El chavismo intenta mostrarlo como un éxito político luego de lo ocurrido en las elecciones presidenciales del 28 de julio. Pero, la jornada en la que, según el Poder Electoral, fueron escogidos 28.486 jueces de paz comunal (entre principales y suplentes) en todo el país estuvo marcada por la rapidez con la que se organizó el proceso, escasa información acerca de los candidatos y una baja participación de los electores en general, más allá de los cuadros del partido de gobierno, Psuv.
Para analistas políticos y expertos en el tema comunitario consultados por Efecto Cocuyo, no solo es preocupante que desde el poder político en Miraflores se intente partidizar el acceso a la justicia de los sectores más humildes a través de la justicia de paz comunal, sino que el proceso electoral de este 15 de diciembre implicó «graves “retrocesos democráticos» para Venezuela y aporta serios indicios de hacia dónde se dirige el chavismo con futuras elecciones.
Mirla Pérez, del Centro de Investigaciones Populares, y el activista social y exsecretario ejecutivo de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), Jesús “Chúo” Torrealba, coincidieron en destacar lo “atropellado” de la elección que se organizó en menos de un mes, por lo que dudan que el mismo chavismo estuviera interesado en una alta participación electoral, porque los objetivos pudieron ser otros.
Proceso atropellado
“Desde el punto de vista del ciudadano común fue una elección de muy baja participación, la gente no conocía a los que se estaban postulando y todavía hoy tiene poca conciencia de lo que esa elección significa. Hubo remembranza del 28 de julio, la gente se preguntó ¿por qué hacer unas elecciones así? Si ni siquiera se han entregado los resultados electorales. Fue un proceso bastante comprometido por lo que se vivió previamente”, sostuvo Pérez.
El 12 de noviembre, la Asamblea Nacional con mayoría del chavismo sancionó la reforma parcial de la Ley Orgánica de la Jurisdicción Especial de la Justicia de Paz Comunal, lo que dio pie a la convocatoria de la elección de los jueces de paz comunales.
El 20 de noviembre, el propio gobernante Nicolás Maduro instaló la comisión electoral que dirigió el presidente del Parlamento de 2020, Jorge Rodríguez, y se formalizó la convocatoria a la elección de una meta de 15.000 jueces de paz comunal con sus suplentes para el 15 de diciembre. Para el 4 de diciembre, se habló de 52.288 postulados en 5.297 circuitos comunales, pero nada se informó sobre el periodo de impugnaciones.
“Fue un proceso atropellado, la intención no era dejar participar a otros factores políticos; ni siquiera que el pueblo llano pudiera votar masivamente. Ese tema estaba engavetado desde hace 12 años; de repente aprueban la ley, la apellidan justicia de paz comunal y luego llaman a elecciones en un proceso sobrevenido, en el marco de un país traumatizado por las elecciones presidenciales porque el CNE no publicó resultados en detalle”, agregó Torrealba.
“Características sospechosas”
A pesar de que se establecieron 10 días de campaña electoral (4 al 13 de diciembre) en el que Rodríguez llamó a los postulados a hacer asambleas, recorridos casa por casa, participar en radios comunitarias y repartir volantes, además del uso de las redes sociales, la información sobre los candidatos fluyó poco. La promoción escasamente trascendió de grupos de Telegram de comunas y Consejos Comunales.
A la falta de información, Torrealba y el director de Votoscopio, Eugenio Martínez, le añadieron el hecho de que los cuadernos de votación y las papeletas usadas en la elección del 15 de diciembre estaban en blanco, lo que hace inauditable el proceso y contribuye poco con la transparencia de los resultados.
Vale acotar que el CNE no dio cifras de participación. En la comuna Ana Karina Rote, de la parroquia San Juan de Caracas, se aseguró que votaron 700 personas de 1.000 que se esperaban.
“Este proceso tuvo características sospechosas. Se dijo que podían votar los mayores de 15 años, pero fue una elección sin registro, la gente escribía su nombre en un cuaderno en blanco. Cuando se vota así, se puede votar en cualquier centro sin verificar que vive allí, votar por jueces que no son de su circuito, votar tantas veces como quiera, en medio de un secretismo por la identidad de los postulados (se votaba por números). La gente no sabía por quién estaba votando”, advirtió Torrealba.
