Republica del Zulia

Julio Portillo: Necesitamos entonces promover el regionalismo como protesta al excesivo centralismo en todos los órdenes. Tenemos que despertar la conciencia política de la provincia.

lunes, 9 de septiembre de 2024

Ana Guaita paga prisión por foto de su madre con busto destruido de Chávez


La periodista de La Patilla, detenida sin abogado en La Guaira, es víctima de una retaliación política contra Xiomara Barreto, quien huyó de Venezuela con su esposo, Carlos Guaita. Ambos son dirigentes de Copei y tuvieron un rol protagónico en el rescate de las actas de escrutinio en su estado. Hoy, desde Estados Unidos, Carlos Guaita hijo, explica las razones de su detención.

Carlos Guaita, hermano de Ana Carolina Guaita Barreto, periodista de La Patilla y una de las presas políticas más emblemáticas del Estado venezolano tras la crisis electoral del 28 de julio pasado, ofrece una serie de antecedentes a Versión Final que detallan las razones reales de su aprehensión en el estacionamiento de la casa materna en la Urbanización El Rincón, en Maiquetía, a pocos kilómetros de Caracas, el pasado martes 20 de agosto.

“Te hablaré claro, lo que menos ella es, es política. Nosotros, el resto de su familia sí. Nuestros padres, mi hermano mayor y yo somos de principios demócratas cristianos”, precisa desde Arkansas, Texas, donde se encuentra exiliado desde finales de 2017.

Carlos Guaita hijo fue secretario juvenil nacional de Copei entre 2013 y 2017 y tuvo que huir del país hacia Estados Unidos tras enfrentar a funcionarios policiales que escudados en su uniforme agredieron físicamente a su mamá durante una protesta pública.

Entraron a buscarme a mi casa como 15 policías y repartieron rolazos y golpes a todos los presentes” recuerda. El joven de 36 años no olvida que el agente que agredió a su progenitora decía sin ningún empacho que lo iban a matar y le iban a sembrar armas y droga. Antes, había migrado forzadamente a Chile su hermano mayor Carlos Eduardo, luego de recibir amenazas de muerte por parte de integrantes de los “colectivos sociales”.

Historia familiar en la política

Sus padres, Xiomara Barreto y Carlos Guaita, son de esos dirigentes combativos, formados y con ética que Venezuela ha venido perdiendo en los últimos 25 años.

"Mi papá es secretario general de Copei en La Guaira y destacó como coordinador del Comando Venezuela en la parroquia Maiquetía. Mi mamá también es dirigente de Copei y en las elecciones fue responsable del Frente de Mujeres por Vargas y de un importante centro de votación de Maiquetía”, detalla. Xiomara es reconocida y querida en su comunidad por levantar la voz por los presos políticos. (En la imagen se le ve con una imagen de Gabriel González).

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.Las convicciones de Xiomara y Carlos siempre generaron escozor, lo que se traducía en la constante vigilancia por parte de funcionarios del Sebin y la policía regional. Carlos asegura que la persecución a sus padres y a muchos dirigentes de Vargas tiene una data cercana a los tres meses. Explica que durante la campaña fueron detenidos 5 dirigentes políticos cercanos que en la actualidad se encuentran en El Helicoide.

Hace memoria y sostiene que el pasado 8 de julio sabuesos del Sebin se estacionaron al frente de su casa desde las 6:00 hasta las 9:00 pm. Ese día, hubo una reunión política en el hogar y como Xiomara cumplía años se lo celebraron con una torta. Los funcionarios se retiraron y no pasó nada, pese a la tensión.

Sin embargo, el 26 de julio, en horas de la noche sus papás reciben un llamado extraoficial de que esa noche, un grupo de funcionarios tenía la orden de perseguir a la dirigencia política regional opositora y por esta razón se resguardaron.

Mi hermana vive en un anexo al lado de la casa de mis padres y se quedó en su casa porque ella no desarrolla ningún tipo de actividad política, pero después de las 10:00 de la noche, entró en pánico. Tuvieron que esperar que los funcionarios se retiraran casi a la medianoche para rescatarla y trasladarla a un lugar seguro”.

El Sebin regresó el 27 desde temprano, agrega Carlos. Desplegó patrullas con las sirenas encendidas, pero al ver que no había nadie en el inmueble los funcionarios bajaron los breques de la electricidad y desconectaron el dispositivo externo de agua potable.

El 28, aún con la presión de saberse perseguida, Xiomara se fue a coordinar los centros electorales y su esposo acudió al sitio pactado por el Comando Venezuela donde recabarían las actas de escrutinio.

