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Julio Portillo: Necesitamos entonces promover el regionalismo como protesta al excesivo centralismo en todos los órdenes. Tenemos que despertar la conciencia política de la provincia.

miércoles, 23 de octubre de 2019

¿Qué hay detrás de las cifras del Banco Central de Venezuela que complican a Maduro?, Zenaida Amador (ALN)

Un Banco Central desmantelado y politizado, como casi todas las instituciones de Venezuela, había recurrido al silencio como forma de ocultar el colapso de la economía. Así se mantuvo por cuatro años, omitiendo estadísticas clave mientras apuntalaba la gestión expansiva del gasto público de Nicolás Maduro con una generación masiva de dinero sin responder a la realidad productiva del país. Y así fue hasta abril de este año cuando, por razones que todavía no han sido explicadas, el Banco Central de Venezuela comenzó a mostrar las cifras de la hecatombe.

Los datos más recientes, que corresponden al primer trimestre de 2019, dejan claro que Venezuela avanza hacia el sexto año de recesión. Lo ratifica el Banco Central de Venezuela (BCV). Sólo en los primeros tres meses del año, en comparación con igual período de 2018, el desplome fue de 26,8%.

Más allá de lo que en un primer vistazo se puede advertir, los datos del BCV dejan al desnudo que la crisis económica que hoy vive Venezuela se ha exacerbado por las políticas dictadas por el régimen de Nicolás Maduro. De hecho, el sector no petrolero tuvo un desplome de 27,3% mientras que el petrolero -sobre el cual inciden de forma más directa las sanciones internacionales- cayó 19,1%.

En el caso del sector petrolero los resultados van de la mano de la abismal caída experimentada en la producción. Las últimas estimaciones internacionales señalan que en septiembre el bombeo estuvo por debajo de los 700.000 barriles diarios y la tendencia es a que siga cayendo.

El sector no petrolero ha sido víctima de la decisión de Maduro de restringir el crédito como estrategia fallida para contener la hiperinflación y frenar la devaluación del bolívar. Valiéndose de incrementos radicales del encaje legal, Maduro limitó el volumen de recursos de los que dispone la banca para otorgar financiamientos y que era el único oxígeno que recibía el sector privado para seguir operando en un contexto recesivo e hiperinflacionario.

Si bien la medida bajó el ritmo de aceleración de los precios, Venezuela sigue en hiperinflación. Según el BCV, la tasa de inflación de septiembre fue de 52,2%, y no hay soluciones de fondo al problema hiperinflacionario. El bolívar, por su parte, siguió desintegrándose. Entre enero y junio la devaluación (medida a la tasa oficial) fue de 90,52% y la pérdida se valor de la moneda ha seguido adelante.

La práctica restrictiva, que comenzó en el último trimestre de 2018, no logró los objetivos esperados e hizo un hoyo en la economía en el inicio de 2019. Además, fue destruido el poder de compra del salario y se arrastró el consumo que, según el BCV, se contrajo 34,8% en el primer trimestre, lo cual se voltea sobre la propia economía y acentúa su paralización.

Ya la Confederación Venezolana de Industriales (Conindustria) había señalado al cierre del primer trimestre que 14% de las 2.500 empresas que siguen operativas en el país no tuvieron producción alguna, mientras que las que sí trabajaron lo hicieron a 18% de su capacidad instalada, produciendo básicamente una semana al mes. Ahora el BCV lo confirma: el sector manufacturero cayó 56,3% en ese período.

El Banco Central además reportó que el sector construcción se contrajo 74,1%, algo que vienen advirtiendo los voceros de ese sector, que es uno de los que más rápidamente genera empleos. Las estimaciones de la Cámara Inmobiliaria de Venezuela apuntan a que en todo 2019 no se habrá terminado la construcción ni de 1.000 viviendas.

A la par de esto, el sector de las instituciones financieras y de seguros retrocedió 52,7% y el del “comercio y servicios de reparación” experimentó una caída de 39,2%.

Sin barriles de petróleo

En el caso del sector petrolero los resultados van de la mano de la abismal caída experimentada en la producción. Las últimas estimaciones internacionales señalan que en septiembre el bombeo estuvo por debajo de los 700.000 barriles diarios y la tendencia es a que siga cayendo.

De hecho, si Estados Unidos no extiende la licencia de operación a Chevron en Venezuela se podrían perder otros 300.000 barriles de producción.

El BCV en su reporte del primer trimestre da cuenta del menor ingreso petrolero percibido por la nación. Unos 6.100 millones de dólares ingresaron por exportaciones petroleras, mientras que en igual período de 2018 el monto llegaba a 7.300 millones

La crisis económica se ha exacerbado por las políticas de Maduro / Foto: PSUV

El respiro le llegó a Maduro por otras vías distintas de la petrolera, algo que es sabido a nivel mundial, ya que el régimen se ha dedicado a sacar del país oro y otros minerales para su venta a través de mecanismos sobre los cuales no hay rendición de cuentas. En todo caso, lo poco que se puede advertir en las cifras del BCV es que las exportaciones no petroleras saltaron 140% para sumar unos 2.500 millones de dólares en el primer trimestre de 2019.

El cuadro más trágico

Las estimaciones del BCV muestran un cuadro desalentador. La caída acumulada de la actividad productiva en Venezuela desde 2013 se acerca a 60%, un nivel sólo experimentado por países como Japón, Francia y Alemania en los años de las guerras mundiales.

Algunos organismos, como el Fondo Monetario Internacional, creen que al cierre de 2019 la contracción económica será de 35%, lo que revela que algunas actividades y sectores prácticamente habrán desaparecido y otros seguirán, aunque siendo una mínima porción de lo que fueron en 2013.

Además, la hiperinflación sigue su curso y el consumo se desploma.

La hecatombe ha quedado retratada. ¿Qué revelan las cifras del Banco Central de Venezuela?

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https://www.costadelsolfm.org/

1 comentario:

  1. Las estimaciones del BCV muestran un cuadro desalentador. La caída acumulada de la actividad productiva en Venezuela desde 2013 se acerca a 60%, un nivel sólo experimentado por países como Japón, Francia y Alemania en los años de las guerras mundiales. Algunos organismos, como el Fondo Monetario Internacional, creen que al cierre de 2019 la contracción económica será de 35%, lo que revela que algunas actividades y sectores prácticamente habrán desaparecido y otros seguirán, aunque siendo una mínima porción de lo que fueron en 2013. Además, la hiperinflación sigue su curso y el consumo se desploma.

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