Republica del Zulia

Julio Portillo: Necesitamos entonces promover el regionalismo como protesta al excesivo centralismo en todos los órdenes. Tenemos que despertar la conciencia política de la provincia.

viernes, 20 de junio de 2025

MIRAFLORES: PODER Y MEMORIA Por Douglas Zabala



Dicen que el General Joaquín Crespo encantó a su esposa Jacinta Parejo comprándole al Conde de San Javier, los terrenos de su Hacienda. Fue un agosto de 1884 cuando Crespo le pagó 35.000 bolívares por los predios donde Misia Jacinta y sus hijos vivirían. El mandatario encargó al arquitecto italiano Giuseppe Orsi de Mombello, para la construcción de su Palacete familiar.

Aquella hermosa edificación que en principio tuvo como motivación principal la residencia familiar de Joaquín Crespo, el 19 de junio de 1911, siendo presidente Cipriano Castro, fue adquirida por el gobierno nacional a un costo de quinientos mil bolívares, para convertirla después en sede presidencial y por supuesto en el reservorio y epicentro de las decisiones que vienen marcado el rumbo de la nación.

El nombre de Miraflores se lo colocó Castro y entre los presidentes más emblemáticos que han pasado por ese Palacio destaca Juan Vicente Gómez, quien, a pesar de oficializarlo como residencia presidencial, prefería gobernar desde su hacienda en Maracay. Su hermano, Juancho Gómez, fue asesinado en el propio palacio el 30 de junio de 1923, hecho que tiñó de tragedia sus pasillos.

Rómulo Gallegos, primer presidente electo por voto directo en 1947, también despachó desde allí, aunque por breve tiempo por ser derrocado. En Miraflores se inició la era democrática liderada por el presidente Rómulo Betancourt y trastocada en el intento de derribar al presidente Carlos Andrés Pérez en 1992, cuando Hugo Chávez irrumpió en la escena nacional.

Otro hecho significativo fue el intento de derrocamiento del presidente Hugo Chávez, el 11 de abril de 2002, cuando un sector de las fuerzas armadas, con apoyo de sectores empresariales, encabezado por Pedro Carmona, tomaron el Palacio de Miraflores y declararon la destitución del presidente.

Más que un edificio, Miraflores es un espejo de la historia venezolana: sus salones han escuchado discursos de esperanza, conspiraciones, y promesas de cambio. Cada presidente ha dejado su huella, y cada pasillo guarda huellas de un pasado que aún resuenan como poder y memoria en el presente.

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