El fundador del “radar de los barrios” recordó que cuando sectores de la oposición plantearon hacer elecciones presidenciales manuales, porque no confiaban en el sistema del CNE, desde el Psuv se escandalizaron porque se prestaba a fraude electoral. Ahora, dijo, el chavismo aplicó una elección manual para los jueces de paz comunal con pocas garantías de transparencia.
“Es un proceso totalmente inusual, atípico, inauditable. Los candidatos a jueces de paz se esforzaron mucho porque nadie supiera que eran candidatos a un cargo, a una función que durante mucho tiempo fue un reclamo histórico de sectores sociales. Pero que con esta elección se convirtió en un paso más hacia la instrumentalización de lo que es el proyecto de Estado Comunal que persigue cambiar toda la estructura político administrativa del país”, sostuvo Martínez en una entrevista con el periodista César Miguel Rondón.
En la comuna Ana Karina Rote que representó un circuito comunal para esta elección se postularon 13 candidatos. Entre los postulados había integrantes de la Milicia Bolivariana, miembros de movimientos sociales como el Movimiento de Inquilinas e Inquilinos y de Consejos Comunales.
¿Cual es el propósito del chavismo?
El chavismo prometió que con la elección de jueces de paz comunal “acercará” la justicia a los sectores más vulnerables para la resolución de conflictos comunitarios, familiares, de propiedades e incluso en materia de protección animal. Los expertos consultados dudan de esta intención por la forma como ha transcurrido el proceso para la escogencia.
“Esta ejecutoria puede representar una moneda de doble cara, la elección de los jueces de paz con el apoyo que el Consejo Nacional Electoral (CNE) pudo dar e implementación en fase inicial de elecciones comunales como ensayo a futuros procesos”, señaló Pérez.
Torrealba recalcó que la justicia de paz es fundamental para el acceso a la justicia de los más humildes porque la justicia ordinaria es “lejana y cara”, lo cual ha derivado en la administración de justicia por mano propia, incluida la contratación de “sicarios” o que los habitantes de las barriadas queden sometidos a la “ley impuesta” por líderes de bandas hamponiles. Pero, enfatizó, este paso a la “civilidad” tantas veces reclamado ahora es “saboteado” por la partidización de la justicia que, a su juicio, representa el actual proceso emprendido por el Psuv.
“Además de ser una agresión a los más pobres, este proceso puede representar un ensayo general de lo que quiere hacer el gobierno con las elecciones.¿Vamos a regresar a votaciones manuales sin registro, controladas por el poder? Se une con las leyes antiong y la ley Bolívar para inhibir la participación de factores políticos. Esto es una campanada de alerta para los que miran más allá del 10 de enero sobre hacia dónde camina Venezuela, hacia el retroceso”, alertó Torrealba.
Búmeran
Una vez proclamados los jueces de paz comunal electos sigue un proceso de formación a cargo de la Escuela Superior de la Magistratura del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), lo cual, de acuerdo con Torrealba, pudiera representar un “filtro” de quienes realmente ocuparán los cargos. Martínez no duda incluso de que haya “preseleccionados” para esa función.
“El 28 de julio, el gobierno constató que la estructura que tenía para el control social se les cayó. La intentaron reconvertir en un aparato de delación masiva luego de las elecciones presidenciales, pero no funcionó porque las víctimas post 28 de julio son hijos del barrio y en muchos casos son parientes de chavistas, dirigentes. Ahora la tercera jugada es convertir a activistas políticos en jueces para ampliar el control y represión con el pretexto de resolver conflictos”, aseveró Torrealba.
Sin embargo, el activista social dice no apostar al éxito de esta nueva estrategia del chavismo porque la brecha abierta entre las bases y la alta dirigencia del Psuv es amplia.
“No apostaría al éxito, porque el problema que ellos tienen es el rechazo generalizado de sectores humildes y si intentan usarlos como agentes políticos con poder jurisdiccional puede que se les volteen como muchos líderes comunitarios, jefes de calle, porque esas personas tienen una presión social, una realidad muy distinta a la aristocracia gobernante. La verdadera fractura del chavismo es entre el pueblo llano y la cúpula gobernante, no entre factores de poder”, advirtió.
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