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Antonio García, máximo líder del Ejército de Liberación Nacional (ELN), ofreció una entrevista a Semana, en Colombia, donde se explayó sobre los conflictos con más de 100 muertos y 75.000 desplazados del Catatumbo, Norte de Santander.
García se refirió de lo que, según él, está detrás de la guerra en el nororiente colombiano y explicó los origines de la reciente arremetida. “Los conflictos no nacen de la noche a la mañana. En 2016, en el Catatumbo, todas las Farc se desmovilizaron, sus comandantes y combatientes. Cuando aparecen las disidencias, se presentan como personas engañadas y que no compartían esa desmovilización. Se autorizó una relación, se les apoyó para que siguieran su lucha, expresaron su intención de rectificar prácticas pasadas, pero en la medida que se hicieron a unos espacios, volvieron con sus viejas costumbres de imposiciones”, dijo.
Para García, el interés de esas disidencias es netamente económico. “En esencia, son grupos centrados en el negocio del narcotráfico, en alianza con carteles internacionales y nacionales, que llegan a ser funcionales con las políticas del Estado. Confesado por el responsable de las ‘cocinas’ de John y Richard, hay un video público en las redes sociales en el que el tipo informa o confiesa que había un negocio por 12.000 kilos de cocaína con los carteles mexicanos y los estaba produciendo. Ese afán de enriquecimiento para seguirse fortaleciendo en el Catatumbo los llevó a violar acuerdos territoriales y políticos, realizar imposiciones a las comunidades y priorizar acuerdos con paramilitares para favorecer sus negocios. Con el tiempo no se vio que esta gente combatiera a las Fuerzas Militares y de Policía del Estado. Como tampoco fueron atacadas ni perseguidas”.
Petro, ¿aliado de disidencia de las Farc?
El líder del ELN se despachó contra Gustavo Petro. Al contestar si la guerra del Catatumbo en este momento es contra el Frente 33 o alias Richard, García dijo: “Jamás la lucha de una organización rebelde alzada en armas es contra individuos; eso puede darse en las bandas delincuenciales. El ELN lucha por unos fines políticos, sociales, así se diga lo contrario. La realidad del ELN, su esencia rebelde, no dejará de serlo. Aunque se diga que los discursos cambian realidades, eso les funcionó por un tiempo a los nazis, donde una mentira dicha mil veces pretendía convertirse en verdad; es la doctrina que está aplicando Petro, pero eso le queda muy mal como jefe de Estado. El tiempo lo dirá. Las personas somos efímeras, las colectividades se mantienen más en el tiempo, igual los pueblos”.
García asegura que las Fuerzas Militares actúan con complacencia frente a las disidencias. “Los partes de combates registran un alto número de bajas que, junto con capturados y entregados voluntariamente, pasan de 200; varios capturados y entregados voluntariamente los hemos devuelto a sus familias, un buen número estaban obligados y aburridos. Han sido recuperados o requisados más de 150 fusiles en buen estado, cinco ametralladoras y otro tanto de armas de apoyo, así como también más de 100 armas cortas. Se siguen entregando a nuestras unidades, mandos y combatientes, se les respeta la vida, se les da buen trato, ellos cuentan lo que estaba sucediendo en su interior. Hoy hay un reducto en el que se encuentran los mandos principales que están siendo custodiados por las Fuerzas Militares, y en otro lado se tiene ubicado que hacen patrullajes conjuntos; sin duda, se está dando una simbiosis entre ellos”, aseguró.
“Últimamente, hemos conocido que ya había un acuerdo de desmovilización y desarme con ellos, por eso las molestias del Gobierno. Pero como podemos ver, se estaba negociando con un grupo de otra naturaleza, pues mientras estaba en cese al fuego, tenía retenido al señor Antonio José Marín Cárdenas, exalcalde de San Cayetano, Norte de Santander, rescatado por el ELN y liberado, mientras el Gobierno y los militares protegen a quienes lo tenían cautivo; igual negociaban con un grupo que estaba procesando, en medio del cese el fuego, 12.000 kilos de cocaína”, aseguró.
Niega masacre de familia
En sus respuestas, García aclaró que ellos no asesinaron a Miguel Ángel López, dueño de la funeraria de Tibú. El crimen del hombre, reconocido por su trabajo en la región, junto con su esposa y su bebé de nueve meses, estremeció al país y puso los ojos en el Catatumbo.
