No se exagera cuando se afirma que este es el peor gobierno sufrido por el país durante muchos años. Y no nos estamos refiriendo exclusivamente al de Nicolás Maduro, quien está muy lejos de ser considerado un estadista. Se trata de los 18 años del mal gobierno chavista -dos décadas perdidas-. Lo afirman gente que viene del gobierno y del respaldo a Chávez. Heinz Dieterich, asesor y amigo personal del difunto. Giordani y Navarro, culpables del caos económico que Chávez y Maduro produjeron. "Marea Socialista", acompañantes de las gestiones gobernantes y hasta algunos trotskistas de Aporrea, a quienes Maduro se niega a hacer caso y Aplicar rectificaciones convenientes.
No se debe gobernar contra el pueblo y menos contra la mayoría de él; está demostrado quien es mayoría entre los venezolanos. El ignaro presidente pretende insistir en las equivocadas políticas del chavismo. Últimamente se han publicado algunos buenos libros sobre el drama económico y social que ahoga a la República. Diego Bautista Urbaneja publica un ensayo sobre economía política, "La renta y el reclamo". Ana Teresa Torres, "La herencia de la tribu", el mito de la revolución bolivariana; Víctor Salmerón escribe "La Economía del Caos" y ya conocíamos "La revolución sentimental" de la periodista española Beatriz Lecumberri. Hay otras publicaciones donde canalizan los graves errores que respaldaron Hugo Chávez, Jorge Rodríguez y Rafael Ramírez, la destrucción de la economía venezolana. No solo se trata de malas políticas económicas, también de una corrupción galopante que acompaña la "gesta" revolucionaria. Se trata de una izquierda corrupta como la de Lula y Vilma en Brasil, donde el Partido de los Trabajadores paso a ser de un referente de cambio a convertirse en el partido más corrupto de la política brasileña. Se trata del peronismo de Kirchner donde la pareja presidencial vivió un rápido y súbito enriquecimiento. En el caso venezolano además de la equivocada política económica la corrupción, y la inseguridad son los grandes problemas de la nación. Los cuerpos policiales de dicados al cuido de "personalidades" y no a sus tareas específicas.
No se saldrá de la crisis si no hay un plan de entendimiento entre oposición -la mayoría-y los personajes del gobierno. No se trata de violentar la salida de Maduro y menos para que lo sustituya Diosdado Cabello. Se trata de políticas distintas que deben implementarse con respaldo común del poder ejecutivo y del nuevo poder legislativo. Para eso este poder debe ser reconocido como legítimo. Vendrán nuevos enfrentamientos, este año se eligen gobernadores de estado. Tres años después se eligirá un nuevo presidente de la República será la oportunidad para que Maduro abandone al mal poder ejercido. No se trata de ayudar a salir al chavismo de su crisis sino buscarle salidas a la crisis venezolana.
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