Republica del Zulia

Julio Portillo: Necesitamos entonces promover el regionalismo como protesta al excesivo centralismo en todos los órdenes. Tenemos que despertar la conciencia política de la provincia.

sábado, 19 de octubre de 2024

Neuro Villalobos: Los delirios revolucionarios del régimen



Los hombres rebajados por la hipocresía viven sin ensueño, ocultando sus intenciones, enmascarando sus sentimientos.Por eso es insolvente su moral, implica siempre una simulación. José Ingenieros.

Es evidente que el mundo anda mal en lo económico, lo social, lo político y lo moral porque los líderes a nivel planetario, salvo honrosas excepciones, han sucumbido ante la práctica de los antivalores. La ética en las relaciones internacionales no sólo en las comerciales sino también en las culturales, políticas e incluso las deportivas, están quedando más como una referencia teórica que una praxis principista y de valores. Lo que ocurre diariamente en todas las latitudes es una vergüenza ante el comportamiento de líderes que deberían ser ejemplos para la humanidad.

Venezuela no es la excepción, al contrario, es una expresión ampliada de la misma realidad, por lo que, como diría Santayana, “vivimos una barbarie que en política se caracteriza por la tirania, el egocentrismo nacionalista, la comercialidad a ultranza y la fatuidad criminal de los revolucionarios que no quieren ayudar a los pobres, sino acabar con la idea de pobreza.”

Los revolucionarios de pacotilla que han dirigido al país en los últimos 25 años, en sus delirios, han tratado de ocultar sus verdaderas intenciones queriendo hacer creer que su ideología atrasada responde a fundamentos científicos; que su intento de adoctrinamiento es un proceso de transformación educativa; que su visión de sociología rural es la alternativa al avance de la economía global; que su fe cristiana es tan amplia que permite el sincretismo religioso; que tienen una visión particular, distorsionada y acomodaticia de la historia  y hasta el poder suficiente de vencer la mismísima muerte.

En sus desvaríos vanidosos, sólo los mezquinos como yo y más del 80% de la población que los adversan, no hemos logrado entender plenamente su grandeza y su destino. Piensan como Alejandro Magno que la tierra es muy pequeña para sus almas ya que aspiran a lo infinito, a lo inmenso, a lo ilimitado, en una permanente evasión de sus responsabilidades. Esa evasión de una realidad que los atosiga, puede deberse también a un acto supremo de soberbia que es el valor antidemocrático por excelencia, al decir de Savater. La evasión es sinónimo de fuga, huida o desaparición.

Esas huidas de la realidad no sabemos si obedecen a un hastío por la pedidera de los pobres  que su pobre desempeño público ha incrementado , o a los reclamos de los millones de engañados que ingenuamente creyeron en sus falsas promesas, o a las peleas internas de los grupos que sueñan con el disfrute del poder que hoy han perdido.

A veces pienso que en sus delirios insuflados por el delirante mayor, Hugo Chávez, llegan a  creer, como lo hicieron los griegos, que no pueden convivir entre nosotros porque su superioridad puede romper el equilibrio social entre los venezolanos.

Existen hechos y circunstancias históricas de la humanidad que no son considerados por quienes, obnubilados por el poder, están convencidos que pueden cambiar el curso de la historia y su propio destino, cabalgando sobre sus desmedidas ambiciones. Lamentablemente, el final ha sido invariablemente trágico después de haber exhibido grados atroces de crueldad, engaños, destrucción y muertes. No han reparado como dice Harold Bloom, en que “la mortalidad acecha y todos aprendemos que el tiempo siempre triunfa.”

El lenguaje cargado de ira, de odio y resentimiento, es otro vicio más de nuestros locuaces “revolucionarios” El mismo lenguaje que usaban seguramente en sus peleas callejeras es el que ahora reproducen en cualquier escenario mundial, en una grotesca confusión de la bodega del barrio con las sedes de esos organismos internacionales.

nevillarin@gmail.com

https://www.costadelsolfm.org/

1 comentario:

  1. El lenguaje cargado de ira, de odio y resentimiento, es otro vicio más de nuestros locuaces “revolucionarios” El mismo lenguaje que usaban seguramente en sus peleas callejeras es el que ahora reproducen en cualquier escenario mundial, en una grotesca confusión de la bodega del barrio con las sedes de esos organismos internacionales.

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