“[La masacre] no fue el detonante, sino la gota que rebosó la copa, pues el Gobierno se quedó callado y empezó a difundirse el cuento de que era el ELN. Para el ELN se hizo inaceptable que, por salvar a sus amigotes, aceptara la inoperancia del Gobierno. Por eso desmentimos nuestra responsabilidad en ese crimen. Además, ninguna autoridad los responsabiliza ni aclara lo sucedido y le toca al ELN esclarecer lo acontecido; ahora se sabe que el responsable material de este múltiple asesinato es Leonardo Pérez, alias Lalo, jefe de milicias del Frente 33 en el corregimiento de Campo Dos, pero sin duda fue ordenado por sus mandos”.
El líder insurgente insistió, en varios momentos de sus respuestas, en hablar de una supuesta cercanía de las disidencias con el Gobierno Petro. “Estos grupos que se dicen ‘disidencias’ no son más que un recicladero de narcotráfico, violencias disfrazadas de guerrillas rebeldes, que en esta oportunidad están buscando un resquicio de legalización a través de una desmovilización y desarme para luego ocupar una posición social y política e ingresar a disfrutar los capitales amasados en el narcotráfico. Vamos a ver en qué terminan estas compincherías con el Gobierno y las Fuerzas Militares, esto deja interrogados al Gobierno, Consejería de Paz y Fuerzas Militares”.
Maduro y Venezuela
Antonio García narró las veces que se ha visto con el dictador venezolano, Nicolás Maduro. “Sí, he tenido contacto con él, siempre ha sido en el marco de los procesos de paz. La última vez que conversamos fue el 30 de marzo de 2016, cuando firmamos el Acuerdo de Agenda. Nos recibió en el Palacio de Miraflores, a las dos delegaciones, a la del gobierno de Juan Manuel Santos y a la del ELN. Desde luego, cuando se asiste a eventos de diálogos con el Gobierno de Colombia, participan funcionarios del gobierno anfitrión y se dialoga con ellos, sea en Venezuela, México o Cuba”.
En otra de sus respuestas reiteró: “He estado en Venezuela cuando ha sido acordado con el Gobierno colombiano en funciones del proceso de paz y ha sido público. Igual ocurre con el comandante Pablo Beltrán, jefe de la delegación de diálogos del ELN. Eso es lo real, lo demás será y es campo de especulación”.
García negó que el ELN tenga el patrocinio del gobierno de Nicolás Maduro, como lo han señalado expertos y varios informes de inteligencia. “Es sumamente ingenuo que un Estado legal cometa la torpeza de apoyar a una insurgencia armada como la nuestra. Todo lo que hemos realizado y realizamos en los niveles estratégicos y operacionales, en los campos militares y logísticos, incluso político, es producto de nuestras capacidades y recursos. Que nadie se llame a engaños, de ahí la sorpresa de Petro y las Fuerzas Militares. Eso lo descubre un neófito en asuntos logísticos y militares, se hacen estudios sobre los teatros de operaciones y se da cuenta de qué tecnologías o medios se usan”.
Sin embargo, García defendió a Maduro. “¿Quién le roba a quién? Podrían enumerarse los grandes robos realizados a Venezuela y por parte de quiénes. El asunto de Venezuela, entiendo, va más allá de unas elecciones, pues se ha actuado contra ese país con golpes de Estado, bloqueos, asedios, atentados, intervenciones y sanciones, que tienen que ver con su existencia, y no son realizadas por su gobierno, sino que con acciones realizadas contra él y su población”.
Muchas versiones sostienen que el gobierno venezolano cuenta con el ELN como una defensa de su punto más débil, en la frontera con Colombia. El chavismo siempre ha creído que por allí podría entrar una eventual invasión militar del extranjero, por ejemplo, de un gobierno como el de Estados Unidos.
Ante la pregunta de si estarían dispuestos a defender a Maduro, García contestó: “Es una eventualidad que se ha analizado y la comandancia tendrá que sopesar en su momento, pero este tipo de decisiones tienen sus espacios donde se analizan. Por ejemplo, varios gobiernos de Colombia han apoyado operaciones contra Venezuela, colocando en alto riesgo la estabilidad regional al llegar a desencadenar una confrontación internacional, con costos elevados para dos poblaciones hermanas. Es algo que siempre hay que evitar”.
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