Republica del Zulia

Julio Portillo: Necesitamos entonces promover el regionalismo como protesta al excesivo centralismo en todos los órdenes. Tenemos que despertar la conciencia política de la provincia.

lunes, 25 de diciembre de 2017

La trampa, por Rafael Ramírez

Casi finalizando el año 2017, hay que decir, nuestro país está “entrampado” en una grave crisis económica, social y política, una situación impensable durante el gobierno del Comandante Chávez, él dejó un país en marcha. ¿Cómo llegamos hasta acá?, más importante aún, ¿Cómo salimos adelante?

La sensación que existe es de frustración, el país se encuentra en una situación de deterioro, a pesar de haber luchado y trabajado tanto por una sociedad distinta con claras perspectivas de futuro, por un Plan que se cumpliría y que se traducía en un sistema de gobierno justo, popular, democrático, revolucionario y a la vez, satisfactorio y gratificante para todo el pueblo. La sensación del militante revolucionario, del que ha participado del Poder Popular, en las Misiones, de muchos dirigentes y de personalidades que han acompañado este proceso de transformación, es que la situación que hoy tenemos no es lo que Chávez quería, no se parece al Socialismo del siglo XXI.

Quien quiera hacer una discusión franca, fijar una posición honesta para actuar, debe preguntarse: ¿Era esto lo que quería el Comandante Chávez, el Socialismo que tanto pregonamos? ¿Es este el sueño del pueblo, por el que se movilizó durante todos estos años? ¿Es acaso el sueño de nuestro movimiento? ¿Qué es esto que tenemos?, tratemos de definirlo.

Para atajar de inmediato cualquier simplismo o descalificación, comencemos por decir que no tengo, ni quiero tener nada que ver con la derecha apátrida, ni con los sujetos o líderes de la llamada oposición con los que no solo mantengo profundas diferencias ideológicas y políticas, sino que los he combatido de manera franca, abierta, sin dobleces, porque considero que le han hecho y le hacen mucho daño al país, con su intolerancia, su violencia, su entreguismo. Le han cerrado posibilidades de expresión política a sectores moderados o socialdemócratas, que podrían haber apoyado desde el principio al gobierno del Comandante Chávez, sin prestarse a los planes conspirativos ni ceder al inmediatismo de las aspiraciones individuales de sus dirigentes.

Estos artículos, estas palabras, no son hechas para alimentar el sensacionalismo de la extrema derecha, acá no encontrarán nunca ninguna abjuración del socialismo, ni mucho menos una palabra contra el Comandante Chávez, ni contra nuestro pueblo, ni nuestras organizaciones populares. Estas palabras, sí son para todo el pueblo, la sociedad, el campo revolucionario, Chavista, Bolivariano, esté donde esté, y más allá, al país, la mayoría que quiere repensarse, conocer de un plan, una idea común, soluciones a los graves problemas que confrontamos y que debemos resolver. ¿Cómo salir del “entrampamiento” en el que estamos?

La situación económica, tanto a nivel macro, como a nivel de la economía popular, cotidiana, del día a día, es cuando menos un caos. Un desastre, producto de mucha improvisación, desconocimiento, irresponsabilidad, ineficiencia en el manejo de temas tan complejos: inflación, devaluación monetaria, desabastecimiento, caída de la producción de petróleo, caída de la producción interna, todos los sectores económicos paralizados o semi-paralizados, las instituciones encargadas de la economía caotizadas, sin cumplir sus tareas.

La economía tiene mucho que ver con las percepciones, la información disponible, las estimaciones y proyecciones. No las del sector privado, estamos hablando de las proyecciones y estimaciones del propio gobierno, El Plan. ¿Cuál es El Plan? Estamos en una profunda crisis económica y a esta altura no hay un Plan. Se han presentado muchos, nosotros mismos presentamos uno en el 2014 que fue desestimado, son puestos a un lado. Estamos en medio de una tormenta, sin radar, ni brújula, sin saber cuál es el destino final, a dónde vamos a llegar.

Se ha instruido al Banco Central, a no dar cifras, ni proyecciones, ni ningún tipo de información económica, ni siquiera se dan cifras al sector propio vinculado al quehacer económico. Entonces, ¿qué hacen los agentes económicos? Pues sencillamente buscan las estimaciones del Fondo Monetario, del sector privado, de analistas financieros que muchas veces tienen sus propios intereses económicos, de voceros de la oposición. Es un secreto a voces que la situación se sigue deteriorando. Por evadirla, no se va a resolver.

¿Una inflación de cuánto? 1000 %, 1200%? Nadie lo sabe con precisión. Se dice que es un fenómeno inexistente, se miente. Todo el que sea asalariado y vaya a hacer el mercado, comprar alimentos, libros, pagar un colegio, comprar ropa, un vehículo, una vivienda, se da cuenta que algo muy malo está pasando con su sueldo, que debe buscar otras opciones, que no alcanza. Los que dicen que la inflación no existe están ocultando que la inflación es un fenómeno perfectamente descrito y estudiado en el mundo y que es un mecanismo terrible, por medio del cual, el capital, el capitalismo, se apropia del salario, ingreso y ahorros del trabajador. Es una situación de Hiperinflación, como en las peores épocas del neoliberalismo, es el capitalismo el que está rampante, es el que fija precios y tiene los mecanismos para desacatar cualquier regulación. El caso del cartón de huevos es emblemático.

El cambio paralelo hace con nuestra economía lo que le da la gana. Tenemos un sistema cambiario que, tal como advertimos en el 2014, es insostenible, y lo era ya incluso desde el 2012. Un control cambiario que no controla nada, ¿acaso no es evidente que no cumple sus propósitos? El cambio oficial es 10 bolívares por dólar y el paralelo ha pasado ya de 100.000 bolívares por dólar. Es una situación increíble, donde el gobierno se quedó paralizado, en la idea de que cualquier otro sistema cambiario era parte de una propuesta de la derecha. No es verdad, el sistema cambiario actual, ha empobrecido al país. Visto en perspectivas, teníamos razón al proponer en el 2014, un sistema que convergiera, hacia la baja, en un único sistema que luego oscilara con intervención del BCV.

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