Hemos percibido los ingresos fiscales más altos de nuestra historia, los venezolanos padecemos una escasez que se torna peligrosa.
La situación de la economía venezolana, con una estructura productiva en precarias condiciones y en medio de una dependencia creciente del exterior, revela que el modelo económico del denominado socialismo del siglo XXI fracasó rotundamente. Después de 14 años, en los que hemos percibido los ingresos fiscales más altos de nuestra historia, los venezolanos padecemos una escasez que se torna peligrosa, acompañada de alta inflación, déficit fiscal, endeudamiento, estancamiento de la producción petrolera, agrícola y de manufacturas, con casi el 50 por ciento de la fuerza laboral en el mercado informal. Todo ello pone de manifiesto que el intento de conformar un régimen socioeconómico fundamentado en “los principios socialistas” y “antiimperialistas” ha fracasado, que “el Estado conjuntamente con la iniciativa comunitaria, social y personal”, como pretendió, no pudo garantizar “el desarrollo armónico de la economía nacional, con el fin de garantizar fuentes de trabajo, alto valor agregado nacional, elevar la calidad de vida de la población, lograr la suprema felicidad social y fortalecer la soberanía económica del país”, sino que logró todo lo contrario.
En consecuencia, el país debe exigir a este régimen que ponga fin al intento equivocado de llevar adelante ese programa al que denominan de “transición al socialismo y de radicalización de la democracia participativa y protagónica”, porque está destruyendo, no solo a la economía, sino a la sociedad venezolana. ¿Qué hacer entonces ante todo esto? Simplemente, hacer realidad el artículo 299 de la Constitución vigente, violado permanentemente hasta hoy. Allí se establece que nuestro régimen socioeconómico “se fundamenta en los principios de justicia social, democracia, eficiencia, libre competencia, protección del ambiente, productividad y solidaridad”.
Además, establece, que “el Estado, conjuntamente con la iniciativa privada, promoverá el desarrollo armónico de la economía nacional”. Esto significa que el régimen socioeconómico de Venezuela es de economía mixta de mercado, siendo denominado por sentencia del Tribunal Supremo del año 2002 como de economía social de mercado. En consecuencia, ya es hora de frenar la locura de orientar la economía con “principios socialistas” y “antiimperialistas”, pues nos han conducido a un rotundo fracaso. Ha llegado la hora simplemente de respetar la Constitución de 1999. Con seguridad tendremos mejores resultados.
sanchezmelean@hotmail.com
La Verdad. com
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