El crecimiento social y económico está intrínsecamente conectado, se refleja en cómo el aumento de la actividad económica mejoró significativamente la calidad de vida en Venezuela.
Las décadas de los 50 a los 90 representan un periodo de auge social, caracterizado por avances notables en los ingresos familiares, mayor capacidad de consumo y un incremento en el ingreso per cápita, entre otros indicadores clave.
Durante estos 50 años, Venezuela experimentó un desarrollo económico considerable, con la actividad privada convirtiéndose en la principal fuente de empleo, generando más de 4 millones de puestos de trabajo. Este progreso colocó al país entre los tres primeros en el continente Americano, con los ingresos familiares más altos y una calidad de vida en expansión. En esas cinco décadas, más de 4 millones de inmigrantes llegaron a Venezuela procedentes de muchos países, impulsando el crecimiento económico y elevando los niveles de producción en sectores como la agricultura, la construcción, la industria y el comercio.
La inversión pública en infraestructura vial, hospitales, centros educativos, empresas básicas y el sector petrolero, combinada con la inversión privada, fue crucial para alcanzar altos niveles de actividad económica. Esto se evidenció especialmente cuando, a pesar de la caída en los precios del petróleo, la producción nacional no petrolera fue capaz de mantener el empleo y los salarios de los trabajadores.
El crecimiento social y económico es una combinación que ha demostrado funcionar en armonía, reflejándose en los niveles de desarrollo alcanzados por el país.
Vicente Brito
Presidente, Red por la defensa al Trabajo, la Propiedad y la Constitución.
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