La comunidad internacional no pudo desplazar a Nicolás Maduro del poder. La estrategia de las sanciones y el aislamiento no ha funcionado. No al menos en 2019. En la Asamblea Nacional se da por descontado que Juan Guaidó continúe en la presidencia el año próximo, hasta que cese de la usurpación. El chavismo da por descontado también que Maduro sobrevivirá en el poder. Diosdado Cabello se burla y le recuerda a la oposición que las operaciones del 23 de febrero y 30 de abril fueron un “fracaso”, y que también el 16 de noviembre “no pasará nada”. Pero a Maduro no son pocos los que le advierten que no ha sido conjurado el peligro de un estallido social.
Maduro es un experto sobreviviendo en el poder. Sobrevivió a los eventos de 2014, las elecciones de 2015, las protestas de 2017, y por lo visto, al 2019. Subsistencia pero con crisis. Con hiperinflación. Con diáspora. Con hambre. Bajo estas condiciones, Maduro no puede conjurar el peligro de un estallido social. Se lo han advertido de un lado y del otro.
Maduro es un experto sobreviviendo en el poder. Sobrevivió a los eventos de 2014, las elecciones de 2015, las protestas de 2017, y por lo visto, al 2019. Subsistencia pero con crisis. Con hiperinflación. Con diáspora. Con hambre. Bajo estas condiciones, Maduro no puede conjurar el peligro de un estallido social. Se lo han advertido de un lado y del otro.
“En algún momento, toda esta tragedia volará en pedazos por la reacción del pueblo que será necesariamente violenta. No será suficiente el FAES, ni las cajas Clap, no será efectivo ningún programa de odio, ni las astucias extranjeras. Será el momento de la tormenta”, escribió Rafael Ramírez Carreño este domingo, quien por cierto, no deja de ser uno de los grandes responsables de la crisis, junto a Chávez y a Maduro.
Elías Jaua, en una reflexión hecha pública en octubre, recordó que los pueblos “avisan”.
Y Henry Ramos Allup hizo lo propio este martes en la Asamblea Nacional:
“Yo propongo que demos un debate sobre lo que son los regímenes de transición. Prepárense, estudien, lean y vengan aquí y compartimos argumentos. No le tengan miedo a la transición, ténganle miedo a permanecer en el poder de facto (…) esto puede producir en Venezuela un reventón. El país entero será víctima del reventón. ¡Ustedes no pueden borrar la plasta que han puesto!”.
El reventón del que habla Ramos Allup, la voladura en pedazos a la que hace referencia Ramírez, y los pueblos que avisan, según Jaua, tienen un hilo conductor. La hecatombe económica. El hastío tras 20 años. Todas las encuestas -todas- apuntan al mismo foco. La gente culpa a Maduro de la crisis. Lo ven como responsable. No la guerra económica. No Guaidó. No Estados Unidos.
Y aunque haya sobrevivido a mucho, Maduro no está a salvo. El chavismo todo, es un polvorín. El país es un polvorín. Y el estallido es una amenaza que nunca está conjurada en ninguna circunstancia de crisis severa, por más remota que parezca la probabilidad de ocurrencia de un fenómeno de este tipo.
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Y aunque haya sobrevivido a mucho, Maduro no está a salvo. El chavismo todo, es un polvorín. El país es un polvorín. Y el estallido es una amenaza que nunca está conjurada en ninguna circunstancia de crisis severa, por más remota que parezca la probabilidad de ocurrencia de un fenómeno de este tipo.
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