Luego de que el fiscal, Tarek William Saab llamó al presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva como un «vocero de la CIA», este podría estar pensando en desistir de seguir mediando en el conflicto político venezolano.
Así lo suscribe un reporte del ABC de España: «Puede estar llegando al límite de su paciencia y casi estar tirando la toalla en sus relaciones con el país vecino, después que un fiscal venezolano lo acusó de ser «un agente de la CIA», el servicio secreto de inteligencia del gobierno de Estados Unidos».
El diario Folha de São Paulo informó, que tanto en la sede del Itamaraty, la cancillería brasileña, como en los corredores del Palacio del Planalto, han considerado entrar en un nivel de «contención de daños» en su relación con Venezuela, lo que incluye no asistir a la investidura de Maduro en Caracas.
«Para mí, Lula fue cooptado en la cárcel. Esa es mi teoría», dijo esta semana el fiscal general de Venezuela, Tarek William Saab, aliado de Maduro en una entrevista a Globovisión. Saab también criticó al presidente de Chile, Gabriel Boric, que se ha posicionado en contra de la reelección de Maduro. «Parte de esta supuesta izquierda cooptada por la CIA y Estados Unidos en América Latina tiene ahora dos portavoces. Lula, que no es el mismo que cuando salió de la cárcel, por todas las cosas que ha acusado ahora, no es el mismo en nada: ni en su físico, ni en cómo se expresa», atacó el fiscal general venezolano. Saab fue más allá y, dirigiéndose directamente a Lula, dijo: «¿A ti qué te importa? ¿Quién eres tú, Lula, para meterte en los asuntos internos de Venezuela?».
«Hay gente en el Palacio del Planalto que no quiere ver a Maduro ni de espaldas. Pero inclusive así, llegaron a soñar con una negociación que volviese el proceso electoral menos obsceno y menos deshonroso para el Gobierno Lula», escribió Bruno Boghossian, especialista de política de Folha de São Paulo desde Brasilia.
La Secretaría de Comunicación Social de la Presidencia de la República y el Ministerio de Relaciones Exteriores no se pronunciaron oficialmente sobre las declaraciones del fiscal general venezolano. Ambas instituciones fueron fundamentales en la posición brasileña de tratar de promover un diálogo entre Maduro y la oposición y tratar de convencerlo a presentar las actas electorales, sin éxito.
El diario Folha de São Paulo informó, que tanto en la sede del Itamaraty, la cancillería brasileña, como en los corredores del Palacio del Planalto, han considerado entrar en un nivel de «contención de daños» en su relación con Venezuela, lo que incluye no asistir a la investidura de Maduro en Caracas.
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