Republica del Zulia

Julio Portillo: Necesitamos entonces promover el regionalismo como protesta al excesivo centralismo en todos los órdenes. Tenemos que despertar la conciencia política de la provincia.

domingo, 13 de octubre de 2019

Venezuela hoy: ¿se desvaneció la solución? Piero Trepiccione

¿Qué es lo que está ocurriendo en Venezuela que impide una salida a la crisis desde hace varios años? ¿Qué pasa en el continente americano que produce tanta polarización y conflicto entre las diferentes visiones políticas? La política siempre ha estado asociada a pasiones y exacerbaciones pero en esta época pareciera subir nuevamente el fenómeno pendular que la orienta hacia estadios violentos.

El deterioro de Venezuela es innegable desde hace al menos, un lustro. La capacidad adquisitiva ha venido cayendo reiteradamente afectando a la gran mayoría de la población. La desigualdad cobra terreno más que nunca y las luchas políticas no se han podido procesar mediante fórmulas institucionalizadas aún con la participación de actores internacionales que han mediado entre las partes. Este año inició prometiendo ser de “alta definición política”.

Todas las condiciones objetivas apuntaban en la dirección de una salida a la crisis; no obstante, llegamos al mes de octubre con un nuevo desvanecimiento de la esperanza popular en torno a la posibilidad de un cambio político que permita relanzar la economía y el bienestar colectivo. A mitad de octubre el juego político pareciera estar trancado en Venezuela. Se añade a esta situación las complicaciones que han surgido en Ecuador, Argentina, República Dominicana, Colombia, Honduras y Brasil en las últimas semanas que han puesto de relieve particularmente, el esquema pendular en el que desde hace varias décadas se ha movido la política latinoamericana y caribeña.

Es que uno de los grandes problemas de la región es la influencia ideológica, geopolítica, geoestratégica y económica que sufren la mayoría de los gobiernos que, en muchas oportunidades, les obligan a tomar decisiones que obedecen más a intereses extra-continentales que a las propias demandas ciudadanas. En el pasado colonial, España, Francia, Portugal, Inglaterra, Países Bajos y los Estados Unidos. Luego, casi en la totalidad del siglo pasado, Estados Unidos y la Unión Soviética y ahora, más reciente; Estados Unidos, Rusia, China, la Unión Europea y Japón mueven sus hilos para apuntalar sus respectivos intereses, muchos de ellos, recíprocos y necesarios para el desarrollo económico y cultural, pero otros, obviamente, no tantos.

Y es allí donde la ciudadanía de Venezuela y del continente tiene que asumir la enorme responsabilidad de vigilar y practicar las formas de la democracia para determinar el futuro de los Estados Nacionales y de la región en general. Hay que romper de una vez con los esquemas pendulares que nos entretienen entre gobiernos de izquierda y de derecha con acentos populistas que perjudican severamente las posibilidades de un desarrollo humano y económico sustentable.

Viabilizar una salida a la crisis

Venezuela hoy reúne una fuerza de descontento que irradia cambios políticos aun cuando se encuentra un poco desarticulada y desesperanzada por los últimos acontecimientos políticos. No obstante, sigue creciendo cada día ante el agravamiento de las circunstancias económicas. Sin duda, el flujo migratorio hacia la región y fuera de ella, la ha aliviado momentáneamente, pero no la ha desvanecido, simple y llanamente, porque el descontento sigue creciendo a pasos agigantados.

La realidad de Venezuela está plenamente inflamable si los actores políticos y extra-políticos no se ponen de acuerdo para viabilizar una transición que recupere la confianza de los mercados y de la comunidad internacional. Si las vías de negociación, serias y responsables, se agotan, el vendaval puede ser indetenible con consecuencias peores e inimaginables. El experto Pedro Nikken lo ha asomado recientemente. Negociar ahora o después, puede variar el precio en vidas hasta en cantidades industriales.

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1 comentario:

  1. La realidad de Venezuela está plenamente inflamable si los actores políticos y extra-políticos no se ponen de acuerdo para viabilizar una transición que recupere la confianza de los mercados y de la comunidad internacional. Si las vías de negociación, serias y responsables, se agotan, el vendaval puede ser indetenible con consecuencias peores e inimaginables. El experto Pedro Nikken lo ha asomado recientemente. Negociar ahora o después, puede variar el precio en vidas hasta en cantidades industriales

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