El reciente y último debate presidencial entre Donald Trump y Joe Biden, ocurrido el 23 de octubre de 2020, confirma las sospechas sobre el plan económico de Biden.
En realidad, lo llamó generosamente “plan económico” porque no lo es, no existe ninguna planificación en su propuesta, esta es simplemente una diatriba socialista, y yo conozco sobre diatribas socialistas.
Las he venido escuchando en Hispanoamérica desde que tengo uso de razón. Es que caen en la trampa de planificar la economía y toda la sociedad, desde un escritorio cargándola de ideología y buenas intenciones, que al aplicarlas fracasan y destruyen la vida de las personas que pretenden ayudar.
Biden afirmó en el debate que subiría el salario mínimo federal a quince dólares la hora, en respuesta a la pregunta de la moderadora quien inquirió que no sería buen momento para incrementar el salario mínimo federal, ya que las pequeñas empresas están en muy mala situación financiera.
Este plan de Biden, de ser aplicado sería un desastre para las personas que intenta ayudar, sobre todo para el hispano que trabaja en la industria del servicio y manufactura. Subir el salario mínimo ocasionará despidos, en el mejor de los casos, si no el cierre de miles de negocios, que ante la crisis pandémica y las restricciones para trabajar terminarán cerrando.
Al mismo tiempo, Biden planea como estrategia contra el COVID-19 establecer cuarentena dura, restringiendo la libertad para crear riqueza, por ejemplo sugirió instalar separadores de plástico entre mesa y mesa en los restaurantes, limitando la cantidad de clientes y elevando los costos fijos, entonces, Biden quiere subir el salario mínimo y al mismo tiempo eliminar las fuentes de trabajo, una contradicción inaceptable en un político con cincuenta años de experiencia y quiere ser presidente de los Estados Unidos.
Biden no sabe sobre economía, no conoce cómo funcionan los negocios honestos.
Elevar los impuestos para que el Estado pueda gastarlos a su antojo es otra de las propuestas del Partido Demócrata. Quieren elevar impuestos a las ganancias individuales, impuesto al trabajo, a las ganancias de capital, impuestos corporativos a las ganancias, ocasionando reducción de por lo menos un punto porcentual en el GPD de los Estados Unidos.
Es el rey cobrando más impuestos al pueblo en medio de una hambruna, y no va a ayudar a reactivar la economía, por el contrario, ahuyentará la inversión de capital y la creación de empleo.
El nuevo dogma es el cambio climático, hijo del cientifismo y antijurídico. Biden quiere aplicar el plan socialista del Green New Deal, cuya plataforma “de lucha” es la eliminación de la energía matriz energética; petróleo, gas, carbón, nuclear, y cambiarla con energías que ellos, los ambientalistas, llaman alternativas, como la energía eólica y solar que, si tienen bastante impacto ambiental al producirse y al consumirse y, son ineficientes y de elevado costo de producción.
Bueno, esta restricción ocasionará la pérdida de por lo menos ciento veinte mil empleos directos y afectaría a otros diez millones en industrias relacionadas al petróleo y gas.
En la industria del carbón, por otro lado, trabajan alrededor de cincuenta mil personas y, ciudades enteras dependen exclusivamente de esta industria. Nuevamente, Biden quiere reactivar la economía eliminando empleos.
Otro de los planes del Green New Deal es cambiar por ley los códigos de construcción, supuestamente para cortar la emisión de gases que afectan el medio ambiente. Este plan incluye cambiar ventanas, aire acondicionado, calefacción, puertas y paredes, y también la matriz enérgica, utilizando energía alternativa.
La producción de todos los materiales producirá contaminación, porque del cielo no caerán. Este plan ocasionará la elevación de los costos de la vivienda, limitando la demanda, consiguientemente arruinando la industria de la construcción, definitivamente se va a paralizar, pues sacaran del mercado de compra a millones de personas, justamente en este momento de crisis.
Ni qué decir de los trabajadores en esta industria, en donde miles de hispanos se ganan el pan de cada día. Entonces, Biden y su plan económico está diseñado directamente para empobrecer a la comunidad hispana en gran medida.
El otro plan de Biden es dejar que los científicos guíen y decidan el mejor método para combatir la pandemia de Wuhan, cuyas víctimas llegan a doscientos veinte mil, mayoría ancianos con enfermedades previas, hay que también mencionar, que en los Estados Unidos alrededor de setecientas mil personas fallecen de cáncer cada año, muchísimo más que el COVID-19, pero, en estos tiempos se otorga más atención a los fallecidos por el virus, ese es el detalle.
Los científicos no pueden decidir eliminar nuestros derechos y encerrarnos. A nosotros, el pueblo, nos protege la constitución garantizando la libertad. El plan económico de Biden es el plan COVID-19; encerrarnos, limitar la libertad, el derecho al trabajo y crear riqueza.
En contraste, Trump empuja para volver a la normalidad, como era en febrero de 2020, la libertad no se negocia, es un derecho.
Jeffrey M. Kihien-Palza es abogado y analista político. LLM por American University y MBA por Johns Hopkins University.
Los científicos no pueden decidir eliminar nuestros derechos y encerrarnos. A nosotros, el pueblo, nos protege la constitución garantizando la libertad. El plan económico de Biden es el plan COVID-19; encerrarnos, limitar la libertad, el derecho al trabajo y crear riqueza. En contraste, Trump empuja para volver a la normalidad, como era en febrero de 2020, la libertad no se negocia, es un derecho.
ResponderBorrar