Mario Vargas Llosa siempre tiene una opinión sobre Venezuela. Y no resiste la tentación de hablar sobre lo que él define como un caso triste, un caso trágico. El Premio Nobel mantiene una conexión sentimental con Venezuela. Y le preocupa Venezuela. Por estos días Mario Vargas Llosa no ha dejado de hablar de la crisis de Venezuela. Su nueva novela. Tiempos Recios, le ha servido la oportunidad.
Cuando presentó la novela, Tiempos Recios en Casa América de Madrid, Mario Vargas Llosa dijo que no iba a hablar de política, y no pudo evitarlo. Habló de Venezuela. Habló de las dictaduras ideológicas. Y allí mencionó al chavismo. “Hoy sólo grupos muy insignificantes creen que Cuba, Corea del Norte y Venezuela ayudan a salir del subdesarrollo. Hay que ser ciegos y fanáticos”, dijo.
Vargas Llosa quiere el cambio en Venezuela. Para que se acabe el sufrimiento de los venezolanos. Para que regrese la democracia. El progreso. Y para que aquellos no sigan abandonando el país. Por ello, no puede evitarlo. Y por ello opina, insiste y vuelve sobre la tragedia de Venezuela.
Cuando terminó la presentación en Casa América, firmó algunos ejemplares y ya se iba, ya había terminado el acto, tenía prisa, pero de pronto, una periodista le dijo:
-Don Mario, un mensaje para Venezuela.
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Cuando presentó la novela, Tiempos Recios en Casa América de Madrid, Mario Vargas Llosa dijo que no iba a hablar de política, y no pudo evitarlo. Habló de Venezuela. Habló de las dictaduras ideológicas. Y allí mencionó al chavismo. “Hoy sólo grupos muy insignificantes creen que Cuba, Corea del Norte y Venezuela ayudan a salir del subdesarrollo. Hay que ser ciegos y fanáticos”, dijo.
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