La coordinadora de formación de la Encuesta Nacional de Juventud, Andrea Mesa, insiste en que cada ciudadano venezolano debe convencerse de que no puede encerrarse en lo individual porque el progreso de todos depende del colectivo
«No podemos decir que estamos bien nosotros hasta que no entendamos que tiene que haber un bien común y que todos somos responsables de todos los seres humanos. Cada venezolano tiene una cuota de responsabilidad con respecto a los demás».
La afirmación corresponde a la abogada Andrea Mesa (Universidad de Carabobo), coordinadora de formación de la Encuesta Nacional de Juventud (Enjuve), quien sostiene que, si bien no todo es lo colectivo, los ciudadanos no pueden encerrarse en lo personal, porque de lo contrario Venezuela no va a progresar como sociedad.
«De nada me sirve progresar como persona si debo vivir en una sociedad que no funciona», remata la profesional del derecho, con maestría en derecho constitucional en la Universidad Católica Andrés Bello. Insiste en la necesidad de formar a los jóvenes en la conciencia de alcanzar sus propias metas de vida, pero hacerlo a la vez en el marco de la búsqueda del bien común.
—¿Están trabajando los ciudadanos de Venezuela por el bien común? ¿Cuál es a su juicio el estado actual de la sociedad venezolana?
—De acuerdo a la Encuesta Nacional de la Juventud (Enjuve), publicada en octubre de 2021, los jóvenes están muy preocupados por su situación individual, económica, y la de su familia; pero se han desvinculado de lo público, de la sociedad en general. Esto puede referirse en dos grandes aspectos. Primero, a la falta de liderazgo o de propuestas dentro de la sociedad para que los jóvenes se vinculen más hacia lo público, que se evidencia en que cuando se les pregunta a los jóvenes en qué tipo de movimiento les gustaría participar, 63% indica que lo haría en movimientos reivindicativos, así que hay una falta de oferta por parte de la sociedad que pueda involucrar a los jóvenes a la vida en común, a la vida en sociedad. El segundo aspecto es la falta de espacios públicos. Se han abierto espacios en Caracas con respecto a espacios privados de esparcimiento, pero en lo público no hay tantas ofertas, y cómo se les pide que se involucren en la comunidad si no tienen dónde compartir en esos espacios. Entonces, no es que no tengan intención de trabajar por el bien común sino que están más preocupados por su situación individual y necesitamos crear espacios para incentivar a los jóvenes para participar en lo público.
—¿Cómo se puede compaginar la búsqueda de logros propios con la del bien común?
—Estamos, como seres humanos, llamados a vivir en sociedad. No podemos vivir única y exclusivamente pensando solo en cada uno de nosotros. Una analogía que hago cuando hablo con los jóvenes es decir que no importa si usted limpia todos los días; limpia el frente de su casa y no se preocupa si el vecino de al lado tiene la capacidad de hacerlo. Al final del día usted va a tener bonita su casa, pero le va a desvalorizar su casa la situación de la urbanización.
—¿Cómo se puede desarrollar una vocación cuando en el país disminuyen las posibilidades de desarrollo profesional y de oficios?
—Dentro de la encuesta Enjuve, el principal problema que ven los jóvenes es el asunto económico. Pero también, otro de los problemas es el de la educación, no solamente acceder al sistema educativo. La mayoría de los consultados dijeron que no necesariamente tenían que estudiar en una universidad o hacer una carrera larga, sino que aspiraban a hacer cursos cortos e ingresar al mercado laboral o acceder a nuevos métodos de enseñanza.
La amistad cívica es fundamental
Asegura Andrea Mesa que en Venezuela las instituciones que se encargan de formar y educar a los jóvenes tienen que abrirse a nuevos métodos de enseñanza y al nuevo mercado laboral. Explica que se trata de una forma de ofrecer un espacio para formarse, pero también para que puedan acceder al trabajo y desarrollar su vocación.
«No solamente tiene que haber una voluntad del joven de querer desarrollarse como persona. Hay instituciones que no necesariamente dependen del Estado en general o de la situación del país sino que también puedan incentivar o modificar sus métodos de enseñanza o formas de aprendizaje para que más jóvenes puedan acceder y desarrollarse”, precisa Andrea Mesa.
—¿Cree que existe una sociedad política en Venezuela con unos bandos tan enfrentados antagónicamente?
—Una de las cosas que se hizo con la Enjuve es que no solamente fuese una encuesta, ya que se creó un programa de formación para la repolitización de la juventud. La sociedad cree que está muy politizada porque se habla de política en cada esquina, pero se habla de situación de partidos o líderes políticos. Al final ,la política son dos cosas: búsqueda del bien común y la de la justicia. ¿Qué hace falta? Diálogo, encuentro y la capacidad de poner de primero al país. Hay un concepto que me gusta mucho que es el de la «amistad cívica» de los filósofos griegos, que no es que uno ceda como líder político desde el punto de vista de sus valores y principios, pero sí entender que el país está primero y debemos buscar soluciones reales al país, entre los ciudadanos y el liderazgo político. Mientras no podamos ponernos de acuerdo entre nosotros por el país no vamos a poder lograr vencer esas barreras.
