Carla Gamboa levantó la mano para pedir la cuenta después de comer hamburguesas con sus amigos. Estaba lista para pagar en bolívares, confiando en la tasa del dólar oficial del Banco Central de Venezuela (BCV), la misma que usó más temprano al comprar un par de zapatos en un centro comercial de Naguanagua. Sin embargo, al revisar el recibo, algo no le cuadraba: La tasa aplicada no coincidía con la del BCV, ni con la paralela, ni siquiera con el promedio. Negocios en Carabobo.
Confundida, Carla preguntó al mesero. La respuesta fue desconcertante: el restaurante estaba calculando sus precios con base en la tasa oficial del euro del BCV, un valor aproximadamente un 3% más alto que la tasa oficial del dólar.
Pero este fenómeno no era exclusivo de ese restaurante del norte de Valencia; comercios en municipios como Libertador, San Diego, Los Guayos y más allá están adoptando esta estrategia.
Cobrar a tasa BCV del euro: Una ventaja comercial
El euro tiene más valor que el dólar debido a una diferencia natural en las tasas oficiales. Esto permite a los comerciantes obtener entre un 2% y un 4% más por transacción al cobrar en euros, incluso cuando los precios estén denominados en dólares.
La ventaja para el comerciante es que claramente está cobrando a una tasa de cambio mayor y le permite comprar los dólares más caro, es una estrategia comercial por la diferencia de los precios entre el dólar y el euro, explicó el economista José Guerra.
Esta práctica no es ilegal porque el Banco Central de Venezuela provee euros a la banca cuando hace las intervenciones y no existe una normativa que prohíba su uso en transacciones comerciales.
Indicó que estas situaciones del mercado son normales y ocurren cuando hay distorsiones en el sistema cambiario.
Por su parte, el también economista Hermes Pérez señaló que esta estrategia es una respuesta a la creciente brecha entre la tasa oficial del dólar y la paralela, que supera el 25%.
Para los comerciantes, vender al precio oficial del dólar puede resultar insostenible, ya que reponer inventarios al mismo valor es casi imposible. Al utilizar el euro como referencia, los negocios logran minimizar pérdidas sin recurrir a la tasa paralela, evitando así incurrir en ilícitos cambiarios. No obstante, Pérez advierte que este escenario añade un nivel de complejidad a las transacciones diarias.
Experiencias en los municipios de Carabobo
En Naguanagua, Andrés Polo, propietario de una tienda de repuestos para vehículos, adoptó la tasa del euro para evitar quedar atrapado en las fluctuaciones del mercado. “Si uso la tasa del dólar oficial, pierdo dinero al reponer mercancía. Si uso la paralela, los clientes se quejan de que estoy cobrando demasiado caro. El euro es un equilibrio entre ambos extremos.”
María Aguilar, residente de San Diego, relató cómo esta nueva modalidad afecta sus hábitos de consumo. “Primero pregunto cuál tasa están usando. A veces es dólar oficial, otras paralela, y ahora me salen con el euro. Si pago en bolívares, tengo que estar calculadora en mano para entender cuánto realmente estoy pagando.”
Mientras tanto, en un comercio de víveres en Los Guayos, los empleados narraron que muchos clientes desconocen esta nueva práctica y, al recibir el total en bolívares, reaccionan con sorpresa. Toca explicarles que usamos la tasa del euro porque el dólar no nos cubre los costos de reposición, comentó una cajera.
Entre confusión y adaptación
Guerra aseguró que, aunque esta situación no debería generar demasiada confusión entre los venezolanos, acostumbrados a convivir con múltiples monedas, sí podría dar la impresión de un aumento generalizado de precios.
Sin embargo, aclaró que esta percepción no está directamente relacionada con la inflación, que sigue siendo elevada debido al financiamiento monetario del fisco.
Pérez, en cambio, considera que la introducción del euro complica la transparencia en las transacciones, añadiendo un nuevo cálculo para consumidores y comerciantes.
Además, aunque el euro aún no está tan disponible como el dólar en efectivo, su uso podría extenderse si la brecha cambiaria continúa en aumento.
Un sistema con cuatro caras
Al 3 de enero, la tasa del dólar oficial es de 52,57 bolívares, la del euro BCV 54,16, el dólar paralelo se ubica en 66,59, y el promedio del dólar está en 59,58.
Este mosaico de tasas refleja las distorsiones del sistema cambiario venezolano, obligando a los ciudadanos a convertirse en expertos improvisados en finanzas para navegar su economía cotidiana.
En el restaurante de Valencia, Carla finalmente pagó la cuenta, resignada pero reflexiva. No queda otra que adaptarse, comentó al salir. En Carabobo, como en el resto del país, sobrevivir significa entender y aceptar un sistema económico tan diverso como impredecible.
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Para los comerciantes, vender al precio oficial del dólar puede resultar insostenible, ya que reponer inventarios al mismo valor es casi imposible. Al utilizar el euro como referencia, los negocios logran minimizar pérdidas sin recurrir a la tasa paralela
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