Nuestro país solamente resiste al caos a tanta calamidad por la simple y llana supervivencia del ser humano. Es sorprendente cómo el ciudadano soporta toda la catástrofe económica y social reinventándose una y otra vez. Este comportamiento es típico de las sociedades que buscan de mil maneras sobrevivir sin importar la sostenibilidad de largo plazo, porque –ciertamente- el largo plazo no consideran que esté al alcance ni mucho menos que sea posible.
Lamentablemente, nuestra sociedad seguirá soportando las adversidades y todo apuntan a que seguirán resolviendo sus días como lo hacen los cubanos, esto es, recibiendo remesas de sus cercanos que están en el extranjero, transando en el mercado negro, liquidando algún objeto de valor y acoplándose a conductas primitivas que terminen normalizando el día a día. Es muy desgarrador este escenario, pero esa es la proyección que sugiere nuestro país.
Existe evidencia sobre la capacidad que tiene el ser humano de adaptarse a condiciones extremas o desfavorables, pues, basta que el organismo vaya adaptándose gradualmente a las nuevas circunstancias y/o características. Naturalmente, tenemos una capacidad de adaptación increíble y podemos cambiar nuestro comportamiento o el modo de vida desarrollando nuevas habilidades, en consecuencia, terminamos reinventados y habituados al nuevo esquema que imponemos o que nos imponen.
Por ejemplo, ya no es noticia o no causa mucha impresión los cambios diarios en el precio del dólar; el cierre de una empresa; las decisiones de la Asamblea Nacional Constituyente; las denuncias por narcotráfico de familiares cercanos al alto mando o ministros; apagones eléctricos con escala nacional; muertes por desnutrición infantil; perdida de clases escolares por no contar con los servicios básicos; o que estemos produciendo menos de 1 millón de barriles diarios.
¿Vivir bajo el caos?
Sería muy injusto si comento que estemos resignados a vivir bajo este caos infernal, pues, es notorio el esfuerzo que hacen las distintas organizaciones de la sociedad civil para manifestar su descontento y proponer salidas democráticas; es evidente el sacrificio de muchos dirigentes opositores por superar esta crisis política; es visible cómo las universidades y los gremios han presentado propuestas serias para terminar con la agonía nacional. Sin embargo, no ha sido suficiente y la mayoría teme que vayamos sin escala a la cubanización o a la africanización de nuestra forma de vida.
Aunque no sea la línea del credo opositor, creo que fortalecer la organización de los partidos; prepararse para las parlamentarias y participar para ganar ese espacio; y construir un acuerdo de gobernabilidad con el chavismo, sería la estrategia más conveniente para salir del estancamiento que sufrimos en todos los aspectos. En caso contrario, creo que tenemos mucho riesgo de profundizar la crisis y normalizar la pesadilla.
Volver a la política electoral no es trágico. Claro está, siempre y cuando tengamos un nuevo Consejo Nacional Electoral (CNE) y las condiciones elementales que propicien unas elecciones libres. Esa lucha tenemos que seguir dándola en cualquier escenario por cualquier medio. Además, viéndolo bien, creo que Maduro pudiera ser el mejor candidato para que la oposición gane las presidenciales con amplia mayoría, pues, es el símbolo de la destrucción, bien sea con este CNE o con el que venga. ¿Usted qué dice?
https://efectococuyo.com/
Volver a la política electoral no es trágico. Claro está, siempre y cuando tengamos un nuevo Consejo Nacional Electoral (CNE) y las condiciones elementales que propicien unas elecciones libres. Esa lucha tenemos que seguir dándola en cualquier escenario por cualquier medio. Además, viéndolo bien, creo que Maduro pudiera ser el mejor candidato para que la oposición gane las presidenciales con amplia mayoría, pues, es el símbolo de la destrucción, bien sea con este CNE o con el que venga. ¿Usted qué dice?
ResponderBorrar