El bloque cerró una negociación con la Asociación Europea de Libre Comercio (AELC), que se traducirá en un incremento del comercio entre los dos grupos de países.

El Mercosur dio nuevos pasos para ampliar mercados en medio de la guerra comercial de Estados Unidos, durante la cumbre celebrada en Buenos Aires este jueves, marcada por la visita del presidente Luiz Inacio Lula da Silva a su aliada política, la expresidente Cristina Kirchner, en prisión domiciliaria por corrupción.
El bloque cerró una negociación con la Asociación Europea de Libre Comercio (AELC) que conforman Noruega, Suiza, Islandia y Liechtenstein, lo que se traducirá en un incremento del comercio entre los dos grupos de países.
Durante la cumbre se debatieron pasos para avanzar en acuerdos comerciales con Emiratos Árabes y Canadá, actualizar acuerdos con Colombia y Ecuador, Panamá y República Dominicana, y avanzar en la integración gasífera regional. «Es hora de que el Mercosur mire hacia Asia», afirmó el presidente Lula.
«Para Brasil, el lugar seguro es el Mercosur», agregó Lula al recibir la presidencia pro témpore de parte de su homólogo argentino Javier Milei, quien instó al bloque a una mayor apertura y amenazó nuevamente con avanzar unilateralmente.
El argentino, que ve al Mercosur como un corset para sus ambiciones de un tratado de libre comercio con Estados Unidos, pidió «más libertad de manera urgente» para negociar.
«Emprenderemos el camino de la libertad y lo haremos acompañados o solos porque Argentina no puede esperar», advirtió Milei y abogó para que durante el próximo semestre el bloque avance en ese sentido.
«Pero si esto no fuera posible y los socios del bloque prefirieran resistir, persistir en un camino que no nos ha resultado, entonces tendremos que insistir en flexibilizar las condiciones de la sociedad que nos unen», dijo.
De su lado, Lula prometió que bajo su presidencia el bloque apuntará a «fortalecer el comercio interbloque con socios externos» y en terminar de poner en marcha el acuerdo comercial con la Unión Europea.
El cambio climático, la transición energética, el combate al crimen organizado y la promoción del desarrollo tecnológico serán los principales objetivos del Mercosur durante el próximo semestre, explicó.
«Es un momento de graves turbulencias para el multilateralismo, el apoyo del Mercosur y de toda Sudamérica será imprescindible», dijo Lula.
A su turno el presidente de Uruguay, Yamandú Orsi, consideró que «ya es tiempo de retomar las negociaciones con socios relevantes como Corea del Sur y Canadá».
También Uruguay ha insistido durante décadas en una flexibilización de las reglas del bloque, que impiden acuerdos con terceros países sin la anuencia de todos los socios.
El presidente de Paraguay, Santiago Peña, fue crítico. «No estoy satisfecho con los avances que hemos alcanzado hasta ahora, estamos siempre diciendo que celebramos los avances, pero no terminamos de concretarlos», lanzó.
«La integración energética se está agotando. Se está agotando en el uso de esa energía y y necesitamos pensar en nuevas fuentes y ahí celebro que estamos avanzando en acuerdos de entendimiento para poder construir un gasoducto que pueda transportar esas enormes cantidades de gas que la Argentina hoy dispone y que puedan, por supuesto, llegar a Paraguay y a través de Paraguay al Brasil», dijo Peña.
Visita a Kirchner
La cumbre estuvo marcada por la anunciada visita del presidente Lula a su aliada política Cristina Kirchner en prisión domiciliaria en Buenos Aires, que se concretó poco después del mediodía.
La visita fue autorizada por el juzgado que condenó a la exmandataria (2007-2015) a seis años de prisión por corrupción e inhabilitación política perpetua.
El encuentro suma incomodidad a la tensa relación entre el presidente Lula y su homólogo argentino, el ultraliberal Milei, con quien no tiene agendada una reunión bilateral antes de partir de la capital argentina este mismo jueves.
Esta es la primera visita que Lula realiza a Argentina desde que Milei asumió la presidencia en diciembre de 2023.
El brasileño, en cambio sí compartió un desayuno de trabajo este jueves con su homólogo de Paraguay, Santiago Peña.
«Fue una conversación franca y productiva sobre los temas centrales de la agenda que une a Paraguay y Brasil», informó en X el presidente paraguayo.
Milei, un ultraliberal de derecha que pregona la destrucción del Estado, es un ferviente admirador del estadounidense Donald Trump. En el pasado, tildó a Lula de «ladrón» y «corrupto», insultos que el brasileño desdeñó como «tonterías».
Ambos se han evitado mutuamente en foros multilaterales recientes, como a principios de junio cuando participaron de la conferencia de las Naciones Unidas sobre los Océanos, en Niza, o en la cumbre del G20 celebrada en Rio de Janeiro en 2024.
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