En la frontera sur de Estados Unidos, limitando con México, el número de migrantes que cruzaron solicitando asilo se redujo notablemente luego del fin del primer semestre del 2024. Además de los esfuerzos de la administración de Joe Biden, la notoria reducción corresponde a la complicada situación que enfrentan los migrantes que deben ingresar a tierras mexicanas para luego cruzar hacia el territorio estadounidense.
Por El Tiempo
Desde Guatemala cruzan hacia México miles de migrantes cada año con el objetivo de ingresar al territorio estadounidense, abrumados por las condiciones de vida en sus países de origen. Apenas pisan tierras mexicanas, muchos de ellos se encuentran con una situación problemática debido a la presencia de cárteles, por lo que en ocasiones tienen que pagar hasta US$100 para librarse del secuestro.
De acuerdo con las cifras oficiales compartidas por el medio Los Angeles Times, desde enero hasta agosto del 2024, los agentes del Instituto Nacional de Migración (INM) detuvieron a 925.000 migrantes, una cifra que supera ampliamente los números registrados el año pasado, y triplica el registro del 2021, aunque solo deportaron a aproximadamente 165.000.
A pesar de que las cifras experimentaron una cuantiosa disminución durante los últimos meses, el motivo principal es que los cárteles controlan ambas orillas de la frontera sur mexicana. Apenas ingresan al territorio, los migrantes duermen en un centro controlado por delincuentes en donde permanecen secuestrados hasta que abonan la suma que solicitan los cárteles, y una vez verificado el pago, son marcados en el brazo con un sello que les permite adentrarse en el país.
El escenario crítico en la frontera sur
En los estados sureños, la situación es cada vez más crítica, y comenzó a empeorar desde que los grupos criminales del Cartel de Sinaloa y el Cartel de Jalisco Nueva Generación convirtieron a la región en un nuevo territorio en disputa con el objetivo de controlar el tráfico de personas, uno de los “negocios” más lucrativos.
Con la ampliación del programa CBP One a los estados sureños de Tabasco y Chiapas, el gobierno mexicano esperaba que los migrantes tengan una mayor seguridad en su objetivo de ingresar a Estados Unidos, pero la situación no mejoró. En su camino hacia los puertos de entrada, muchos son secuestrados o pierden los turnos debido a las acciones de los cárteles.
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