—Usted es coautora de libro Contra la represión popular. ¿A qué conclusiones se llegó en esa obra?
—Fue publicado en 2019; recoge el trabajo de distintos estudiantes de la maestría en derecho constitucional de la UCAB. Lo que hizo el Instituto de Estudios Parlamentarios Fermín Toro fue hacer un análisis sobre sentencias en contra de la Asamblea Nacional. Dentro del libro hay distintos comentaristas. En mi caso particular analizamos la sentencia a través de la cual se levanta la inmunidad parlamentaria a Julio Borges y haciendo uso específico de una prerrogativa parlamentaria, la de opiniones emitidas en el ejercicio parlamentario, y justamente se le hizo responsable por lo que había dicho dentro de la AN, por lo cual la conclusión es que la mayoría de las sentencias no tienen fundamento.
—En la Enjuve se observó un descenso en el respaldo por parte de los jóvenes hacia el sistema democrático como el preferible, desde más de 80% que tenía de apoyo en 2013. ¿Cómo observa esa situación?
—Es uno de los datos que más me preocupa de la encuesta. Solo 50% de los jóvenes venezolanos, cinco de cada 10 jóvenes venezolanos, cree que la democracia es el sistema preferible. Tres de cada 10 dicen que no le importa el sistema mientras las cosas mejoren y dos que prefieren un sistema autoritario antes que uno democrático. En esto tienen que ver con dos cosas: la primera, que son jóvenes entre 15 y 29 años, por lo que no han visto un sistema distinto al que tenemos ahora y, segundo, hay muchos hogares en los que se cree que vivimos todavía en un sistema democrático, así que no solamente es desconocimiento sino crianza.
Agrega Andrea Mesa que, si el joven considera que en Venezuela estamos viviendo en un sistema democrático, muchos dirán que eso no es lo que quieren. En cuanto a quienes responden que prefieren un sistema autoritario, la abogada considera que se podría hablar de un daño profundo antropológico en la sociedad Venezuela.
«Hay gente que cree que para salir adelante se necesita una mano dura o fuerte, el llamado ‘gendarme necesario’. Hay quienes dicen que debe venir un gobierno de (extrema) derecha, pero no necesariamente eso va a estar bien. Tenemos que apostar por educar a la sociedad venezolana en que la democracia no es solamente un sistema donde se vota y se elige gente, donde no solamente hay derechos políticos sino que hay valores y principios que se convierten en derechos que hacen vivir en una sociedad libre, justa y responsable. No es solamente votar sino que esos principios y valores perduren.
Retroceso democrático a nivel internacional
—¿A qué nos puede llevar que perduren esos valores?
—La única forma que el ser humano progrese y se desarrolle es a través de la tolerancia, la justicia, el respeto y la responsabilidad. El único sistema de gobierno que existe con estas características es la democracia, no se puede concebir en otro sistema esos valores. Hay sistemas que ofrecen unos u otros. En un autoritarismo de derecha, quizás puede haber tolerancia económica, pero no política. Cuando se respetan los derechos humanos, cuando se respeta el estado de derecho, la democracia es el único sistema donde nosotros como personas nos podemos desarrollar a plenitud.
—A nivel internacional hay un retroceso de la democracia y hay países que progresan económicamente y no son el ideal de la democracia.
—El sistema democrático está teniendo un reverso en muchas partes del mundo, donde los jóvenes se dejan llevar por otras ofertas. No es una cuestión de decir que es el mejor sistema, sino de educar a la gente en que en los otros sistemas se pueden permitir desarrollar algunas áreas del ser, pero el único que va a permitir que te desarrolles como persona es el democrático. Pasa con temas económicos. Con gobiernos de derecha o izquierda, cuando hay un sistema que económicamente está muy bien, pero en materia respeto de derechos humanos o políticos hay un quiebre, e incluso en materia económica. Se puede pensar que en una sociedad oprimida puede ser más fácil y productivo el trabajo, pero las economías más grandes del mundo están asociadas a las democracias más sólidas del mundo.
Sobre la intención de emigrar por parte de los jóvenes venezolanos, para Andrea Mesa es relevante que ha disminuido.
«Es un tema para nosotros como país. Hubo una reducción significativa en el porcentaje de jóvenes que se quieren ir de Venezuela. En 2013 solo el 20% de los jóvenes se querían quedar en Venezuela y el 80% se quería ir. Actualmente, el 44% se quiere quedar en Venezuela y no se irían por ningún motivo. 29% dice que no saben si se van. En general, no se trata de que Venezuela se esté arreglando, pero los jóvenes se dieron cuenta de que hay tantos venezolanos afuera que el mercado de oportunidades en países de Latinoamérica ya no es tal, y que hay que resolver el problema del país. Si es a través de lo económico, se va haciendo. Las oportunidades no se las va a regalar nadie, sino que las tienen que buscar».
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Las oportunidades no se las va a regalar nadie, sino que las tienen que buscar».
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