Fotografía de Ernesto Costante | RMTF
Bajo el título El costurero de lata, el sello editorial de la Universidad Católica Andrés Bello ha reunido en forma de libro las crónicas de Naky Soto. Su resumen de lo que estamos viviendo aparece posteado en el muro de los usuarios de las redes sociales como un faro en una marejada hostil. Luego de 15 años, un lapso que por sí solo habla de un esfuerzo y un compromiso con su audiencia, Soto mira la pantalla de su teléfono y confirma el número de sus seguidores: 119.000. ¿Se podría decir que ha llegado a la condición de influencer? “Sí, influencer de viejos”, dice ella, porque los lectores del resumen promedian el medio cupón.
Soto ha logrado la fórmula mágica, pero no se hagan ilusiones, en las líneas que siguen no la van a encontrar. Sencillamente, esto se tiene o no se tiene, para decirlo como el slogan de la marca de un whisky que desapareció de los anaqueles como tantos productos en Venezuela. Y claro, Naky Soto —industrióloga por la UCAB, colaboradora de distintos medios y conductora, junto con su esposo Luis Carlos Díaz, de su propio canal de YouTube NakyLuisCarlos— lo tiene. Sin embargo, la vida para ella ha sido una adversidad de muchas maneras. Quizás por eso ha desarrollado un sentido del humor que navega entre la ironía y el sarcasmo.
Nicolás Maduro, dice Soto, ha convertido la institución presidencial en un “show de variedades”. Nunca antes el discurso oficial estuvo tan divorciado de la realidad como en los actuales momentos. Un divorcio que no deja de ser melodramático, como el de Lila y José Luis Rodríguez. Sería un episodio de Stand Up Comedy si el trasfondo no fuera esta mezcla de dolor, sufrimiento y muerte que vivimos los venezolanos.
En Venezuela hay una necesidad de escribir el desagravio de lo que estamos viviendo, distintas voces, distintos empaques. ¿Qué la impulsó a llevar el registro de lo que acontece?
Era una manera de darles orden a memorias que estaban escritas en algunos diarios. Eso tenía que volcarse, al menos en mi imaginario, en otra parte. Para eso sirvió el blog. Ya son 15 años en el tránsito del chavismo… ¡Ni modo! Allí se separan dos líneas. La de narrar lo que nos va pasando, entre otras cosas, porque el cruce de la censura y la autocensura de lo que aparecía en los grandes medios —El Universal, El Nacional o lo que tú quieras— me resultaba realmente incómodo. El poder decía que las cosas pasaban de una manera y yo las estaba viviendo de otra. Decidí hacer el resumen diario. Yo las cosas las vivo así. Ese era (y sigue siendo) el espíritu, sin dejar de echar el cuento de lo que sucede a diario.
Parece que lo importante en esta época de redes sociales no es el qué sino el cómo.
Sin duda, sin duda. De hecho, las historias que narro en El costurero de lata están asociadas a eso. No narro directamente cómo se ha vivido la escasez, por ejemplo. Pero sí es una variable transversal en varias historias, porque nosotros hacemos colas, porque hemos tenido que esperar en medio del desabastecimiento de productos, porque hay detalles, hay un contexto, que te permiten narrar el desastre que hemos vivido estos años.
En el resumen ha seguido una estructura: un texto principal y luego comentarios sobre hechos diferentes, digamos, subordinados. Sin embargo, no por eso menos relevantes. ¿Cómo jerarquiza las noticias?
La continuidad marca esta historia, pero también hay que decir que la continuidad no produce la normalización. El pasado fin de semana explotó el escándalo alrededor de estos diputados corruptos, pero ese mismo día se publicó una historia en The New York Times justamente explicando por qué la educación en Venezuela está tan golpeada. En la voz de Anatoly Kurmanaev, tiene mucho sentido. Kurmanaev dice «yo viví el comunismo de esta manera, pero la educación tenía jerarquía. Podía haber escasez de infinidad de cosas, pero las escuelas tenían que funcionar». Pero acá, y esos son los testimonios que recoge Kurmanaev, ¿cómo envían a los niños a la escuela si no han comido? ¿Cómo hacen las madres que no han podido lavar los uniformes porque no hay agua? ¿O cómo pueden estudiar sin útiles escolares? ¿Cómo haces si ya no son los niños los que se desmayan, sino las maestras de los anaqueles como tantos productos en Venezuela. Y claro, Naky Soto —industrióloga por la UCAB, colaboradora de distintos medios y conductora, junto con su esposo Luis Carlos Díaz, de su propio canal de YouTube NakyLuisCarlos— lo tiene. Sin embargo, la vida para ella ha sido una adversidad de muchas maneras. Quizás por eso ha desarrollado un sentido del humor que navega entre la ironía y el sarcasmo.
Nicolás Maduro, dice Soto, ha convertido la institución presidencial en un “show de variedades”. Nunca antes el discurso oficial estuvo tan divorciado de la realidad como en los actuales momentos. Un divorcio que no deja de ser melodramático, como el de Lila y José Luis Rodríguez. Sería un episodio de Stand Up Comedy si el trasfondo no fuera esta mezcla de dolor, sufrimiento y muerte que vivimos los venezolanos.
En Venezuela hay una necesidad de escribir el desagravio de lo que estamos viviendo, distintas voces, distintos empaques. ¿Qué la impulsó a llevar el registro de lo que acontece?
Era una manera de darles orden a memorias que estaban escritas en algunos diarios. Eso tenía que volcarse, al menos en mi imaginario, en otra parte. Para eso sirvió el blog. Ya son 15 años en el tránsito del chavismo… ¡Ni modo! Allí se separan dos líneas. La de narrar lo que nos va pasando, entre otras cosas, porque el cruce de la censura y la autocensura de lo que aparecía en los grandes medios —El Universal, El Nacional o lo que tú quieras— me resultaba realmente incómodo. El poder decía que las cosas pasaban de una manera y yo las estaba viviendo de otra. Decidí hacer el resumen diario. Yo las cosas las vivo así. Ese era (y sigue siendo) el espíritu, sin dejar de echar el cuento de lo que sucede a diario.
Parece que lo importante en esta época de redes sociales no es el qué sino el cómo.
Sin duda, sin duda. De hecho, las historias que narro en El costurero de lata están asociadas a eso. No narro directamente cómo se ha vivido la escasez, por ejemplo. Pero sí es una variable transversal en varias historias, porque nosotros hacemos colas, porque hemos tenido que esperar en medio del desabastecimiento de productos, porque hay detalles, hay un contexto, que te permiten narrar el desastre que hemos vivido estos años.
En el resumen ha seguido una estructura: un texto principal y luego comentarios sobre hechos diferentes, digamos, subordinados. Sin embargo, no por eso menos relevantes. ¿Cómo jerarquiza las noticias?
Leer mas: https://prodavinci.com/naky-soto-ya-no-tenemos-un-estado-fallido-sino-un-estado-ausente/
Sin duda, sin duda. De hecho, las historias que narro en El costurero de lata están asociadas a eso. No narro directamente cómo se ha vivido la escasez, por ejemplo. Pero sí es una variable transversal en varias historias, porque nosotros hacemos colas, porque hemos tenido que esperar en medio del desabastecimiento de productos, porque hay detalles, hay un contexto, que te permiten narrar el desastre que hemos vivido estos años.
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