La Cruz Roja Venezolana ha emprendido un proceso de “refundación” tras la crisis que culminó el año pasado con el fin de los 45 años de liderazgo de Mario Villarroel. Ahora, la organización tiene como objetivo convertirse en una entidad “más transparente y confiable”, indicó a EFE en Ginebra su actual presidente, Luis Farias.
Farias explicó que “la Cruz Roja Venezolana tenía grandes problemas de integridad que están siendo subsanados”. Actualmente, la organización cuenta con un comité de ética que ha procesado más de 200 casos, con la meta de consolidarse como “un socio confiable” tanto para la sociedad civil, como para los voluntarios y el Estado venezolano.
El liderazgo de Farias comenzó luego de una fase interina de diez meses bajo la dirección de Ricardo Cusanno. Mario Villarroel había presidido la organización desde 1978, hasta que el año pasado se abrieron investigaciones en su contra por presuntos casos de acoso y maltrato hacia voluntarios y empleados de la Cruz Roja Venezolana. Villarroel, por su parte, rechazó en su momento lo que calificó como una “intervención ilegal” y consideró las acusaciones en su contra como “deshonestas”.
Luis Farias, quien es abogado, señaló que “se cometieron algunos abusos que están siendo investigados por la justicia, no sólo en la sede central sino también en algunas filiales”, y manifestó su esperanza en que “ninguno de esos casos quede impune”.
Con 30 años, Farias es el presidente más joven de entre las más de 190 sociedades nacionales que forman parte de la Federación Internacional de la Cruz Roja (Ficr) y se enfrenta al desafío de estabilizar la organización en Venezuela.
“Retos importantísimos”
Farias destacó la relevancia de este proceso de renovación: “Estamos muy emocionados por esta renovación y por que las nuevas autoridades tomemos parte en este foro internacional, algo de mucho valor porque cuando atendemos las necesidades en el país nos podemos sentir solos, pero aquí nos damos cuenta de que estamos acompañados de otras 190 organizaciones que hacen lo mismo”.
La nueva etapa de la Cruz Roja Venezolana surgió tras una asamblea en junio que contó con la participación de más de 700 voluntarios, quienes “por primera vez tuvieron acceso al voto”, y ahora enfrenta “retos importantísimos”, subrayó Farias.
Uno de los primeros desafíos de esta “nueva” Cruz Roja Venezolana ocurrió en julio, pocas semanas después del nombramiento de Farias, cuando la organización prestó ayuda a las víctimas del huracán Beryl en el estado Sucre, ubicado en la costa nororiental del país.
La organización también ha empezado a vincularse con “nuevos actores”, entre ellos el sector privado, con el objetivo de financiar sus actividades. Además, continúa contando con el respaldo de socios tradicionales, como su homóloga alemana.
La Cruz Roja Venezolana está presente en regiones remotas del país, incluyendo el estado Amazonas y las comunidades indígenas del Delta y la Guajira, cerca de la frontera con Colombia. Farias señaló que “apostamos en la actual gestión por que crezca nuestra presencia en el estado de Amazonas, donde la filial es pequeña pero con mucho capital humano. Queremos ampliarla en infraestructura para que nuestros voluntarios puedan ampliar su labor humanitaria allí”.
Según Farias, la refundación de la Cruz Roja Venezolana implicará una mayor protección para los voluntarios, así como mejoras en las líneas de integridad y la modernización de su estructura y planificación financiera, la cual describió como “bastante deficiente”. La organización espera consolidar su estabilidad financiera en un plazo de dos años, junto con reformas en “sus protocolos, acciones y políticas”.
“Internamente había una importante fuerza de cambio que quería que la Cruz Roja se modernizara y se pusiera a la par con otras sociedades de nuestra región”, concluyó Farias.
Foto: Cruz Roja Venezolana.Con información de SWI swissinfo.ch / EFE.
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