En los últimos días, las autoridades migratorias colombianas han registrado tres incidentes que involucran a iraníes que intentaron ingresar al país con identidades falsas.
Uno de los grupos intentó ingresar por vía terrestre, procedente de Venezuela. Declararon que tenían como destino la propia Colombia y luego México. Curiosamente no fueron arrestados. Fueron enviados de regreso a la tierra sin ley de Nicolás Maduro .
Otros tres iraníes aterrizaron en la capital, Bogotá, procedentes de Brasil. Utilizaron pasaportes griegos, con identidades falsas, según reveló el sitio argentino Infobae.
En un tercer incidente, una mujer iraní también fue detenida en la frontera con Venezuela, esta vez en el aeropuerto. Todos los casos ocurridos, casi simultáneamente en las dos primeras semanas de 2025, no deben considerarse sin un cuarto evento, que ocurrió días después en Estados Unidos.
En diciembre, las autoridades estadounidenses arrestaron al empresario iraní-estadounidense Mahdi Mohammad Sadeghi por cargos de conspiración. Según el Departamento de Justicia, Sadeghi creó una serie de empresas con financiación directa del régimen iraní para enmascarar el envío de suministros para construir drones militares en Irán.
¿Y dónde entra el vínculo con los acontecimientos de América Latina?
Unos días antes de ser arrestado en Estados Unidos, Sadeghi pasó por Brasil. Se trataba de Joinville, ciudad de Santa Catarina que posee un vigoroso polo industrial y tecnológico enfocado al sector aeroespacial. Puedes apostar que Sadeghi no vino a Brasil de viaje.
Irán ha estado presente en Venezuela desde la época del fallecido Hugo Chávez. Estableció instalaciones militares disfrazadas de fábricas civiles y operó el aterrador “aeroterror”, que era una ruta aérea entre Caracas y Teherán que se usaba ampliamente para transportar dinero, contrabando, material militar, personal (incluidos terroristas y criminales) y posiblemente armas nucleares. materiales.
Actualmente, nada es más explícito que la cooperación entre los regímenes de Maduro y Ali Jamenei para la producción de vehículos no tripulados.
Varios informes afirman que además de estacionar drones en varias partes de Venezuela, Irán brinda entrenamiento operativo al ejército venezolano.
La presencia en Brasil de uno de los personajes centrales de las redes clandestinas que apoyan el programa de drones militares de Irán, combinada con la presencia de posibles militares moviéndose entre países de la región (Brasil, Colombia y México) indica que las acciones al programa de drones de Irán han ya superó los límites de Venezuela.
La intensificación de las acciones clandestinas de Irán en América Latina, al mismo tiempo que la controvertida toma de posesión del dictador Nicolás Maduro y el inminente inicio del nuevo mandato de Donald Trump , pueden estar relacionadas.
En el caso venezolano, no es descabellado pensar que las Fuerzas Quds reforzaron su presencia para proporcionar inteligencia y apoyo militar para ayudar a su aliado local a reprimir a la oposición y resistir cualquier incidente que pudiera ocurrir como reacción a su fraudulenta toma de posesión.
En cuanto a Donald Trump, no son ningún secreto las amenazas que el régimen iraní lanza contra la vida del presidente estadounidense. El uso de drones en acciones terroristas se ha convertido en una preocupación creciente.
El caso de Irán es excepcionalmente interesante a este respecto. El terrorismo es política de Estado. Ya sea llevadas a cabo directamente por sus grupos militares, o a través de intermediarios como Hezbolá, Hamás, Hutíes o proveedores de servicios como los cárteles mexicanos e incluso el PCC.
Por tanto, no estamos hablando de una organización terrorista en Irán, sino de un Estado terrorista que utiliza el terror como instrumento asimétrico contra sus rivales.
En lugar de perseguir a los soldados israelíes de vacaciones, monitoreando publicaciones negativas sobre el gobierno, las agencias de seguridad en Brasil deberían canalizar fuertemente sus esfuerzos para identificar y reprimir el uso del territorio brasileño como base operativa para acciones que podrían desestabilizar la región.
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