En 2018 la autocracia totalitaria de Maduro, debe elegir al Presidente de la República para el período 2019-2024, según lo establecido en la Constitución y las leyes sobre la materia. Desde 2017 en Venezuela y el exterior se vienen exigiendo elecciones “libres, universales, directas y secretas” con árbitro electoral confiable y total transparencia y equilibrio. Pero este régimen “socialista”, como el de Pérez Jiménez en 1957, nunca estuvo dispuesto a someterse al ordenamiento jurídico vigente.
Una fraudulenta ANC ha sustituido al CNE, los partidos fundamentales de oposición han sido arbitrariamente sacados del proceso electoral. Los candidatos más importantes de la oposición han sido inhabilitados. También lo han sido figuras del régimen con aspiraciones presidenciales como Rodríguez Torres o Baduel.
En el proceso de diálogo Gobierno-oposición, con testigos internacionales, nunca el régimen aceptó elecciones libres con árbitro imparcial, con transparencia y en las fechas establecidas en las leyes. Al contrario, sorprendiendo al país, como el dictador de Michelena en su momento, de manera arbitraria e ilegal, fijaron un proceso electoral para el 20 de mayo, con la anuencia de la ANC espúrea.
Este proceso más se parece a un Plebiscito, que a una elección libre con pluralidad de candidatos en igualdad de condiciones. Nunca habíamos tenido una elección presidencial con electores más coaccionados, amenazados, intimidados, manipulados y comprados. Es grosero el ventajismo electoral de Maduro, utilizando sin rubor recursos públicos, con la anuencia de la ANC y el CNE.
Los otros “candidatos” son convidados de piedra. Se están prestando a ser tontos útiles de un simple Plebiscito. Pero ahora, como en 1957, ganar una elección fraudulenta tampoco asegura a nadie la permanencia en el Poder. Todo depende del comportamiento y actitud cívica de los venezolanos, que no debemos conformarnos simplemente con no votar.
Ahora nos corresponde recuperar la democracia. Este año no debe pasar en vano: en 1848 cayó Páez; en 1858 cayó Monagas; en 1868 cayó Falcón ; en 1878 Alcántara traicionó a Guzmán Blanco y en 1888 lo hizo también Rojas Paúl; en 1908 Gómez sustituyó a Castro; en 1948 fue derrocado Gallegos; en 1958 nació nuestra democracia contemporánea al caer Pérez Jiménez. ¿Es que acaso entonces, los venezolanos en este año 2018, no tenemos derecho a un cambio de rumbo ante el desastre que vivimos? Todo depende de nosotros. No basta dejar de votar el 20-M. Hay que actuar con inteligencia a partir del 21.
Una fraudulenta ANC ha sustituido al CNE, los partidos fundamentales de oposición han sido arbitrariamente sacados del proceso electoral. Los candidatos más importantes de la oposición han sido inhabilitados. También lo han sido figuras del régimen con aspiraciones presidenciales como Rodríguez Torres o Baduel.
En el proceso de diálogo Gobierno-oposición, con testigos internacionales, nunca el régimen aceptó elecciones libres con árbitro imparcial, con transparencia y en las fechas establecidas en las leyes. Al contrario, sorprendiendo al país, como el dictador de Michelena en su momento, de manera arbitraria e ilegal, fijaron un proceso electoral para el 20 de mayo, con la anuencia de la ANC espúrea.
Este proceso más se parece a un Plebiscito, que a una elección libre con pluralidad de candidatos en igualdad de condiciones. Nunca habíamos tenido una elección presidencial con electores más coaccionados, amenazados, intimidados, manipulados y comprados. Es grosero el ventajismo electoral de Maduro, utilizando sin rubor recursos públicos, con la anuencia de la ANC y el CNE.
Los otros “candidatos” son convidados de piedra. Se están prestando a ser tontos útiles de un simple Plebiscito. Pero ahora, como en 1957, ganar una elección fraudulenta tampoco asegura a nadie la permanencia en el Poder. Todo depende del comportamiento y actitud cívica de los venezolanos, que no debemos conformarnos simplemente con no votar.
Ahora nos corresponde recuperar la democracia. Este año no debe pasar en vano: en 1848 cayó Páez; en 1858 cayó Monagas; en 1868 cayó Falcón ; en 1878 Alcántara traicionó a Guzmán Blanco y en 1888 lo hizo también Rojas Paúl; en 1908 Gómez sustituyó a Castro; en 1948 fue derrocado Gallegos; en 1958 nació nuestra democracia contemporánea al caer Pérez Jiménez. ¿Es que acaso entonces, los venezolanos en este año 2018, no tenemos derecho a un cambio de rumbo ante el desastre que vivimos? Todo depende de nosotros. No basta dejar de votar el 20-M. Hay que actuar con inteligencia a partir del 21.
Ahora nos corresponde recuperar la democracia. Este año no debe pasar en vano: en 1848 cayó Páez; en 1858 cayó Monagas; en 1868 cayó Falcón ; en 1878 Alcántara traicionó a Guzmán Blanco y en 1888 lo hizo también Rojas Paúl; en 1908 Gómez sustituyó a Castro; en 1948 fue derrocado Gallegos; en 1958 nació nuestra democracia contemporánea al caer Pérez Jiménez. ¿Es que acaso entonces, los venezolanos en este año 2018, no tenemos derecho a un cambio de rumbo ante el desastre que vivimos? Todo depende de nosotros. No basta dejar de votar el 20-M. Hay que actuar con inteligencia a partir del 21.
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