Las maestras han aprovechado el tiempo para conocer a los alumnos, hacer pruebas diagnósticas y tratar de afianzar algunos contenidos. Quieren atacar las deficiencias que se han generado por la educación a distancia, debido a la cuarentena.
Caracas. Esta semana de flexibilización trajo de vuelta a las aulas a los estudiantes. Después de seis meses de cuarentena en los que las instituciones permanecieron cerradas, la Escuela Jesús Maestro de Fe y Alegría, ubicada en Petare, recibió a los niños y niñas. Permanecieron separados, a un metro y medio de distancia, y no más de 10 personas por salón. A su ingreso al plantel, tienen dos lavamanos y el portero les tomó la temperatura.
El 15 de septiembre Nicolás Maduro anunció que las escuelas se convertirían en centros de asistencia pedagógica para padres, madres y estudiantes. En la semana de flexibilización, a partir del 5 de octubre, las escuelas entraron en la lista de sectores para retomar actividades. De acuerdo con datos de Maduro, unos 6000 planteles, de los más de 20.000, abrirían progresivamente sus puertas.
En el mapa de seguimiento mundial de los cierres de escuelas de la Unesco, las instituciones educativas en Venezuela aparecen como “parcialmente abiertas”. “De aquí en adelante las escuelas y liceos estarán abiertas”, dijo Maduro el 4 de octubre.
Las maestras de la Escuela Jesús Maestro utilizaron esta semana de flexibilización para conocer a los estudiantes y hacer pruebas diagnósticas. “Estamos haciendo todo rapidito para aprovechar el tiempo”, dice Yolanda Pérez, maestra del segundo grupo B, niños que tienen entre tres y cuatro años. Dividieron el grupo por bloques para atenderlos durante una hora y media. Su clase no pudo empezar con música ni cantos. Les dio la bienvenida y comenzó a evaluarlos: “Vamos a calificar las figuras según su forma”, les dijo.
Alisson tiene más de una hora sentada frente a la maestra Pérez. La niña no ha dicho una palabra. “Noto que están apenados, no hablan, no interactúan. Solo dos niños dijeron que querían jugar”, dice la maestra. Para Pérez el desenvolvimiento y el aprendizaje de los estudiantes en medio de la cuarentena no está siendo significativo: “Hay que hacerles la rutina otra vez. Tratar de motivarlos”.
La directora del plantel, Ivonne González, reconoce que sobre todo en los primeros grados los estudiantes están presentando deficiencias: estudiantes que no están siendo apoyados por sus familias, que el familiar no sabe leer ni escribir o vienen de instituciones públicas.
En el salón de primer grado, de la maestra Marisol Pimentel, la situación no es diferente. Ella muestra preocupación por las pocas palabras que alcanzan a leer sus estudiantes: “He notado que traen bajo rendimiento, sin saber tomar el lápiz, no reconocen el abecedario”. Toma el cuaderno de evaluación de lectura y dice: “Solo ocho niños, de 21, están leyendo. Hace falta práctica, también que los padres son quienes hacen el trabajo en casa. Muchos no están preocupados por el aprendizaje, sino en resolver la guía”.
En una reunión de maestras todas coincidieron en que son los papás y las mamás quienes están haciendo las tareas. “Eso no es fácil para los papás, mamás ni para las maestras”, dice Pérez. “No podemos saber si el niño dibujó, si conoce los colores, vocales; no es lo mismo”, añade.
La maestra Jakeline Tovar, también de primer grado, cuenta que cuando recibe los cuadernos y guías “todo está perfecto”. “Ahora que los tengo en el salón y trabajamos, las evidencias son otras. Todavía los dibujos lo hacen con palitos, que no deberían. También tendrían que estar uniendo dos sílabas para leer y tampoco lo hacen”, dice.
Para Tovar este tiempo de atención presencial no será suficiente: “Pero aunque sea estaremos trabajando un día. Yo no conocía al grupo de primer grado para atacar las debilidades, ahora las sé. Hay que trabajar en eso”.
En una reunión de maestras todas coincidieron en que son los papás y las mamás quienes están haciendo las tareas. “Eso no es fácil para los papás, mamás ni para las maestras”, dice Pérez. “No podemos saber si el niño dibujó, si conoce los colores, vocales; no es lo mismo”,
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