El otro candidato es tan viejo pero tan viejo, que en los días cuando se conjuró debajo de las sombras del Samán de Guere, para formar su Movimiento Bolivariano Revolucionario (MBR-200) con Felipe Acosta Carles, Jesús Urdaneta y Raúl Isaías Baduel; quien será el nuevo Presidente de Venezuela a partir del 7 de Octubre, como buen fanático de los Leones del Caracas, apenas andaba jugando pelota con sus compañeros de quinto grado, en los terrenos de su Colegio María Montessori.
El que arrancó como candidato presidencial por allá por el siglo pasado en el año 1998, es tan añoso, pero tan añoso, que cuando su camarada de conjura cayó asesinando, masacrando al pueblo en una barriada caraqueña, a raíz de los sucesos del 27 de febrero de 1989, él era Jefe de Ayudantía del Consejo Nacional de Seguridad y Defensa en el Palacio Blanco; mientras quien ahora anda hablando de futuro y estrenándose como candidato a Miraflores, sólo actuaba como un imberbe estudiante de bachillerato, en el Institutos Educacionales Asociados, de la misma Caracas convulsa.
Quien lleva cuatro campañas electorales como candidato presidencial, está tan hediondo, pero tan hediondo a Matusalén, que el día cuando se rindió allá en el Museo Militar y Venezuela se dejó encantar con aquel atribulado comandante, cuando en medio de su derrota militar, atinó ante los medios, hoy odiados y perseguidos por su gobierno, expresar su “Por ahora”; el que recién acaba de cumplir cuarenta años de edad, tan sólo comenzaba a recibir las primeras clases, acerca del funcionamiento del Estado y sus instituciones jurídicas, en su condición de estudiante en la Facultad de Derecho de la Universidad Católica Andrés Bello.
El que hoy anda arreguindao de la baranda de su carroza, como si viviera en los tiempos de los carnavales de Billo Frometa y Pérez Prado, a su paso expele un tufillo tan rancio, pero tan rancio, que cuando llegó la primera vez al palacio presidencial, para atornillarse casi el mismo tiempo que le tomó a los venezolanos elegir a Luis Herrera, Caldera y Pérez; el que anda convocando a todo el mundo a montarse al autobús del progreso, pero que no para de caminar, apenas a finales de 1998, con tan solo 26 años, inició su carrera política y desde entonces ha sido Diputado, Alcalde del Municipio Baruta y Gobernador del Estado Miranda.
En fin; está tan ajado, marchito, deslucido, enfermizo, desmejorado, achacoso, doliente, enclenque, débil, renqueante, esmirriado caduco, decadente, anticuado, acabado y hediondo a carroza, este candidato del pasado y del presente, que a cada rato alardea de que él es lo nuevo y que viejo es el viento, y todavía sopla; como si ningún venezolano supiera que ya todo esta dicho, y que muy a pesar de sus peroratas encadenadas, en el 2012 tendremos un nuevo presidente; porque al haber santo nuevo, por lo menos en nuestro país, el viejo no hace milagros.
