Republica del Zulia

Julio Portillo: Necesitamos entonces promover el regionalismo como protesta al excesivo centralismo en todos los órdenes. Tenemos que despertar la conciencia política de la provincia.

sábado, 7 de abril de 2018

La resurrección y la vida Oswaldo Álvarez Paz / Exgobernador del Zulia

Las nuevas generaciones tienen mayores dificultades. Son los grandes acreedores de la historia. Nosotros somos sus deudores. Pero no me cansaré de decirles que sigan pa’lante con todo, sin depender de nadie

Felices Pascuas. Escribo en Domingo de Resurrección, pero no estoy seguro de que estas notas puedan ser enviadas hoy. Serios problemas de internet ofrecen, una vez más, dificultades serias. Lo intentaremos a pesar de esta Venezuela en ruinas con los servicios por el suelo y la inseguridad como norma de vida para todos.

Pensando en lo que cada uno puede hacer por el país transmito la convicción de que lo primero es que cada cual defienda lo suyo por encima de todas las amenazas existentes. Lo más importante es la familia. A ello debemos dedicar lo mejor de nuestros esfuerzos. Esto debe cumplirse a pesar del régimen gobernante e incluso en su contra. Me refiero a las negativas políticas que en todos los campos fracasan afectando negativamente el empeño al que me refiero.

La seguridad tiene un valor indescriptible. Se trata de algo más que la seguridad de las personas y de los bienes. Incluso más que la propia seguridad jurídica, especialmente entre nosotros con un gobierno que sencillamente “mató” al Derecho, a la Constitución y al ordenamiento jurídico indispensable para que la vida transcurra con un mínimo de serenidad.

Anhelamos que cada ciudadano pueda con su esfuerzo y sin depender de nadie, formar, mantener y desarrollar una familia. Cumplida esta tarea nuestra actividad, también la de los buenos gobiernos, será siempre supletoria. Pero el deber primario no puede dejarse en manos de terceros.

Aprovechando el día para las reflexiones creo que la generación a la cual pertenezco tiene una deuda muy grande con las nuevas en pleno desarrollo. Nosotros hemos tenido mucho más oportunidades que nuestros padres y abuelos. Ellos trabajaron duro y se sacrificaron al máximo para que nosotros pudiéramos ser lo que somos. Quienes fracasaron o se quedaron en el camino, lo hicieron por irresponsabilidad personal derivada de circunstancias intransferibles.

Las nuevas generaciones tienen mayores dificultades. Son los grandes acreedores de la historia. Nosotros somos sus deudores. Pero no me cansaré de decirles que sigan pa´lante con todo, sin depender de nadie y con gran responsabilidad personal y familiar.

Los claros mensajes del Clero en estos días, ofrecen líneas concretas para la acción.

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