La mejor prueba del fracaso del régimen socialista venezolano es que habiendo percibido desde 1999 hasta 2014 un ingreso petrolero de 842 mil millones de dólares -muy superior al recibido en los 85 años anteriores de actividad petrolera- la situación de los hogares en pobreza pasó de 45,8 por ciento en 1998 a 48,4 por ciento en 2014, según estudio conjunto de la UCV, Ucab y USB. En números absolutos esto significa que las políticas del socialismo del siglo XXI han determinado que hoy existan 3,3 millones de hogares en situación de pobreza por ingresos, de los cuales 1,7 millones se encuentran en pobreza extrema y 1,8 millones en pobreza no extrema. Los hogares en pobreza extrema son aquellos cuyos ingresos están por debajo de lo que cuesta la canasta alimentaria familiar. Y los hogares en pobreza no extrema, son aquellos cuyos ingresos están por debajo del costo de la canasta básica, que incluye otros rubros como educación, salud, vestidos, medicinas y otras cosas.
En 1998 el 18,7 por ciento de los hogares estaba en pobreza extrema, el 26,3 en pobreza no extrema y el 55 por ciento de los hogares no eran pobres. Dieciséis años después, en 2014, 23,6 por ciento de los hogares viven en pobreza extrema, 24,8 en pobreza no extrema y 51,6 no son pobres. Esto significa que hoy todos somos más pobres. Durante los dos últimos años la pobreza ha tenido un incremento de 33,02 por ciento, por razones coyunturales. Es evidente que la recesión económica, la inflación y la escasez de bienes básicos han hecho su efecto. Si a todo eso sumamos la caída estrepitosa de los precios del petróleo en 2015, podemos concluir que estamos ante un nuevo ciclo de pobreza.
Según Luis Pedro España (Ucab) la caída de los precios del petróleo va a llevar a Venezuela a los niveles más altos de pobreza de ingresos en las últimas tres décadas. Este aumento de la pobreza es corroborado por las estadísticas del INE y por el informe del Cepal de 2014 referente a América Latina. Allí se afirma que el país donde más ha aumentado la pobreza es Venezuela, mientras que en el resto del continente se ha estancado. Asimismo, Venezuela está entre los cuatro países con mayor desempleo en el continente. Pero al analizar la baja calidad del empleo existente, encontramos nuevos elementos que inciden desfavorablemente en los índices de pobreza.
Lamentablemente, Venezuela es el único país de América Latina donde la cantidad de pobres aumenta sostenidamente desde el año 2009, como lo demuestran las cifras del Cepal. Es evidente entonces que el denominado socialismo del siglo XXI, que es el socialismo marxista de siempre, es inviable. La población venezolana, aun la más pobre, está rechazando este modelo económico como lo demuestran los estudios de opinión recientes. Este sistema socialista fracasado universalmente, como lo expresara W. Churchill, solo ha tenido éxito en una sola cosa: "en repartir bien la miseria". Venezuela es la mejor prueba de ello.
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