Hacia el Bicentenario de aquella batalla del 24 de junio de 1821
Sabías que. A José Antonio Páez en medio de la batalla de Carabobo, le ha entrado uno de sus ya conocidos ataques de epilepsia que lo ha dejado tendido encima de su caballo, convulsionando por los efectos de su terrible enfermedad.
Dejemos que sea Páez quien nos eche el cuento: “En esta ocasión estuve yo a pique de no sobrevivir a la victoria, pues habiendo sido acometido repentinamente de aquel terrible ataque que me privaba del sentido, me quedé en el ardor de la carga entre un tropel de enemigos, y tal vez hubiera sido muerto, sí el comandante Antonio Martínez, de la caballería de Morales, no me hubiera sacado de aquel lugar.
Tomó él las riendas de mi caballo, y montando en las ancas de este a un teniente de los patriotas llamado Alejandro Salazar alía Guadalupe, para sostenerme sobre la silla, ambos me pusieron en salvo entre los míos. Al tiempo que yo recobraba el sentido se me reunió Bolívar, y en medio de vítores me ofreció en nombre del Congreso el grado de general en jefe.
Todavía estoy por saber el motivo que moviera Martínez para ejecutar aquel acto Inesperado y para mi providencial. Él era llanero de Calabozo, y siempre sirvió a los españoles desde los tiempos de Boves, con justa causa de ser una de sus más terribles lanzas”. El Catire Páez a pesar de ese ataque inesperado no pereció en ese combate, y tuvo larga vida después de aquel suceso en Carabobo. Este es otro saber republicano.
El Catire Páez a pesar de ese ataque inesperado no pereció en ese combate, y tuvo larga vida después de aquel suceso en Carabobo. Este es otro saber republicano.
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