del enviado del presidente Donald J.Trump a Miraflores. Se especula sobre los propósitos y alcances de tal encuentro entre su enviado Richard Grennell y Nicolás Maduro. Podemos especular sobre que ello derivará en algo muy bueno, para nuestro anhelo de recobrar la libertad y restaurar la democracia a corto plazo. De lo contrario, podría ser para algo muy malo para nosotros, para la región, e incluso para el mundo; como lo sería la prolongación de la tragedia de permanencia del narcocriminal genocida régimen apoyado por la Rusia de Putin, el Irán teocrático y pro terrorista junto a Siria con Hamás y Hezbolá, con las disidencias FARC y el ELN, todos bajo el control maestro de “La Habana castrista”, los reyes del arroz con pollo pero sin pollo.
Que nunca más volvamos a pisar una senda de traiciones, revanchas y odios, como los que han hecho tanto daño a las familias venezolanas. Ello también quedará en el camino con el renacer de Venezuela. Para todos los crímenes, daños morales y materiales, como los que ha provocado la tiranía castrochavista del “socialismo del siglo XXI”, habrá que hacerlo pasar por el tamiz de la justicia; ¡Venezuela será libre!
Tampoco que volvamos a pisar el peine de un grupo de seudoiluminados que, en lugar de la creación y consolidación de sólidas instituciones democráticas, para edificar el Estado de derecho, con igualdad de todos ante a la ley, nos vendan que la solución es la supuesta perfección de una ideología redentora, se llame socialismo o cualquier otra, que calzará a la perfección en el rompecabezas de toda sociedad, país o caso a resolver. Y por supuesto colocado todo en función o a partir del poder de un caudillo. Lo que está demostrado, históricamente, es que el avance de instituciones adecuadas, al tiempo y al espacio de cada país, con la evolución de su cultura política, es que se desarrolla, por sí misma, y como no con la cooperación de sociedades más avanzadas en resolución de asuntos mediante tecnologías y la pieza clave para el armado de cada rompecabezas en cada lugar y en cada etapa.
De la juramentación a una acción eficaz de liberación
Es un grave error aseverar que la Constitución Nacional de la República Bolivariana de Venezuela establece como lugar de juramentación obligado a Caracas, porque no es así. Que establezca en su artículo 18 que el asiento de los Poderes Públicos es el Distrito Capital de Caracas no fija taxativa obligación para lugar protocolar de dicha juramentación.
Es curioso por demás observar las inconsistencias en que incurren actores políticos cuando opinan una cosa en un momento, y lo contrario cuando la situación es sencillamente similar, y aún más clara que antes, como es en este caso. Veamos:
1) Es inconcebible que los que ayer impulsaron y organizaron la conformación de la Directiva del Tribunal Supremo de Justicia Legítimo en el exilio, y que protocolarmente se llevó a cabo con acto de instalación en la Organización de Estados Americanos en 2017, pretendan ahora, por inconfesables intereses, egolatría o, al decir lo menos, por contradicciones en sus análisis personales, argumentan la inconveniencia de juramentar al presidente electo Edmundo González en el exterior ante el TSJ Legítimo, y para que inicie su efectiva condición de presidente constitucional y comandante en jefe de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana.
2) En el caso de la Asamblea Nacional electa en 2015, la cual inició funciones el 5 de enero de 2016, y que ante la obvia usurpación de Nicolás Maduro a partir de fraudulentas elecciones que simuló en mayo de 2013 y que, por simple término de ese periodo de 6 años, culminaría en una ausencia absoluta de presidente electo, se derivó a tal vacante; con la asunción del presidente de la Asamblea Nacional de turno como “presidente encargado”. Nótese que por ningún lado la Constitución menciona la palabra interinato, ni gobierno interino, sino de presidente encargado. Es decir, el presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela, para solventar tal situación excepcional, y con una Asamblea Nacional favorable que suponíamos favorable a reforzar la acción de liberación, siendo elegida por cinco años, va camino a diez, demostrando que desde aquella posición de no atreverse a juramentar al presidente encargado (por complicidad con el narcorrégimen criminal o cualquiera de las anteriores). Guaidó juró ante la plaza pública, el 23 de enero de aquel 2019. Ello no se refería a que lo hiciera en Caracas o no, sino a algo más profundo y grave aún, y que fue exactamente eso ¡nuestra propia Asamblea Nacional no lo hizo! Ante aquella situación el usurpador Nicolás Maduro ya se había juramentado ante su usurpador Tribunal Supremo del narcorrégimen criminal con “Maikel Moreno y su combo”, como seudopresidente de Venezuela.
3) En este caso actual de 2025, después de demostrada la consumada intención de robo de las elecciones por parte de la narcotiranía de Maduro, con las actas que prueban que es Edmundo González el presidente electo y legítimo de Venezuela, y demostradas las más que intenciones conspirativas, sus acciones de ejecución de sus planes continuistas como farsantes de criminal usurpación de las funciones públicas del Ejecutivo Nacional, debemos actuar para desarrollar un “Master Plan”, y sus planes derivados, con manejo indispensable de los recursos necesarios para tener la organización capaz de llevar a cabo dichos planes de desalojo del Palacio Presidencial de Miraflores a Nicolás Maduro. Igualmente, debemos desalojar a sus cómplices de las sedes de asiento de los poderes del Estado: a) La cúpula de la FANB y las comandancias respectivas. b) A los miembros de la Asamblea Nacional usurpadora. c) A los miembros del “tsj usurpador y del régimen” d) A los miembros del cne del régimen. e) A los miembros del poder ciudadano del régimen, tales como la Fiscalía General del régimen. el contralor del robo y la defensora del puesto. A todos ellos a convalidar y acompañar la juramentación de Nicolás Maduro, por su acción e implementación del fraude han convalidación y consumado el delito (todas la minúsculas son intencionales).
Los magistrados del TSJ Legítimo, respecto de los que ahora quieren alegar dizque no fueron juramentados como Tribunal, esa misma Asamblea Nacional de 2015, que no solo autorizó tal designación sino que aprobó que este TSJ Legítimo actuase en un antejuicio de méritos para el enjuiciamiento de Nicolás Maduro por el caso Odebrecht, luego ratificaría dicha autorización al Tribunal Supremo de Justicia Legítimo para que diera curso al juicio; y que fuera celebrado en sitio ad hoc en el Senado de Colombia; el cual se efectuó y condenó a Nicolás Maduro.
Ojalá que Donald J. Trump sea consecuente con su hambre de auténtica historia patriótica, y que le dé la inmortalidad a su mandato, como gran héroe americano y mundial. ¡Que así sea!
Ojalá que Donald J. Trump sea consecuente con su hambre de auténtica historia patriótica, y que le dé la inmortalidad a su mandato, como gran héroe americano y mundial. ¡Que así sea!
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