Los detractores de Donald Trump siempre lo acusaron de guerrerista, incluso los más osados se atrevían a decir que con el magnate en la presidencia se iniciaría una tercera guerra mundial. Sus enemigos han insistido, una y otra vez, en que Trump es un peligro para la política exterior.
Sin embargo, lo que vemos tras cuatro años de mandato, es que Trump no solo no es un guerrerista sino que en muchas ocasiones ha sido un pacificador.
El actual presidente y candidato ha retirado tropas estadounidenses de diferentes países, logró neutralizar al dictador de Corea del Norte y esta semana ha conseguido un hecho histórico: dos países árabes firmaron un acuerdo de paz con el Estado de Israel.
Trump parece haber conseguido nada más y nada menos que el inicio del fin del conflicto árabe-israelí. Y aunque muchos no comprendan el viraje histórico que este hecho significa, el presidente acusado de guerrerista ha conseguido algo que durante décadas era inimaginable.
Si bien muchos estadounidenses no están al tanto de los problemas entre Israel y los países árabes, lo que sí se evidente es que a Trump lo han calumniado sistemáticamente, el tiempo nos ha demostrado que contrario a ser un peligro para el mundo entero, es un hombre muy astuto a la hora de negociar en materia de política exterior.
En la videocolumna de hoy analizamos la importancia del acuerdo árabe-israelí que ha logrado Trump y cómo este asunto influye en las elecciones que tendrán lugar en tan solo seis semanas.
Si bien muchos estadounidenses no están al tanto de los problemas entre Israel y los países árabes, lo que sí se evidente es que a Trump lo han calumniado sistemáticamente, el tiempo nos ha demostrado que contrario a ser un peligro para el mundo entero, es un hombre muy astuto a la hora de negociar en materia de política exterior.
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