“Esa noche, regresaron a la casa a la 1:00 de la madrugada y salieron a las 9:00 am. El 29 comenzaron las protestas, se convoca un cacerolazo para las 8:00 pm y cientos de personas con sus ollas en manos salen a retumbar cacerolas en todos los sectores”, precisa.

Ana Guaita, periodista detenida por el gobierno de Maduro

Ana Carolina decide cubrir la protesta y se traslada a la Plaza Lourdes, que queda a dos cuadras de su casa.

Mi mamá le dice que la va a acompañar y al llegar a la Iglesia presencian el momento en el que algunos jóvenes incendian un módulo policial. Ella interviene y les pide que no lo hagan. ‘No lo hagan, nosotros no somos eso.... es no es necesario’, les gritó, tal y como lo revela un video que evidencia claramente su intención de evitar lo sucedido".

Guaita hijo refiere que los manifestantes se retiraron, pero en el camino, Ana Carolina expresa que quiere cubrir los hechos noticiosos y le piden a un amigo que hicieran un recorrido para graficar lo que sucede y como a las 10:30 pm emprenden camino hacia La Guaira. Fue al llegar se observa en medio de la avenida una estatua de Hugo Chávez que había sido derribada. “Se bajaron del vehículo, tomaron fotos y regresaron a su casa”.

Por unas fotos, en las que saldría Xiomara con el busto destruido de Chávez, asegura que ahora pretenden incriminar a su familia en actos vandálicos.

El 30 de julio, el amigo que las trasladó, el doctor Franklin Rodríguez fue detenido sin orden judicial. Le imputaron al menos 5 delitos con penas superiores a los 30 años de cárcel. Tarek William Saab, dio una rueda de prensa, y mostró la foto.

Operación de extracción

Ante la detención de Rodríguez, los hermanos se articularon desde Chile y Estados Unidos. Debían sacar de Venezuela a sus padres. “Pudimos sacarlos. Sabíamos que representan un trofeo para ellos”, resalta Carlos.

Los días subsiguientes, los vecinos reportaron la presencia de un carro blanco y una Toyota Terios cerca de la casa. Ana Carolina, sin embargo, siguió con sus actividades profesionales: las clases de powerbike y su trabajo como periodista para La Patilla.

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Fue muchos días después, el 20 de agosto, cuando alertó, vía telefónica, la presencia de funcionarios del Sebin acechándola fuera de su hogar. Acababa de regresar de un refugio de perros y gatos donde de forma cotidiana dona comida para mascotas cuando se dio cuenta que había, desde hacía varias horas, un carro frente a su casa.

“Nena, tú no tienes problemas con ellos, sin embargo, ten cuidado. No te arriesgues”, le pidió por teléfono Xiomara. En la tarde, funcionarios simularon que se marcharon y se ubicaron en una loma, y Ana Carolina salió para buscar su moto, estacionada cerca. Entonces el carro encendió la luz y avanzó.

Angustiada, Ana Carolina retrocedió y quedó en el estacionamiento. Llamó de inmediato a sus padres. “¡Parece que si es conmigo!”, les advirtió. Los agentes del Sebin se acercaron, forzaron la puerta del estacionamiento e ingresaron para llevarse a la periodista. Ocho hombres armados actuaron. Cuatro la sometieron a pesar de resistirse y los otros cuatros apuntaban a los vecinos que intentaron impedir la detención.

Pasaron 96 horas. Sus familiares en Venezuela la buscaron en todos los centros de reclusión en Vargas y Caracas y no obtuvieron información. Por no saber su paradero se decidió presentar un Habeas corpus, pero en los tribunales no permitieron ni siquiera su presentación.

A Ana Carolina la presentaron 100 horas después, en una audiencia telemática, sin abogado privado y de manera clandestina vulnerándole todos sus derechos. Al día siguiente de su presentación le permitieron hacer una llamada a nuestro padre Carlos Guaita. Fue cuando informó que se encontraba bien y que no la habían maltratado”, añade.

El proceso, denuncia Carlos hijo, está plagado de irregularidades. Ana se encuentra detenida en un centro de arrestos en La Guaira.

"Ella quería irse del país, pero no lo hizo porque no quería dejar solos a mis papás”, recuerda Carlos, quien pide a los venezolanos mantener la atención en el drama de cientos de presos políticos que, por el mismo tenor de la crisis, a veces pareciera hacerse invisibles.

“A mí hermana le fueron otorgadas medidas cautelares por parte de la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos de la OEA y se hace caso omiso a las consideraciones que allí se exponen. Quiero reiterar que mi hermana Ana Carolina Guaita Barreto no es terrorista. Mi hermana es una instructora de powerbike, además de licenciada en Comunicación Social, egresada de la Universidad de Santa Rosa de Lima cuando solo contaba con 21 años”.

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