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Son el cuerpo policial más temido.
Encapuchados, armados con fusiles de asalto, sin más identificación que la calavera que lucen como insignia, sus siluetas negras y las camionetas en las que se desplazan se han convertido en una estampa habitual en los barrios venezolanos.
Son los comandos de la Fuerza de Acciones Especiales de la Policía Nacional Bolivariana de Venezuela, una unidad de élite activada en 2017 por orden directa del presidente Nicolás Maduro.
Su misión, dijo el mandatario, es el "proteger al pueblo frente al crimen".
Desde entonces se acumulan las denuncias de abusos y violaciones de los derechos humanos contra un cuerpo que para muchos se ha convertido en sinónimo de terror y represión. Saltar las recomendaciones
Por qué es tan polémica
Un informe sobre Venezuela publicado el pasado junio por la Oficina de la Alta Comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, documentó decenas de casos de ejecuciones extrajudiciales en el país.
De acuerdo con el informe, la FAES era responsable de centenares de muertes.
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La oficina de la comisionada entrevistó a los familiares de jóvenes que perdieron la vida en operaciones de la FAES y se refirieron a sus comandos como "grupos de exterminio" o "escuadrones de la muerte".
Como es habitual, el Ministerio de Comunicación venezolano no respondió a una petición de información de BBC Mundo. Cuando se publicó el informe, Maduro dijo que estaba cargado de "mentiras y manipulaciones", y exigió su rectificación.
BBC Mundo entrevistó a dos mujeres y un hombre que relataron cómo agentes de la FAES "asesinaron" a sus hijos. La historia que contaban era similar.
En uno de los casos, los funcionarios, con los rostros cubiertos y sin identificación, irrumpieron por la fuerza en la casa del fallecido y, mientras sus compañeros cortaban la calle y contenían a los familiares, le dispararon a bocajarro.
María (nombre ficticio) narró: "Se presentaron en el negocio de mi hijo. Él vive en el mismo edificio, pero unas plantas más arriba. Como no tenía nada que esconder, bajo por su propio pie y se presentó a los agentes. Lo torturaron y le pegaron cuatro tiros. A mí me decían que estaba detenido cuando ya hacía más de una hora que lo habían matado".
Su testimonio coincide con lo relatado en las decenas de entrevistas que la ONG Observatorio Venezolano de la Violencia (OVV) ha realizado en todo el país.
Su director, Roberto Briceño-León, le dijo a BBC Mundo que "el procedimiento suele ser el mismo. Llegan encapuchados y sin identificación, lo que viola todas las leyes venezolanas, y, mientras unos cortan la calle y alejan a los familiares, otros matan al ciudadano, casi siempre en el interior de su vivienda".
"Luego entregan el cuerpo en una morgue o un hospital y justifican lo ocurrido diciendo que hubo una resistencia a la autoridad".
Es frecuente también, afirma Briceño, que manipulen la escena del crimen para respaldar la tesis de que se produjo un enfrentamiento.
Miles de personas mueren cada año en Venezuela en incidentes que se registran como casos de "resistencia a la autoridad".
Opacidad
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Una reciente investigación periodística de la agencia Reuters citó a Derrick Pounder, un forense galés especializado en torturas y ejecuciones extrajudiciales. Tras ver las heridas de bala en los cuerpos de varias de las personas abatidas en operativos de la FAES, Pounder puso en duda que se hubieran producido en el "contexto dinámico de tiroteos".
De acuerdo con las cifras que el Gobierno le entregó al equipo de Bachelet, cerca de 5.300 personas murieron en 2018 tras "resistirse a la autoridad". ONG como el OVV elevan esa cifra por encima de 7.500.
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Según Briceño, "en estados como Aragua la Policía ya mata más que los criminales".
La falta de cifras oficiales impide conocer con exactitud el número de agentes que integran la FAES.
Briceño subraya que "está claro que la FAES es el cuerpo que se ha querido reforzar, reduciendo los efectivos que están dedicados a la prevención del delito y apostando en su lugar por la represión".
"Sus agentes cobran más dinero y, además, se les permite el botín", indica. En la mayoría de casos, los familiares de las víctimas denuncian el robo de dinero, objetos de valor e incluso autos por parte de los funcionarios.
Los vecinos de María le contaron que el cadáver de su hijo se lo llevaron envuelto en sábanas en el remolque de su propia camioneta.
Un informe sobre Venezuela publicado el pasado junio por la Oficina de la Alta Comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, documentó decenas de casos de ejecuciones extrajudiciales en el país. De acuerdo con el informe, la FAES era responsable de centenares de muertes.
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