La crisis política venezolana se parece, cada vez más, a una partida de ajedrez en la que los contendores cuentan con asesores y apoyos que los ayudan a contrarrestar los movimientos y descifrar las estrategias del adversario. Ello convierte la partida en una interminable jugada cuyo desenlace se demora. Me recuerda al duelo, por el título mundial, entre Kasparov y Karpov que terminó con la victoria del primero. La victoria de Kasparov se produjo después de una serie de tablas que prolongó en el tiempo el título en manos de Karpov cuando ya se avizoraba que el triunfo de Kasparov sería inevitable. El duelo entre los dos rusos comenzó en 1964 en el escenario del campeonato mundial de ajedrez realizado en La Habana en 1964 en el hotel Habana Libre. Karpov y Kasparov formaban parte del equipo ruso- además del excampeón mundial Mihail Tal y el equipo norteamericano contaba con el fenomenal Fisher que más adelante le arrebataría el título Mundial a Kasparov. Recuerdo que en el duelo Usa-Rusia se enfrentaron por primera vez Kasparov y Fisher. Esa partida fue, privilegiadamente, presenciada por el Che Guevara y yo, que tuvimos el privilegio del acceso al salón donde se desarrollaba el campeonato mundial.
Debo anotar que el Che Guevara era un excelente y apasionado jugador de ajedrez y tengo el ”honor” de haber sido derrotado por él en partidas realizadas en mi residencia de La Habana.
Sobre el tablero venezolano se posan hoy las miradas, y el interés en el desenlace, Rusia, Irán, Cuba, USA y China, lo cual prolonga en el tiempo la victoria de uno u otro bloque. Sin embargo -haciendo de cronista- puede anotarse que el grupo de “asesores” que apoya al régimen de Maduro se muestra cada vez más audaz y tiene la iniciativa política. Nótese que mientras el grupo de Lima y la Unión Europea se adelantan a condenar una posible intervención militar norteamericana -o cual ha servido de disuasivo- Rusia e Irán han colocado en el escenario venezolano hombres y armas, además de la permanente invasión cubana que actúa, incluso en nuestras FF.AA.NN; “movimientos” que no han tenido la correspondiente respuesta del régimen de Trump. Ello le da, por ahora, la iniciativa política a Maduro y Putin.
Se necesita entonces que el presidente Guaidó y su equipo complementen la proposición que les da la iniciativa política, de elecciones en siete o nueve meses, con otras decisiones como podría ser designar al nuevo CNE que organizaría dichas elecciones. No podemos quedarnos contemplando al alfil que acaba de movilizar el adversario. Recuérdese que el régimen sabe ganar tiempo y una vez más intenta lograrlo.
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