El miedo nos aparta de las derrotas, pero también de las victorias, ya lo dijo alguien por allí. El miedo en los regímenes dictatoriales es una constante porque en su guion está provocar terror con sus actos despiadados, perversos y malvados, los cuales se difunden públicamente para inhibir y/o paralizar a cualquiera que quiera atreverse en su contra. La “bóveda del terror” pasa así a constituirse en un ambiente rutinario.
En Venezuela no solamente es el terror lo que se ha aplicado sin distingos, sino también se ha querido inculcar la frase que el Dante expone en la entrada del infierno “dejad aquí toda esperanza”. La imposición de antivalores propios de un régimen dirigido por delincuentes y dementes, ha logrado aparentemente invertir los términos necesarios para una sana convivencia; ahora la mala fe se presume y la buena hay que probarla, en consecuencia todos desconfiamos de todo y de todos, nadie cree en nadie, la anomia y el caos impera en la sociedad y ese clima propicio de incredibilidad parece favorecer al régimen.
Tenemos que estar conscientes que los venezolanos estamos sufriendo las consecuencias de un experimento político diseñado y dirigido por la delincuencia nacional e internacional que es inédito históricamente para nosotros. Quienes creyeron que vendría un personaje con barba, túnica y todopoderoso a resolver nuestra angustiosa situación, se crearon falsas expectativas y se encuentran decepcionados. Quienes aceptan 30 monedas para resolver su situación y su futuro personal, arderán en las llamas del infierno y su conciencia no los dejará en paz.
El cielo no está roto, no permitamos que cunda la desesperanza, seamos realistas y no esperemos a un mesías o un caudillo que nos haga ilusionar de nuevo. Tenemos que luchar colectivamente contra la decepción, la confusión y la desesperanza. No es cierta la supremacía y la invencibilidad de un grupo de pillos en el poder, de la diablocracia chavista. Hay debilidad, angustia y miedo también en sus filas. Sus nucas están adquiriendo una rigidez tetánica insoportable.
Los hombres y mujeres de corcho infiltrados en la oposición, flotan temporalmente, pero son detectados y abandonados quedándose con los enemigos de siempre y sin los amigos de antes, El país, la nación, la patria, no han dejado de existir y nosotros somos náufragos producto de un accidente histórico, colocados sobre un pedazo de territorio fértil que alcanza para servirnos a todos los que queramos sembrar en él. Un nuevo amanecer está próximo para que nos convenzamos que el sol sale para todos en cualquier lugar.
Nuestras esperanzas deben permanecer firmes para presenciar esa nueva alborada. Sigamos la ruta trazada y acompañemos a los que están al frente de ella con la convicción de que está cercano ese día inmenso. Hagamos como Ulises, tapemos nuestros oídos para no oír los tentadores cantos de sirenas ni las repulsivas invocaciones de los demonios políticos que intentan hacernos perder la fe.
Nuestras esperanzas deben permanecer firmes para presenciar esa nueva alborada. Sigamos la ruta trazada y acompañemos a los que están al frente de ella con la convicción de que está cercano ese día inmenso. Hagamos como Ulises, tapemos nuestros oídos para no oír los tentadores cantos de sirenas ni las repulsivas invocaciones de los demonios políticos que intentan hacernos perder la fe.
ResponderBorrar