Acorralados y sin poder dar más explicaciones que las mismas del 2005 cuando le dieron la oportunidad a Hugo Chávez, de nombrar todos los poderes públicos designados por aquella Asamblea Nacional; ahora solo se les ocurre, como arma “novedosa”, la Consulta Abstencionista.
Siempre habrá abstención. Siempre la ha habido y ella nunca había pedido
condiciones, pero a la abstención de este 6 de diciembre, se le agrega de forma
vergonzante una “Consulta” que, siguiendo el camino de la abstención los
conducirá a la nada.
La Consulta abstencionista, que exige condiciones para cubrir su inocuo
abstencionismo, esa que se pregona cómodamente desde el teclado de un celular o
desde un país, que te acoge como "exiliado" político, solo los
conducirá a cometer más errores.
Esa Consulta Abstencionista, elitesca y vanguardista, que lleva la
democracia en los labios y el abstencionismo en el corazón, pasará por debajo
de la mesa, ante las masas hambrientas de democracia y libertad.
Esa Consulta Abstencionista, que hoy amenaza en darse con la misma
piedra que se consiguió en las parlamentarias del 2005, será desairada por el
pueblo llano, acostumbrado a quitar y poner gobiernos en su vía electoral.
Esa Consulta abstencionista, autoritaria y cupular, impuesta por las
radicales direcciones partidistas a sus militantes, también será desoída, por
un pueblo que desde 1959 ha sabido conservar el voto, como arma infalible
contra cualquier pretensión dictatorial.
La Consulta Abstencionista, coloca todos sus ataques contra quienes
levantan las banderas de la participación electoral; y para ello arguyen, que
ejercer el derecho al voto, es “colaboracionismo” con el régimen.
Esa Consulta Abstencionista que, sin verse su medio ombligo
colaboracionista, alimentado por la estrategia madurista, de promover la
desconfianza en el acto electoral, torpemente arremete contra quienes de verdad
han tomado la vía electoral como salida pacífica y democrática.
La Consulta Abstencionista corre el riesgo de perder su eficacia. Lo
saben, lo susurran en privado, en sus conciliábulos abstencionistas. No
lo dicen en público, pero en privado andan arrepentidos, por no poder echarse
pa atrás en sus dislates estratégicos.
Los que pregonan la Consulta Abstencionistas saben que si Nicolás
Maduro, sale derrotado en las parlamentarias, la comunidad internacional hará
un giro de 360 grados a favor de una salida pacífica al conflicto, y no como la
que buscan con esa Consulta Abstencionista.
La Consulta Abstencionista, así como la vigente Asamblea Nacional, tiene
los días contados. Mientras más se aproxima el 6 de diciembre, más intenso es
el sudor frío que corre por sus espaldas.
La Consulta Abstencionistas, después del 6D quedará como pajarito
en grama; sin argumentos, sin militancia que la aúpe y sin credibilidad alguna
ante la mayoría de los venezolanos, pendiente más de su sobrevivencia y de los
atropellos del gobierno, que de esa convocatoria a la nada.
Esa Consulta Abstencionista, está consciente del daño que puede infligir
a la opción de cambio, participativa y democrática; pero ya no les importa,
están resteados con su hilaridad abstencionista.
Los de la Consulta abstencionista, prefieren a Maduro gobernando
con todos los poderes públicos bajo su dominio, a que la nueva Asamblea
Nacional, vigente a partir del 3 de enero del 2021 sea asumida por los nuevos liderazgos
opositores. Eso sí los hará colaboracionistas; y ese remoquete, no se lo podrán
quitar ni que se tapen con las tres pregunticas de la Consulta Abstencionista.
Los de la Consulta abstencionista, prefieren a Maduro gobernando con todos los poderes públicos bajo su dominio, a que la nueva Asamblea Nacional, vigente a partir del 3 de enero del 2021 sea asumida por los nuevos liderazgos opositores. Eso sí los hará colaboracionistas; y ese remoquete, no se lo podrán quitar ni que se tapen con las tres pregunticas de la Consulta Abstencionista.
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