¡Sobre una bomba de tiempo!, Félix Cordero Peraza / Periodista

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¡Ahora, y que un ataque cibernético!… Cadenas de radio y televisión van y vienen y muy pocos entienden qué es un ataque cibernético. La gente se lo imagina como un rayo de luz que salió de la NASA y cayó en la computadora (cerebro) central del GURI y lo incendió. Por eso se apagó el sistema de distribución de energía eléctrica. “Guerra de Galaxias”. Pero como es costumbre la explicación didáctica brilló por su ausencia. Llena de galimatías y frases inconclusas… dejó en la luna a la gente.

¡Mientras menos sepan mejor para el proceso! Precisamente esa es la idea: crear confusión y desconcierto. Lo hiso Hitler. Lo hiso Joseph Goebbels en tiempos Nazis. La idea es sembrar “Un rayo cayó en el GURI enviado por EEUU”. “Una mentira repetida mil veces se convierte en verdad”.

Mientras, el gobierno se atrinchera en su estructura popular y afina su operatividad para más programas sociales de la coyuntura. Pierde respaldo de pueblo pero hace esfuerzos para recuperar el terreno perdido, entre los más vulnerables. La gente sabe, porque la experiencia de 20 años se lo dice, que este gobierno es ineficiente, incompetente y gran corrupto. Desordenado, improvisado y malversador compulsivo de recursos financieros. Trabajan para ellos… para su proyecto de país. Su modelo ideológico y su significado geopolítico. Poseen una concepción de democracia restringida, adecuada a los objetivos del proyecto y a los intereses de su perpetuidad en el poder. La libertad, la verdad y la justicia la miden según su conveniencia. Maniobran con la independencia de los poderes públicos, eliminaron la alternabilidad e irrespetan la voluntad popular.

Un gobierno más cercano al totalitarismo que a la democracia. No lucha por respaldo popular ni de la opinión pública. Busca la adhesión de personas por los beneficios que les otorgan. Posee clientela no militancia… Integran su maquinaría organizativa con quienes medran en la burocracia privilegiada de sus programas sociales. Financiados con el fisco nacional; el dinero de todos los venezolanos. Alrededor de cuya estructura campea el robo descarado a todos los niveles, la distribución favorita y la comisión conocida. Esta legión de ciudadanos forman también las huestes de choque, la defensa popular del régimen, los colectivos y la milicia armada. Están anclados en la clase D y E y en el segmento más vulnerable. Su pobreza y miseria le hacen fácil caldo de cultivo a los objetivos del régimen.

Vivimos una pesadilla terrible sin luz eléctrica, agua y sin teléfonos. Y los precios de los alimentos y las medicinas aumentaron vertiginosamente en los últimos días. Los ingresos rezagados y la devaluación constante del bolívar hacen de la vida del venezolano una verdadera tragedia griega. La hambruna recorre señorial calles y avenidas de las principales ciudades del país. El descontento popular crece exponencial y al gobierno lo sostienen las bayonetas. En democracia, a los gobiernos los sustentan el respaldo popular que proviene de los votos, producidos en libres, creíbles y justas elecciones. De aquí proviene la ilegitimidad de Maduro. Unas elecciones caprichosamente adelantadas a conveniencia.

Mi lectura indica que la crisis política lleva una tendencia irreversible hacia el empeoramiento. Estamos sentados sobre una bomba de tiempo. El deterioro es progresivo. Las sanciones económicas de USA ahogan lentamente al gobierno y la situación económica de la familia cada vez es más estrecha e insoportable. Aquí no se trata de luchar cuerpo a cuerpo contra los marines. ¡Que por lógica la perderíamos! Se trata de sobrevivir a esta tenaza internacional que arrebata los recursos de la nación. Frenar el hambre que como tsunami indetenible toma cuerpo en toda la estructura social.

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